Por: Yuli Metaute Londoño/ Luego de que la Fiscalía destrabara el asesinato de Mauricio Leal y su madre Marleny Hernández, a manos de Jhonier Leal; el fiscal general, Francisco Barbosa, acotó que bajo su liderazgo habrían resuelto el caso Colmenares en 20 o 25 días, inmediatamente el padre del joven fallecido en extrañas circunstancias en el año 2010, respondió.
“Le digo al fiscal Barbosa ¡que no sea payaso!, al venir a posar ahora de eficiente, cuando la ineficiencia le ha ganado la partida, hoy la corrupción nos tapa a todos y lo invitó a preguntarle a los agentes del CTI ¿Por qué se pusieron del lado de los victimarios y no de nosotros las víctimas?, o explíqueme ¿Por qué la Fiscalía no intervino en el recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia, si lo que se venció fue precisamente la tesis de la Fiscalía en el Tribunal?”, enfatizó Luis Alonso.
En esa misma rueda de prensa el fiscal se mostró molesto ante la pregunta que hizo un colega; sobre la percepción que había de la poca celeridad en los procesos para esclarecer los asesinatos de los líderes sociales del país, pero sí la efectividad para lograr resultados en casos mediáticos como el antes mencionado.
No es un secreto para nadie la congestión judicial y la escasez de justicia en nuestro país. Los datos son sencillamente aterradores, de cada 100 delitos que se cometen en territorio colombiano; a duras penas se castigan 6.
¡Y la perla!; Colombia ocupa el quinto lugar de América Latina en índice global de impunidad.
La realidad y para fortuna de la familia Leal, es que el caso de Mauricio y su madre se resolvió en tiempo récord, pero realmente ¿Qué pasa con los otros casos?
Con este aberrante doble homicidio aprendimos que el Estado efectivamente tiene toda la capacidad en materia investigativa para resolver los casos, pero no hay voluntad.
Es normal que el fiscal Barbosa saque pecho de cómo se llevó el proceso investigativo con su equipo de trabajo sobre el doble homicidio Leal, y sin testigos al momento del crimen, pero; no se puede pasar por alto que en todo caso; la impunidad en Colombia sigue siendo alta.
Muchos colombianos tienen hoy pendiente el esclarecimiento de los homicidios de sus papás, mamás, hermanos, tíos, etc.
En 2019, según datos del Ministerio de Justicia, habían más de 1 millón de procesos represados, ese año adicionalmente llegaron más de 2 millones, solo estos números hacen ver lo lento que va la justicia.
En Colombia; solo el año pasado hubo más de 13 mil homicidios; de esos; como lo aseveró la Defensoría del Pueblo 145 eran líderes y defensores de derechos humanos.
Sin esclarecer está por ejemplo la muerte de Lucas Villa; la hermana del joven fallecido en una de las protestas dentro del marco del paro nacional; asegura que en la justicia del fiscal Barbosa hay una especie de discriminación de clases, donde los privilegiados tienen justicia y las personas de clase media- baja lo único que tienen es impunidad.
Patricia Vega; esposa del alcalde de Sutatausa; asesinado hace 2 años, asevera que lleva más de 1 año intentando llevar la audiencia preparatoria; pero que la Fiscalía se ha demorado mucho en ese proceso, tanto, que el presunto determinador se encuentra libre por vencimiento de términos.
No me alcanzarían las páginas si traigo a colación los casos que no han recibido justicia, la verdad es que hay una impunidad rampante en nuestro país.
Para colmo; pareciera que ya los asesinatos de los líderes sociales los convertimos en un telón; porque perdimos nuestra capacidad de asombro y la justicia en este país cada vez está más enferma.
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*Comunicadora Social y Periodista, locutora, presentadora de TV. Adscrita a la Asociación Colombiana de Periodistas de Bogotá. Actualmente labora para RCN Radio, conduciendo noticiero, programa deportivo y transmisiones del Fútbol Profesional Colombiano. Directora de Cotorra Digital.
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