Por: Roberto Aponte/ La paz siempre ha sido un ideal, pero constantemente las diferencias causan confrontación, los conflictos tienen causas complejas que resultan siendo la maraña de acciones que se van acumulando durante años, por lo mismo podría decirse que el enemigo del ser humano serían otros humanos.
Se pregonan ideales de unión, aunque lo que prevalece es el deseo del triunfo del grupo, cada persona busca pertenencia, muchas veces en determinados conceptos sociales. Aunque muchos sean víctimas de improperios ocasionados por actos malintencionados, muchos grupos toman esas experiencias personales como propias para hacerlas consignas de su lucha, como comprobantes de que existe un enemigo al cual combatir.
Toda problemática incluyendo las ambientales, apelan al causante del impacto, existe el concepto de análisis de ciclo de vida, que busca determinar que productos contaminan más al evaluar todas sus fases de su ciclo de vida, aunque notó que existe un análisis similar que busca encontrar a un mayor contaminante, aquel que haga más daño a la naturaleza, aunque muchas veces esto resulta en un relativismo moral, que en vez de buscar soluciones, su objetivo es indicar que el enemigo o adversario resulta más nocivo para el ambiente por las acciones que realiza o en su defecto excusarnos que así como contaminamos el otro también lo hace.
El concepto de enemigo irónicamente nos une, se convierte en una consigna que fundamenta las bases un movimiento, se convierte en un chivo expiatorio para desviar el impacto de nuestras acciones. Pero es solo un concepto aferrado a una ideología que perdura en nuestra cabeza, de esta forma se generan tensiones hasta que el conflicto se vuelve directo.
Una sociedad busca proteger a los individuos que la conforman, sin embargo, los mecanismos de protección van más allá de tener fuerzas de orden público, también influyen en la psicología de las personas creando pautas en los comportamientos que estos realizan y sus acciones defensivas. Andamos precavidos con la información que nos llega, aquí nos damos cuenta como alguien busca protegernos del enemigo, no obstante, queda una pregunta, ¿Esa respuesta preventiva busca cuidarnos o en realidad quiere cambiar nuestra forma de pensar a conveniencia de ciertos grupos?
Las cifras de aprobación o desaprobación, estos indicadores apoyados por encuestas son números de cuidado, la imagen pública de un gobernante no es solo algo que inquieta a la persona en cuestión, son un panorama que representa la incomodidad de muchas personas, a veces llegando a una profunda indignación, que alimenta la retórica del enemigo, la cual va a ser bastante aprovechada ya sea por personas que deseen solucionar la situación como también con gente que vean esto como un trampolín para impulsarse.
La retórica del enemigo muchas veces no permite que mejoremos, nos ensaña en que el otro es peor y por eso, cada paso en falso, cada tropiezo ajeno, se convierte en un gran paso para otro.
Las personas buscan seguridad y tranquilidad, la cual puede ser sólida y concreta o un tenue y efímero espejismo. Cualquier evento que quebrante la burbuja nos pone alertas, además del aunado inconformismo. Ahora con el auge de los medios de comunicación es más fácil que tengamos conciencia sobre problemáticas que ocurren lejos de nuestro alcance ya sea la inestabilidad social de lejanos países o las inminentes problemáticas ambientales. Nuestra buena intención va a desear que estas inclemencias no ocurran, pero siempre debe haber un causante.
Ahora con el globalismo es más fácil generar un efecto mariposa, nuestras acciones pueden causar un mayor impacto en todo el mundo y si pensamos en cosas que no suponemos cual sea su efecto directo, una persona intencionada puede valerse de nuestra psicología para condicionar nuestro comportamiento.
La retórica del enemigo es algo presente siempre en nosotros, nuestro deseo que acabar con un mal para cerciorarnos de nuestro bienestar, podría considerarse un instinto de defensa al igual que el miedo, pero en estos casos lo mejor es evitar ser pasionales. Debemos razonar e informarnos para saber las verdaderas intenciones tras toda la información que recibimos.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories