Es la cuarta ocasión en la que Estados Unidos y Reino Unido realizan una operación conjunta en contra de los hutíes desde noviembre de 2023.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, informó sobre el resultado de los ataques en territorio yemení, advirtiendo que los rebeldes «sufrirán las consecuencias» de no cesar su ofensiva en contra de barcos comerciales con banderas de países occidentales.
«Estados Unidos no dudará en tomar las medidas necesarias para defender la vida de las personas y la libre circulación del comercio en una de las vías navegables más importantes del mundo», sentenció el funcionario estadounidense, calificando las acciones de los hutíes como «ataques ilegales».
Los bombardeos, respaldados por países como Nueva Zelanda, Países Bajos, Canadá y Dinamarca, tienen el objetivo de mermar la capacidad ofensiva de los rebeldes, tras haber intensificado estos sus agresiones en los últimos días, llegando a impactar naves comerciales como «el MV Islander y el MV Rubymar, de propiedad británica», según explicó el secretario de Defensa británico, Grant Shapps.
Los asaltos hutíes, alimentados por el constante abastecimiento bélico de Irán, tienen por objetivo «prestar apoyo» a la población civil de Gaza, según medios controlados por los rebeldes, ejerciendo presión a los aliados de Israel para que detengan su apoyo militar.
Los ataques de la facción yemení no han provocado hundimientos de barcos ni muertes de ningún tripulante.
Hutíes resisten los embates occidentales y no detienen su ofensiva
A pesar de los bombardeos británico-estadounidenses, los rebeldes yemeníes no se rinden.
Al menos 57 embarcaciones comerciales han sido blancos de las agresiones hutíes desde el 12 de noviembre, aunque en las últimas 48 horas ha existido un aumento exponencial en los ataques, según información del Pentágono, que reconoce que no han podido hacer mella en las capacidades militares de los yemeníes.
«Sabemos que los hutíes mantienen un gran arsenal. Son muy capaces. Tienen armas sofisticadas, y eso se debe a que siguen obteniéndolas de Irán», expresó Sabrina Singh, portavoz del Pentágono de EE. UU. durante una comparecencia con medios de comunicación el pasado 22 de febrero.
La muestra de hostilidad hutí más reciente fue evitada por el destructor estadounidense ‘USS Mason’ el pasado 24 de febrero, cuando interceptó un misil yemení que iba dirigido a una embarcación comercial, propiedad de Washington, que transportaba combustible y otros agentes químicos.
Los ataques yemeníes han obligado a más de 400 embarcaciones a evitar el canal de Suez, que representaba, hasta el inicio de las hostilidades, el 12% del tráfico marino internacional, obligando a los navíos a tomar rutas alternas que rodean el continente africano y que representan un gasto extra para las empresas que exportan sus productos por esta ruta.
Alerta de «desastre natural» por el ataque a un barco beliceño
En su comunicado del 25 de febrero, Lloyd Austin resaltó los «daños ambientales» que la ofensiva rebelde ha causado en los últimos días, refiriéndose específicamente al bombardeo contra el MV Rubymar ocurrido el 18 de febrero, que ha alertado a la comunidad internacional por un posible derrame de combustible masivo en las aguas del mar Rojo.
El navío transportaba más de 40.000 toneladas de fertilizante, según información del Comando Central de Estados Unidos, que también podría derramarse sobre el mar y provocar un «desastre ambiental» de grandes magnitudes.
Reportes locales afirman que se desconoce aún la sustancia que se está regando en el mar Rojo tras el ataque al MV Rubymar, que ondeaba una bandera de Belice.
«Los hutiíes siguen demostrando desprecio por el impacto regional de sus ataques indiscriminados, amenazando la industria pesquera, las comunidades costeras y las importaciones de suministros alimentarios», mencionó el Comando Central a través de una publicación en sus redes sociales.
Las hostilidades entre las potencias occidentales y los rebeldes yemeníes aumentan día tras día, ante el desinterés de Israel por negociar una salida política duradera al conflicto con Hamás.