El Congreso de Estados Unidos autorizó aumentar en 2,5 mil millones de dólares el límite de la deuda y evitó un incumplimiento de pagos sin precedentes.
La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprobó el proyecto de ley que así lo avala en una votación de 221 a favor y 209 en contra.
La medida, que también permite que el país mantenga su capacidad de endeudamiento hasta 2023, fue sancionada a contrarreloj. Este mismo 15 de diciembre el país hubiese quedado sin fondos aprobados para pagar sus obligaciones, según las estimaciones de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Poco antes de que la iniciativa recibiera luz verde en la Cámara Baja, también fue respaldada en el Senado, pero allí la votación fue mucho más ajustada: 50 legisladores a favor y 49 en contra.
Ahora solo falta la previsible promulgación del presidente Joe Biden para que el plan entre en vigor.
La maniobra bipartidista
Por lo general, en la Cámara Alta son necesarios 60 votos para la autorización de cualquier medida. Sin embargo, para este caso era suficiente el respaldo de la mitad de los senadores, 100 en total, debido a una maniobra legislativa avalada entre las dos bancadas políticas la semana pasada, encabezada por el líder de los republicanos en el Senado Mitch McConnel y el representante de los demócratas, Chuck Schumer.
Si bien ambos partidos han considerado perjudicial ampliar el techo del endeudamiento, reconocieron que no hacerlo golpearía fuertemente la economía del país.
La carga de deuda actual del país es de 28,9 mil millones de dólares y superará ahora los 31.000 millones de dólares, cifra que se ha estado acumulando durante décadas, principalmente a través de programas de gastos populares, como el Seguro Social y Medicare y los intereses de la deuda.
Pero los impuestos también son un factor importante y se han sumado a una serie de recortes impositivos promulgados por los presidentes en las últimas décadas.
El reciente aumento es necesario en parte para cubrir los compromisos adquiridos durante la Presidencia de Donald Trump, cuando la deuda aumentó en alrededor de 7,85 mil millones de dólares, mediante recortes de impuestos y gastos para combatir la pandemia del Covid-19, de acuerdo con un análisis de los registros del Tesoro.
Estados Unidos nunca ha incurrido en el impago de sus obligaciones financieras, pero cada cierto tiempo afronta el riesgo, debido a que a diferencia de otros países el Gobierno solo puede aumentar el límite de fondos hasta lo establecido por el Congreso. El asunto ha sido muchas veces visto como una estrategia de cada bancada para medir su pulso político.
Ahora, el resultado de este miércoles es considerado una gran victoria para el ala progresista del Legislativo estadounidense ya que el movimiento azul contará con un margen de tiempo suficiente para superar este espinoso asunto que no debería volver a ser discutido sino hasta después de las elecciones de medio término, programadas para noviembre de 2022 y que determinarán el control del Congreso.