La variación del índice de precios en el país norteamericano en enero siguió su tendencia a la baja con respecto a meses anteriores. La inflación va en la dirección correcta. La pregunta es qué tan rápido y constante se reducirá hasta llegar al objetivo del 2% de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
Que los precios al consumidor en Estados Unidos hayan subido 6,4% en enero de 2023 frente al mismo mes del año pasado no es una sorpresa para el mercado, pero sí trae algo de alivio.
La buena noticia: la cifra es inferior al 6,5% de diciembre, representa una caída significativa desde el pico de más del 9% de junio y marca el octavo mes de desaceleración. La mala: no es suficiente para que la Reserva Federal modere su política.
El pico inflacionario de verano puso al mercado con los nervios de punta y encaminó al Banco Central al alza consecutiva de las tasas más agresiva en décadas.
Los tipos iniciaron 2022 en poco más del 1% y terminaron en casi 5%, en el marco de una estrategia para enfriar el consumo y, de paso, la inflación. No obstante, el aumento de los precios no se ha desacelerado al ritmo que se necesita.
El entusiasmo de los precios más bajos se acaba cuando se trata de las tasas de interés. La retórica del Banco Central de Estados Unidos sigue siendo la misma: las tasas van a continuar subiendo mientras no se logre llevar la inflación a la meta del 2% anual.
Una encuesta de Reuters con 68 agentes del mercado revela que más de la mitad espera al menos dos alzas más en los meses que vienen, con las consecuencias que estas decisiones traen sobre el acceso al crédito y la economía en general.
Para la muestra: Tesla sube el precio de sus autos
Quizás más importante que la cifra de inflación global, es lo que muestran los datos específicos sobre los precios de determinados servicios, desde cortes de pelo hasta boletos de avión.
Los costos de estos servicios se han mantenido obstinadamente altos incluso cuando han comenzado a caer en otros lugares. Según el informe a enero, el precio de los vehículos usados es el único rubro que cae, con 11,6%, aunque el de los nuevos se mantiene al alza con 5,8%.
En este último, la situación no pinta mejor. Aunque sus autos califican para 7.500 dólares en créditos fiscales federales, el fabricante de lujo Tesla aumentó sus precios por cuarta vez en lo que va corrido del año.
Otros ítems de la canasta familiar parecen más resistentes a las medidas de la Fed para enfriar la economía. Por ejemplo, el precio de los alimentos tuvo un alza interanual del 10,1% en enero y el del fuel oil (un tipo de gasolina) saltó 27,7%.