Por: Ronald Picón Sarmiento/ En otrora época era fácil encontrarse con un versátil y muy elocuente senador que vehementemente y con particular ahínco se oponía a la supuesta dictadura venezolana, arremetía, tanto desde el panóptico legislativo como desde sus trincheras sociales, en contra de las fuerzas que sin control y desbocadas arremetían en contra de la resistencia pacifica popular que en bandadas salía a las calles a ejercer su legitimo derecho a la protesta social; con gran ímpetu y desgarbo hacia llamados internacionales para intervenir una nación, que desde su óptica estaba capturada por un gobierno de corte dictatorial y represor.
Recuerdo que en no pocas oportunidades señalaba y hoy lo parafraseo vagamente que lo que ocurría en nuestra nación hermana no era otra cosa que un genocidio imperdonable e intolerable, de hecho, si ustedes no me dejan mentir creo que gran parte de su discurso y de su argumento electoral se fundó sobre la premisa del desborde de garantías socioculturales y populares, al punto que se mostró versátil como un candidato amante de la música, con tinte rockero y bastante juvenil.
Unos años atrás se atrevió incluso a marchar pregonando en sus arengas que necesitábamos un nuevo país, con más seguridad, con más estabilidad jurídica y financiera, con menos impuestos y más atención social, cosas que hoy está tratando de cercenar con sus reformas tributarias y de la salud, olvidando que fueron el fundamento de su programa de gobierno, el fundamento de su campaña y las promesas ofertadas al pueblo, que hoy ve con desdén como desde el capitolio nacional es amputado, violado y mancillado.
Creo que Duque es un marchante arrepentido, creo que este vasallo olvido lo que en idílicos tiempos de campaña le prometió a su elector, creo que perdió el norte, se obnubilo con su nueva dignidad y escogió traicionar su discurso para satisfacer intereses netamente neoliberales, macroeconómicos, capitalistas y de corte nacista.
Ahora bien que pague el pueblo, que sangre el pueblo no es la solución, debe protestarse asertivamente, una protesta que traiga consigo cambios reales, sociales, cambios de base y en esto si debo sumarme a muchas de las propuestas que asoma Rodolfo Hernández quien con datos estadísticos en mano nos cuenta algunas de los desmanes en gastos operativos y logísticos en los que incurre el Estado, que es un leviatán que prefiere arrasar a sus asociados antes que apretarse un poco el cinturón y mesurar sus egresos, en verdad debemos lograr una reforma que toque el bolsillo de ciertas carteras estatales como por ejemplo la del Ministerio de Defensa, cuanto a gastado el Estado en los diseños del Metro de Bogotá, cuanto ha perdido en despilfarro por corrupción, debería implementarse una política de austeridad y ahorro público no de ejecución como esta prevista, pero aja, eso es parte del problema que se suma a esta agobiante crisis que hoy por hoy empuja a los venezolanos a migrar nuevamente, pues como ellos mismos están acotando por todos lados, dicen que se vinieron de Venezuela por que la situación estaba difícil y resulta que acá se está poniendo peor, en verdad que vergüenza hacerles repetir penuria.
Ahora bien, es verdad que los buenos somos más, pero más allá de los estragos y desmanes de algunos vándalos infiltrados en las protestas pacificas lo cierto es que el gobierno nacional con su partido de base se propino un harakiri político, un suicidio electoral masivo, quien va a votar por el candidato de URIBE esta vez, quien les va a creer, resulto que el Presidente Duque salió bien efectivo en derruir el partido que le otorgo su aval con este tipo de decisiones secundadas por quienes en verdad se han mostrado indolentes con un pueblo que no soportaba una penuria más, pues venia golpeado por un año total de inactividad por causas de pandemia, que fue asaltado en su buena fue entre el gobierno y los bancos con las afamadas pero infames exenciones bancarias crediticias que redundaron en capitalización de intereses y cobros excesivos con las consabidas sanciones en Datacrédito, sumado a la tristeza colectiva que ha generado saber que toda la política asistencialista gubernamental se enfocó exclusivamente en los extranjeros y no en los ciudadanos de a pie que bastante han sudado, llorado y sangrado por nuestra patria.
Es menester que el Presidente de Polombia vuelva al camino que prometió, al que predico en campaña y que parece desconoció en el instante que asumió su presidencia.
*Abogado, Especialista en Derecho Penal, Especialista en Derecho Procesal Penal y Magister en Derecho Penal y Procesal Penal.
Instagram: Ronaldpicon_
Tweet: @piconsarmiento
Email: ronaldpicon@gmail.com