La reforma a la salud, impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro, ha sido objeto de intensas críticas y debates en el Congreso de la República y diversos escenarios públicos y privados. Líderes de oposición, como María Fernanda Cabal, senadora del Centro Democrático, han expresado su rechazo a la iniciativa legislativa recién aprobada en la Cámara de Representantes, argumentando que el articulado propuesto no aborda adecuadamente los problemas del sistema de salud colombiano y, en ese sentido, podría generar más desafíos que soluciones.
Cabal, senadora del Centro Democrático y líder de la oposición, quien ha expresado su deseo de presentarse como candidata a la Presidencia de Colombia en las elecciones de 2026, ha sido una de las voces más críticas contra la reforma. En recientes declaraciones, expresó su apoyo a los congresistas que firmaron una ponencia para archivar la reforma, calificándola de «nefasta», asegurando que no garantiza servicios básicos como medicamentos y atención médica para los ciudadanos.
Además de estas críticas, la oposición también ha presentado su propia propuesta para mejorar el sistema de salud, enfocada en aspectos como la remuneración del talento humano, la atención en zonas rurales y la promoción de la salud preventiva. Esta iniciativa, de acuerdo con sus autores, en búsqueda de fortalecer el Sistema General de Seguridad Social en Salud sin desmantelar lo que ya funciona.
Por otro lado, Andrés Forero, representante del Centro Democrático y una voz destacada en el Capitolio, cuestionó la forma en que se obtuvieron los votos a favor de la reforma, insinuando que hubo una influencia significativa del recién designado ministro del Interior, Armando Benedetti.
«El Gobierno no argumentó, pero mágicamente consiguió los votos: la ‘persuasión’ de Benedetti rindió frutos. Tenemos la conciencia tranquila. Ahora hay que esperar que la Comisión VII de Senado sea coherente», escribió Forero en su cuenta en X.
En este contexto, Catherine Juvinao, representante del Partido Verde y crítica del Gobierno, expresó su desacuerdo con la reforma, señalando que no cumple con las promesas de anticorrupción, concretamente, advirtiendo la eliminación del artículo 42, que proponía la elección de gerentes de hospitales públicos por meritocracia en lugar de designación política.
Más allá del recinto de la Cámara de Representantes, también se han emitido opiniones al respecto. Ana María Vesga, presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), gremio que agrupa a las EPS, criticó duramente la reforma, afirmando que no ofrece soluciones estructurales a los problemas que hoy aquejan al sistema de salud.
«Avanzó sin dificultad la aprobación de la reforma a la salud: persisten las mismas dificultades expresadas desde la ponencia: La ADRES desnaturalizada, servicios pagados sin auditoría, fragmentación de la UPC, roles difusos entre los agentes. Nada de esto conduce a una mejor atención en salud, nada de esto contribuye a la mayor transparencia, nada de esto favorece a los pacientes. Una reforma sin consensos que no ha atendido argumentos, ni cifras, ni el conocimiento de los agentes del sistema», cuestionó Vesga.
Otro de los que opinó al respecto fue Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi). El empresario considera que la reforma tal como fue aprobada no considera adecuadamente la atención a los pacientes ni la transición de estos.
«La reforma a la salud tiene muchos problemas, el principal es que no tiene en cuenta la atención a los pacientes, no tiene en cuenta cómo se hará la transición de los pacientes, no se sabe cómo va a ser la atención», comentó Mac Master.
Finalmente, la reforma ahora pasará a la Comisión Séptima del Senado para su debate, un escenario que ya ha demostrado ser complicado para el Gobierno en el pasado: en abril del año anterior se hundió en esta comisión una versión previa del mismo proyecto.
APN Noticias