Por: Amparo Vásquez Borja/ Ver a mi padre, un amante de los números, enfrentarse a la enfermedad del olvido, el Alzheimer, ha sido una experiencia desafiante y conmovedora en mi vida. Cada día a su lado es una lección de resiliencia, vulnerabilidad, fragilidad y protección.
El Alzheimer es el tipo de demencia más común. El neuropsiquiatra y patólogo alemán Alois Alzheimer describió en 1906 el Alzheimer como la enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo, que provoca el deterioro progresivo de la memoria, los pensamientos, las habilidades sociales y el comportamiento de las personas.
Me gusta educarme sobre el tema del Alzheimer para aprender a lidiar con la enfermedad de mi padre, que es como una lluvia imparable, y el mejor paraguas es la paciencia inagotable. Pensando en la necesidad de seguir sensibilizando a las personas sobre esta enfermedad, quiero hablar hoy de los derechos de nuestros adultos mayores, en especial de aquellos que sufren de Alzheimer.
La realidad del Alzheimer en Colombia
Según un estudio realizado por la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Icesi en el año 2023, cerca de 260,000 personas mayores de 60 años padecen de Alzheimer en Colombia. El Alzheimer no es solo una enfermedad; es una epidemia silenciosa que afecta a miles de familias colombianas, entre ellas la mía, y mañana puede ser la suya.
¿Qué pasa con los derechos de estas personas que sufren de Alzheimer?
La Ley 1996 de 2019 eliminó el mal llamado proceso de interdicción y creó un sistema de apoyos, que consiste en solicitar ante un juez de familia un sistema de apoyo para el adulto mayor con cierta discapacidad. El juez solicitará ante un ente público o privado la valoración de apoyo judicial para la persona que se encuentre en discapacidad de tomar decisiones por sí misma. Este proceso busca establecer mecanismos legales que protejan el patrimonio y eviten que los adultos mayores sean víctimas de fraudes o abusos por parte de sus familiares o particulares.
El Decreto 487 de 2022 reglamenta el procedimiento para realizarle a ese adulto mayor con discapacidad una valoración de apoyos, que no es ni debe ser utilizada como una herramienta para sustraer o limitar la capacidad legal de los adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad. Es un procedimiento que realiza un grupo interdisciplinario de profesionales para evaluar las condiciones del adulto mayor y saber si este se encuentra en buenas condiciones para tomar decisiones. En este proceso de valoración de apoyos deben estar presentes los hijos, familiares y hasta amigos cercanos del adulto mayor para garantizar la transparencia del proceso.
La valoración de apoyos puede ser realizada a cualquier persona con discapacidad mayor de edad que la necesite o la solicite. No se harán diferencias por tipo de discapacidad para permitir o negar el acceso a la valoración. Los familiares y las personas que participan en el proceso de valoración de apoyos deben respetar las decisiones y la voluntad de la persona con discapacidad, no actuar en contra de su voluntad y de sus deseos, ni ejercer presión ni influencia indebida sobre la persona con discapacidad.
¿Para qué realizar este tipo de procesos en un adulto mayor?
¡Ah, la herencia! Ese maravilloso tesoro que mágicamente transforma a los parientes lejanos en ávidos herederos y a los adultos mayores con Alzheimer en «códigos de acceso a la riqueza familiar». Qué conmovedor ver cómo aquellos que rara vez visitaban al abuelo ahora se convierten en expertos en genealogía y derechos sucesorios.
Todos quieren su pedazo del pastel, pero, curiosamente, cuando se trata de cuidarlo, sufren de una amnesia selectiva. ¡Quién lo diría! Resulta que nadie está disponible para acompañar al abuelo en sus tardes de olvido, pero todos tienen tiempo para discutir quién se queda con la casa y la finca. Sí, qué conmovedora muestra de amor y devoción familiar.
Reflexión Final
¡Señores! Como abogada les puedo decir que el abuelo no se ha muerto y ya los hijos están hablando de herencia y peleando por lo poco que el abuelo va a dejar. He tenido muchas consultas en las que me preguntan cómo hacer para que el abuelo, antes de morir, empiece a hacer mágicos traspasos como si tuviera “la varita de Harry Potter”.
La mejor herencia que le pueden dejar a sus hijos es la unión familiar. Y esto solo se logra no dejando bienes para pelear.
Si usted tiene bienes y no depende de sus hijos para tomar decisiones, le doy el mejor consejo: ¡váyase de viaje, conozca el mundo, disfrute su dinero, ayude a los pobres y gánese esa entrada al reino de los cielos!
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*Abogada en Insolvencia Empresarial y Bienes Raíces. Especialista en derecho administrativo.
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