La situación financiera de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) no mejora. Según el último boletín sobre el estado económico de las mismas, estas entidades tienen pérdidas en el resultado operacional, cuentan con una inviabilidad financiera y necesitan pronta liquidez en sus cuentas.
De acuerdo con los resultados revelados por el centro de pensamiento Así Vamos en Salud, durante el 2023, el pasivo de estas entidades fue mayor que el activo. En ese sentido, para el régimen contributivo, el pasivo correspondió a unos $13,2 billones, mientras que el activo fue de $11,9 billones, lo que llevó a que estas EPS tuvieran un patrimonio negativo de $1,3 billones.
Por el lado de las entidades del régimen subsidiado la situación fue similar, pero reflejó mayores pérdidas. Solo en pasivos tuvieron un valor por $6,4 billones, mientras que los activos fueron por $2,2 billones, provocando también un patrimonio negativo por unos $4,2 billones.
Ahora bien, con base en lo mencionado por el centro de pensamiento, la sumatoria de los patrimonios negativos le estaría significando un déficit mayor a $5 billones al sistema de salud.
Si bien los resultados alarman, lo cierto es que además estos valores negativos aumentaron $2,7 billones entre el 2022 y 2023, cuando en el primer año se habían reportado recursos en rojo por $2,3 billones.
Pero no todas las EPS cerraron en rojo, pues, hubo un grupo de entidades que tuvieron un patrimonio positivo, de las cuales la gran mayoría corresponde a EPS operan en ambos regímenes, siendo estas las Nueva EPS, Coosalud y Mutual Ser.
Respecto al resultado operacional, el informe reflejó que el sistema arroja una pérdida que equivale a unos $4,6 billones, donde en el valor en el contributivo corresponde a unos $2,1 billones, mientras que en el subsidiado fueron por $1,7 billones. Para las EPS que operan en ambos regímenes las bajas fueron por $711.000 millones.
“En el contributivo el resultado operacional arrojó pérdidas netas de $2,1 billones; el 26,2% se le atribuyen a la EPS Sura, con un valor de $570.000 millones, seguida de la EPS Famisanar con $541.000 millones, que representa el 24,8% del total del resultado operacional negativo”, dicen.
Esto quiere decir que los ingresos operacionales no estarían cubriendo los costos en salud y los gastos para su operación. Además, según el texto, la siniestralidad interpretada como la representación de los costos médicos sobre los ingresos, se ubicó en el 99,1% para la totalidad del régimen contributivo.
Esto significó que, para el contributivo el total de los ingresos operacionales fueron por $40,7 billones, cuando los costos médicos significaron unos $40,3 billones.
Para el caso del subsidiado se estimó que los ingresos operacionales fueron por $14,9 billones y los costos médicos ascendieron a unos $15,3 billones.
En el resultado del ejercicio, entendido como el cierre de ingresos, gastos y costos, el cual comprende los ingresos operacionales y los derivados de rendimientos financieros y otros, permitieron concluir que al menos siete entidades prestaron utilidades por cerca de $141.000 millones y otras 19 reflejaron pérdidas netas por $2,7 billones.
“El sistema de salud requiere liquidez con urgencia para su correcto funcionamiento, por lo que es crucial financiarlo”, concluye el documento.
De acuerdo con Así Vamos en Salud, es importante reflejar que actualmente el sistema de salud presenta que los catálogos financieros de las EPS revelan que varias de las instituciones atraviesan una inviabilidad financiera, por lo que urge que el sistema de salud sea financiado para que lograr la liquidez óptima que permita el correcto funcionamiento del mismo.
“Este aspecto es fundamental para garantizar la prestación de servicios de salud de calidad a todos”, dicen.