La cuenta regresiva en la carrera por llegar a la Casa Blanca continúa su curso y la disputa por suceder a Joe Biden tendrá un evento que puede ser crucial: el debate presidencial entre la oficialista demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump. El martes 10 de septiembre, ambos aspirantes se enfrentarán cara a cara por primera vez.
La cita está fijada en el estudio televisivo del National Constitution Center, en Filadelfia. Desde el lado de Donald Trump afirmaron en los últimos días que la preparación del republicano no ha sido necesaria porque está listo para medirse contra Kamala Harris, por ahora liderando las encuestas.
Por el lado de Harris, que viajó a Pensilvania para organizar su presentación, sus asesores remarcaron que está realizando simulacros de debate, con Hillary Clinton oficiando de Trump.
La actual vicepresidenta de Estados Unidos tiene una oportunidad para mostrarse ante el público, presentar su plan de campaña y ponerse a prueba en un escenario tenso ante un rival que utilizó argumentos machistas y racistas para denostarla.
Aspectos del debate
El evento durará 90 minutos y ambos candidatos tendrán dos minutos para responder preguntas, además de un minuto para hacer seguimiento. Al final, habrá otros dos para conclusiones finales. En ese punto, Harris irá primero y Trump segundo, tras haberse realizado un sorteo.
Al igual que en el debate donde enfrentó a Joe Biden, el republicano contará con un punto determinante: cuando no tenga la palabra, su micrófono estará silenciado. Los equipos de campaña demócratas le pidieron a la ACB News, organizadora del encuentro, que estuvieran prendidos en todo momento, algo que fue denegado.
¿La razón? El silencio del micro hace que Trump no pueda interrumpir la palabra de su adversario ni lanzar sus comentarios por lo bajo, uno de los aspectos menos seductores para el público estadounidense.
Por otro lado, no habrá público y los participantes no van a poder interrogarse directamente ni llevar apuntes.
Según la opinión de Aaron Kall, experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Michigan, Harris se expone más en el debate por ser su primera vez, e incluso evitó entrevistas y conferencias de prensa. Mientras que Trump acude a su séptimo encuentro de este tipo.
Manifestaciones fuera del recinto
Las fuerzas de seguridad locales están alertadas de la movilización de grupos pro palestinos, organizados para repudiar a Harris, quien ha expresado su apoyo a Israel en reiteradas ocasiones.
En este panorama, la Policía levantó barricadas alrededor del lugar donde se celebrará el debate para impedir el avance a la zona histórica de Filadelfia.
El debate es un acontecimiento en sí y espacios como bares y lugares de universitarios abrirán sus puertas para que los civiles se reúnan a verlo.
Pensilvania es uno de los seis lugares en disputa para Harris y Trump. En tanto es el que mayor cantidad de votos electorales -19- entrega de esta media docena de Estados indecisos, por lo que una buena performance y convencer a sus ciudadanos puede ser una llave rumbo a la oficina Oval.
Definir sus discursos
Ambos candidatos tienen la misión de definir sus perfiles rumbo a la elección de noviembre próximo, donde quieren posicionarse como una opción de “cambio” al actual Gobierno.
Por caso, Harris pretende abogarse los éxitos de la gestión de Biden, pero desligarse de los errores de esta Administración. Ella ha sugerido que, bajo su mandato, Estados Unidos se dirigirá a un nuevo comienzo.
Aunque suene a desventaja, que la figura de Kamala no sea completamente conocida ni popular en el común estadounidense, es una oportunidad para establecer su propia identidad política en un contexto donde la ciudadanía busca nuevos actores por fuera de Biden y Trump.
En cuanto a Trump, él sigue con su discurso de ser un insurgente opositor a las instituciones de Washington. No obstante, subraya su experiencia, no solo como jefe de Estado de la primera potencia del mundo, sino como personaje influyente en el escenario mundial, un aspecto que machaca como nítida oposición a Harris.
Por ejemplo, el magnate republicano sostiene que su injerencia y firme postura podría derivar a un principio de final de la guerra en Ucrania, en Gaza, y a una protección a las crecientes amenazas de naciones como Irán y Corea del Norte.
Dentro de las temáticas más resaltadas en las estrategias de cada candidato aparecen los problemas judiciales de Trump –un punto donde Harris puede hacer culto de sus conocimientos como ex fiscal- y los fracasos de la gestión del republicano en rubros como la inmigración.
En tanto Trump puede apuntar a Harris con su falta de experiencia al mando y los puntos endebles de la administración Biden que preocupan al electorado, como la migración y los problemas económicos de la clase media.