Por: Harold Jesús Durán Durán/ En la actualidad cuando hablamos del cuidado de la piel, podemos pensar que hace parte de una “moda” de esas que ocasiona que las personas le presten mayor atención solo por un tiempo.
Sin embargo, desde la antigua Grecia ya se venía imponiendo el cuidado de la piel, querían tener una belleza divina y magistral, es por eso que confiaban en la realización de actividad física diaria con posteriores baños de arcillas y masajes con aceites naturales patentados por ellos mismos. Todo esto era casi un “ritual” de su triada ideal (ejercicio, limpieza e hidratación) al que le apostaban en busca de una piel radiante.
Ahora bien, por ahí dicen que “la piel son los ojos del alma” ó “la piel habla” ó quizás “la piel no miente”, estas frases son ciertas, pero…
La piel es el órgano más grande que tenemos en nuestro cuerpo, con una estructura fantástica que varía en grosor y diámetro dependiendo la contextura de la persona y tiene funciones como:
- Protegernos de infecciones, de temperaturas extremas y de perdida de agua.
- Nos permite sensaciones de tacto, de dolor, de temperatura y vibración
- Tiene funciones inmunológicas que le permite defenderse ante parásitos, bacterias, virus y hongos y a la reparación de la piel después de una lesión.
- Produce vitamina D y otras sustancias que contribuyen a prevenir enfermedades del cuerpo.
¡Por esto y muchísimo más que hace nuestra piel, es que debemos cuidarla y protegerla!
La literatura habla de más de 800 enfermedades entre comunes y raras que se pueden desarrollar en nuestra piel, sin embargo vamos a revisar rápidamente una enfermedad prevenible en la mayoría de los casos, a la que estamos expuestos todos los días y a la que poca atención le prestamos hasta que está en avanzado estado, y es el Cáncer de piel, según la “Liga Colombiana Contra El Cáncer” habla que para el año 2020 en el mundo, se presentaron 1.500.000 casos nuevos de cáncer de piel y en Colombia a pesar de tener datos escasos en el año 2017 el instituto nacional de cancerología muestra una gran preocupación por ser la patología tumoral maligna con mayor número de casos nuevos (712) para el año reportado.
Es decir, cada día, cada semana o cada mes podríamos ser parte de esta estadística si no protegemos nuestra piel.
¿Y cómo puedo proteger mi piel?
Lo más importante es protegerse del sol ya que la exposición directa ocasiona daños irreversibles como cáncer de piel, envejecimiento prematuro, manchas en la piel, resequedad en la piel, entre otras.
- Utilice protector solar al menos 15 minutos antes de salir de casa, en la cantidad adecuada y reapliquelo cada 3 a 4 horas
- Estando en casa también se debe usar el protector solar (la luz que entra por la ventana también afecta la piel)
- Existen fotoprotectores orales para personas muy expuestas (consulta a su médico)
- Utilice ropa de protección si va a estar muy expuesto (mangas largas, sombreros, pantalones largos)
- Si va a caminar en horarios de gran intensidad de sol, haga pausas y busque lugares con sombra y nunca olvide la hidratación.
Ahora bien y con un poco de ayuda de mi Medico Estética favorita (@joycemra), vamos a revisar lo básico en cuanto al cuidado de la piel.
Es cierto que todas las personas tenemos un tipo de piel distinta, por eso la importancia de asistir al médico para tener claridad sobre el tipo de piel que tenemos. Nuestro cuidado de la piel o famoso “Skin care” debe partir del biotipo de piel que tenemos (normal, grasa, mixta o seca) y el fototipo (clasificación en relación a su reacción de la luz del sol) para de esta manera idealizar la rutina de cuidado.
Limpieza de la piel: Es lo primero que debemos hacer, dado que por medio de la limpieza se retiran acúmulos de células muertas e impurezas que no permiten que los productos que se aplique penetren las capas de la piel.
Antioxidantes: Nos ayuda a frenar las reacciones de oxidación en las células causados por los radicales libres, que esto se traduce en que ayuda a prevenir el daño de la piel por la exposición al sol y esta a su vez previene los signos de envejecimiento. Existen varios como la Vitamina C, Niacinamida, Resveratrol, entre otros.
Hidratantes: Es un paso fundamental en el cuidado de la piel, puesto que no se trata únicamente de un beneficio estético, dado que una buena hidratación de la piel nos lleva a un adecuado desempeño de sus funciones, por esto es importante elegir un hidratante adecuado para nuestro tipo de piel y entre los más utilizados tenemos el famoso ácido hialurinico por su majestuosa capacidad de retener agua, en sus diferentes vehículos de presentación.
Protector solar: Este es el paso más importante después de la limpieza de la piel, podríamos saltarnos el uso del antioxidante o del hidratante, pero el protector solar ¡nunca! No solo por lo que ya hablamos respecto a la cobertura que nos da contra el Cáncer de piel y el envejecimiento prematuro, si no que protege de otras interacciones constantes en nuestro día a día como la luz azul de los dispositivos electrónicos, fuertemente relacionados con hiperpigmentaciones (manchas) en la piel, deshidratación y envejecimiento prematuro. Además, tenga en cuenta que el protector solar no se utiliza solo en la cara, también en el cuello, orejas, brazos, piernas, mejor dicho, toda la piel del cuerpo necesita protección.
Ahora pasemos a otros factores muy importantes que debemos tener en cuenta para nuestro cuidado de la piel. Si hablamos de prevención y cuidado de la piel, no podemos olvidaros de estos pilares:
Actividad física: tiene un sinfín de beneficios para nuestra salud, no solo del cuerpo si no de la mente, es decir que cuerpo y mente sana se refleja en nuestra piel.
Hábitos: está demostrado que el consumo de cigarrillo genera efectos nocivos para nuestra salud y para nuestra piel, disminuyendo la circulación sanguínea, la producción de colágeno y elastina que son las encargadas de aportar fortaleza y elasticidad a la piel, también favorecen a la aparición de hiperpigmentaciones (manchas) y envejecimiento prematuro. El consumo de cigarrillo también aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel y de otros órganos.
Alimentación: se ha encontrado que dietas con alto índice glicémico genera efectos dañinos en nuestra piel, ¡el azúcar ocasiona estragos en la piel! Asi que va en cada uno de nosotros como queremos estar.
Higiene de sueño: al no dormir lo suficiente o no tener un sueño reparador, no solo nuestro estado de ánimo se ve afectado, si no nuestra piel también sufre y podemos encontrar desde una cara con ojeras muy marcadas, hasta deshidratación en la piel, si no le prestamos atención a nuestra higiene de sueño y normalizar el acostarnos tarde y despertar temprano, con el tiempo vamos a notar el cambio.
Recuerde que para permanecer en el proceso del cuidado de la piel hay que cambiar la motivación por disciplina, esto nos lleva a encontrar una mejor versión de cada uno de nosotros, a vernos mejor de lo que pensábamos y a sentirnos mejor de lo que creíamos.
En el sacrificio está la ganancia (aplica para todo).
Nota: A todas las madres que leen esta columna, a las que con sacrificio y esfuerzo también han sido padre y madre, las esforzadas, las valientes, las guerreras, las que ven alcanzable lo inalcanzable, las berracas, las que pierden el miedo porque entienden el valor de dar vida, a todas ¡feliz día!
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*Médico especialista en gerencia de instituciones de salud y gerencia estratégica de proyectos.
X: @haroldurann
Instagram: harold.duran1