El congresista de Comunes, Jairo Cala, fue incluido en el selecto grupo de Los Más Influyentes, porque considera que esto es “un gran reconocimiento a la construcción de Paz y un mensaje a quienes no han creído en la Paz, y la fiel demostración de que tenemos una escuela por la defensa de los intereses de la gente más humilde, y aunque tengamos diferencias en el punto de vista político hay un compromiso y obligación de trabajar por Santander”.
Su primer trabajo fue en el campo y el más reciente lo desempeña en el Congreso de la República. Se trata de Jairo Reinaldo Cala Suárez, Representante a la Cámara, por el partido Comunes, quien integró e hizo parte de la instancia del Consejo Nacional de reincorporación CNR y trabajó en el 2017 en generar la arquitectura institucional para la implementación del Acuerdo Final de Paz y en el 2017 le encomendaron la tarea de ocupar una curul en el Congreso de la República en línea del Acuerdo de Paz y sus curules.
Dice Jairo que “mi primera experiencia laboral fue desde muy joven en el trabajo del campo, cogiendo café, en la siembra de semilla de pasto, riego, cosecha de producto agrarios, en Lebrija una familia me facilitó una tierra y trabajé en el cultivo de piña (6.000 mil matas de piña), en la insurgencia laboré como enfermero, cartógrafo y contador”, hasta llegar al momento de los diálogos de paz que lo llevaron a ocupar una curul por ocho años en el Congreso de la República.
Jairo se define como “un campesino, mi padre era campesino, mi madre era una mujer campesina, mis hermanos son campesinos, nacimos en el municipio de El Palmar, Santander, en la Provincia Comunera. Somos 7 hermanos: Tres mujeres y cuatro hombres; quedamos huérfanos a temprana edad, yo a los 7 años de edad, de ahí en adelante me dediqué a andar y a trabajar, inicié tareas del trabajo rural y luego me dirigí a trabajar a Barrancabermeja, más tarde, a los 16 años tomé la decisión de ingresar a la guerrilla (Farc), luego de una explicación extensa, decido incorporarme a este movimiento insurgente”.

Hoy Jairo es padre de cuatro hijos, cuenta que “el mayor tiene 36 años, huérfano de madre, una mujer guerrera y muerta en combate en 1996; una hija de 22 años, hija también de una mujer muy valiente y aguerrida. Hoy vivo con mi compañera, trabajadora y firmante de paz, con quien tengo dos hijas, una de 12 años y la más pequeña de dos años; hemos disfrutado la tarea de convivir, criar, guiar y acompañar a nuestras hijas, este es un aprendizaje bastante grande para los dos. Soy abuelo de tres nietos, dos hombres y una bebecita”.
Sus estudios primarios los hizo Jairo en la escuela de la vereda Cinco Mil del municipio El Palmar, recuerda a la profesora Lucila “quien me dejó grandes enseñanzas para la vida”. Terminó la primaria en la Escuela Kennedy en El Socorro, validó el bachillerato y hoy estudia administración pública, de la cual se gradúa este diciembre 2024 como técnico en Administración Pública Regional en la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior – CUN.
Considera Jairo que “la Administración Pública es tal vez la actividad que más he desarrollado, durante 35 años de mi vida en las Exfarc, en ese tiempo me encargaba de administrar los bienes del colectivo y ahora en mi tarea como congresista tiene que ver mi función con el servicio público, y creo que era la profesión que se parece a lo he hecho en casi toda mi vida, y ha sido de manera empírica, también muy valiosa y que ahora he profundizado con los conocimientos técnicos y científicos que han permitido profundizar durante estos años de estudio y trabajo como congresista”.
Recuerda Jairo de su época laboral que “mi primer emprendimiento fue el de la siembra de piña y tener mi propio cultivo, también en ese mundo aventurero de juventud estuve en Venezuela, hablo de 1979, donde iba mucho colombiano para ejecutar el trabajo del tabaco, entonces conozco todo el proceso del tabaco y después con ese conocimiento laboral trabajé en varios lugares de Santander cultivando tabaco, además de papaya, maíz, millo, arroz, es decir todos los trabajos del campo, agricultura y pesca”.
Destaca como satisfacción personal el momento en que fue parte “del diseño de la arquitectura del Acuerdo de Paz, es un reconocimiento importante, después el haber sido proyectado desde mi partido para ser congresista, ese es un reconocimiento colectivo y político que hacen mis compañeros”. Y reconocimientos de manera específica destaca “el de la Universidad de Caldas y la Universidad Luis Amigó de Medellín por haber liderado la discusión de un proyecto de ley que tenía como objetivo reconocer una nueva profesión y una nueva escuela de conocimiento en Colombia sobre desarrollo familiar, también por el programa mundial de Alimentación- la lucha por la soberanía alimentaria para los colombianos sobre todo la niñez. También reconocimiento por la defensa y el acompañamiento a comunidades no solo de Santander, sino también del nororiente colombiano”.
Destacó estar en el selecto grupo de Los Más Influyentes y el recibir en el escenario la estatuilla “como el mejor congresista santandereano, condecoración que dediqué a las víctimas del conflicto, a los campesinos, a las mujeres y firmantes de paz. Por último diría que no he trabajado esperando a tener reconocimiento, creo que es mi actividad y mi misión es la manera común por el desarrollo de actividades que han posibilitado que algunas personas y algunas organizaciones y entidades reconozcan la importancia del desarrollo de tareas por el bien común”.
Manifestó Jairo que los aspectos a considerar para ser destacado fueron “primero es un gran reconocimiento a la construcción de Paz y un mensaje a quienes no han creído en la Paz, y la fiel demostración de que nosotros tenemos una escuela por la defensa de los intereses de la gente más humilde de este país, y que, aunque tengamos diferencias en el punto de vista político hay un compromiso y obligación de trabajar por Santander. También resaltaría los aspectos que significa estar en este grupo selecto y es la de enviar un mensaje de hermandad, encuentro y reconciliación. Desde mi tarea de congresista y desde la comisión cuarta constitucional de la Cámara de Representantes, pero también desde la comisión el seguimiento a los mecanismos electorales y miembro de la comisión accidental de Paz y de la comisión séptima constitucional, nos hemos esforzado por aprobar una serie de normas que tienen como objeto la implementación final del Acuerdo de Paz, que fue de las principales motivaciones de llegar al Congreso, pero claro también en la discusión y planteamiento de la asignación de los recursos suficientes para Santander en materia de consolidación de la vía Curos – Málaga, que es una vía con una gran deuda histórica y que es urgente resolver lo transitable, también la asignación de recursos para la habilitación de la vía Chiquinquirá – Piedecuesta con carriles de adelantamiento, también la habilitación de la Troncal del Carare que es la vía que va de Vélez a Cimitarra y conecta con la Ruta del Sol; trabajamos por la asignación de los recursos para la culminación de la Ruta del Cacao que es la doble calzada Barrancabermeja – Bucaramanga, por la terminación de la doble calzada de la Ruta Yuma, fundamental en una salida al río Magdalena; trabajamos porque se asignaran recursos a la Ruta de Los Libertadores y otras vías muy importantes. En esta tarea también tenemos que reconocer que junto a la Gobernación de Santander y los congresistas se ha logrado tener una coordinación con proposiciones como bancada santandereana y así garantizar recursos para nuestro departamento. Debo anotar aquí que el Gobernador de Santander, en su tarea de General del Ejército me estuvo persiguiendo y que seguramente hubo enfrentamientos, pero hoy hemos podido coordinar pensando en trabajar por Santander, este siendo otro ejercicio de reconciliación que no podía dejar pasar”.
Tras años de caminar en diferentes circunstancias, Jairo dice que “más allá de recomendaciones”, lo que aconseja es “escuchar voces con experiencias diversas que permitan y contribuyan en cada campo de su vida, empezaría con que uno en la vida debe tener metas no solo pensando en tener prebendas, sino en el paso de uno dejando una huella y la única manera de dejar huella es construyéndose en un servidor de la sociedad y así servir a la gente que necesita realmente el servicio de hombres y mujeres que de manera desprevenida y comprometida quieren servir. En la Colombia de hoy es necesario capacitarse de manera permanente, hacer un seguimiento constante a la evolución de la sociedad, del mundo, a la evolución técnico-científica de tal manera que como ser humano siempre se esté a tono con un desarrollo colectivo y humano”.
Llegar a donde está, en el caso particular de Jairo y desde su experiencia, relata que “un sacrificio supremamente grande fue el de apartarme durante 35 años de mi primera familia, el segundo sacrificio es el de no haber podido compartir con mis hijos y el ultimo diría, el de muchas veces asumir la idea estigmatizante de muchos acerca de la decisión que se tomó de luchar por los derechos colectivos de los colombianos”.
Integrar las Farc le obligó a ciertos hábitos, al respecto dijo que, “diría que son claves, primero el compromiso con la causa y los objetivos que se plantearon a largo plazo, la disciplina consciente, solidaridad, la hermandad, camaradería, el desarrollo de actividades permanentes, el ser cumplido y tratar en la medida posible en ser veraces en el momento de evaluar y analizar problemas” y en ese trayecto “abandoné el miedo al fracaso”, dijo.
Motiva a Jairo día a día a continuar: “El alcance del bienestar colectivo de los más necesitados. Garantizar la tierra para trabajar, con este gobierno se ha avanzado, pero falta más y esa será una gran motivación para seguir trabajando por las mujeres excluidas, las comunidades raizales, campesinas y firmantes. La construcción de Paz con justicia social. La familia que estamos construyendo y reconstruyendo, pero también la de mis compañeros”.