Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ Podemos observar que para muchos presentarse de forma natural con sus vulnerabilidades puede representar peligro y alteración, si se mira esta afirmación desde un contexto general y cultural, podría ser sencillo de entender porque algunas personas permanecen siempre detrás de bambalinas sin querer “figurar”, así mismo, como otros solo deciden dar a conocer a toda costa su forma de pensamiento.
Esto no infiere que precisamente tengan la razón alguno de estos dos tipos de personas, por lo que de cualquiera de los dos extremos podemos ver como los estilos de la comunicación se manifiestan en el día a día, ahora bien, también vale la pena aclarar que no se puede permear o influir solo en los dos extremos.
Es necesario que exista un proceso asertivo en el que el ser humano de permita expresarse y sea justo en el momento indicado y de la forma indicada, conociendo que los procesos culturales efectivamente pueden cambiar la forma de relacionarse de las personas, haciendo que una timidez se trasmute en un estilo de comunicación totalmente pasivo – agresivo, en el que se guarda y al final se estalla.
Todo lo contrario, cuando vemos un fósforo encenderse con rapidez y el control es imposible, su respuesta puede ser inminente y agresiva, entendemos entonces, que nos comunicamos con otros, tal como vemos el mundo.
Es así, como nuestra forma de presentarnos ante el mundo puede cambiar la forma en que otros nos perciben, puesto que hemos usado a lo largo de los años expresiones como “yo no soy monedita de oro para caer y bien a todo el mundo”.
Aunque pueda ser verdad nosotros realmente como lo dice un texto maravilloso “somos cartas leídas”, es decir, tenemos que saber que en la convivencia en sociedad siempre va a pasar algo, no es como si pudiéramos solo evitar que suceda y olvidamos del mundo del exterior, creo que, por esa razón, se han creado diferentes formas de vivencia alejadas de la civilización, de las personas y relacionamos ahora en este punto.
En busca de la paz con un retiro, lejano de la ciudad, pero igual esa sigue siendo nuestra realidad.
De forma que cada día que tenemos, tienes que si o si, relacionarse con otros de la manera en que nosotros creemos que es verdad, mi forma, mi proceso, para ver las situaciones y así poder comprender a su vez, que mucho de lo que somos no solo puede corresponder a quien decide mejorar las cosas por sí mismo.
Entendiendo que se puede llegar a ser asertivos a la hora de comunicarse, Sino que, hay otras personas que pueden construirse desde su verdad, pero no saben cómo dar ese paso.
Es precisamente el gran proceso de la comunicación, que busca enseñarnos a relacionarnos de forma sana, con otros, sin omitir que estamos relacionando la necesidad que necesitamos de otros, y que lo que yo haga más allá de afectar o no al otro, es lo que los demás vean, ese es mi perfil público, es lo que yo decido que o sea que, en teoría, sí me debería importar, sí debería estar atento qué es lo que yo consiento e inconscientemente deseo que otros vean de mí, para entender:
¿Qué imagen estas proyectando?
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*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
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