La guerra en Ucrania marcó el año 2022 como aquel en el que el fantasma de la guerra se hizo patente en Europa. El conflicto volvió a dividir en dos al mundo: entre Moscú, que asegura estar protegiendo a la población civil prorrusa en Ucrania, y Kiev, que es apoyado por la mayoría de países occidentales, encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea.
Hacemos un repaso mes a mes de los hechos más determinantes de esta guerra que ha roto la paz de Europa, devastado ciudades y causado millones de refugiados, sacudido la estabilidad energética de múltiples países, agravado la crisis económica mundial y amenazado la seguridad alimentaria de millones alrededor del planeta.
Febrero
El 24 de febrero inició la ofensiva. En un discurso que llegó de imprevisto –a pesar de haber sido temido por semanas–, el presidente ruso Vladimir Putin anunció antes del amanecer el inicio de lo que denominó la “operación militar especial” en Ucrania. Su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski respondió poco después desafiante; declarando la ley marcial y la movilización general.
En los días siguientes, al menos un millón de ciudadanos huyeron del país en medio de bombardeos e iniciaron las primeras sanciones occidentales contra Moscú: Estados Unidos anunció bloqueos a bancos rusos y exportaciones de tecnologías, mientras la Unión Europea prohibió el uso del sistema SWIFT en algunos bancos rusos.
Rusia atacó por tierra, mar y aire teniendo a Kiev como objetivo principal, en un intento por derrocar al Gobierno en una ofensiva relámpago. Con las tropas rusas superando a las ucranianas en armamento y número, el temor de que Ucrania quedara bajo dominio ruso se esparció por el mundo. Sin embargo, esos temores se diluyeron y la resistencia ucraniana liberó a la ciudad y sus alrededores en las semanas siguientes, lo que revelaría los primeros rastros de las atrocidades de la guerra.
Marzo
Moscú continuaba embistiendo sus tropas hacia Kiev en un intento de tomar la capital, mientras otro de sus frentes se tomaba la estratégica ciudad de Jersón, en el sur del país y cercana a la provincia de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
Y a medida que avanzaba la guerra, la Comisión Europea presentó su primer plan para dejar de depender del gas natural ruso, un boceto llamado REPowerEU.
El 8 de marzo, el Congreso Estadounidense aprobó el primer paquete de ayudas para Ucrania con 13.600 millones de dólares. La mitad de esta suma fue destinada a material de guerra y la otra mitad a apoyo a los refugiados, que para finales de mes ya sumaban 3,7 millones de personas.
En marzo también tuvieron lugar crudos ataques a civiles. Rusia mató a 35 personas tras disparar 30 misiles contra una base de entrenamiento militar en la frontera con Polonia. Días después, el 16 de marzo, las tropas rusas bombardearon un teatro en Mariúpol, acabando con la vida de al menos 300 personas que se refugiaban allí.
Pero las cosas se complicaron para ambos bandos. A mediados de mes, Viktor Zolotov, director de la Guardia Nacional de Rusia y miembro del Consejo de Seguridad, fue el primer alto funcionario en admitir que la ofensiva no obtenía los resultados esperados por el Kremlin. De acuerdo a la OTAN, para finales de marzo, entre 7.000 y 15.000 soldados rusos ya habían muerto.
Desde el 25 de marzo arrancó una segunda fase de la guerra, en la que Rusia afirmó que se centraría en controlar los territorios del este ucraniano, en las regiones pro-separatistas de Donetsk y Lugansk. Entretanto, Kiev se esforzaba por recuperar territorios en el norte y el sur en una contraofensiva que le devolvería pronto el control de más de 1.000 asentamientos.
Zelenski planteaba el 27 de marzo la posibilidad de que Ucrania adoptara un estatus neutro a nivel geopolítico y dos días después, negociadores rusos y ucranianos se reunieron por primera vez en Estambul, Turquía. En tanto, la Unión Europea pedía a sus Estados aumentar el presupuesto en defensa.
Abril
Los primeros días de abril revelaron los horrores de la guerra. Tras la retirada de las tropas rusas de la ciudad de Bucha, a pocos kilómetros de Kiev, se descubrieron los cadáveres de cientos de ciudadanos. En los días siguientes, se develó también la existencia de fosas comunes. Las autoridades ucranianas culparon a las rusas de la muerte de 457 personas y denunciaron torturas, violaciones y asesinatos a sangre fría.
El 7 de abril, Rusia disparó contra la estación de tren de Kramatorsk, un ataque que dejó 51 civiles muertos. Ese mismo día, la Asamblea General de Naciones Unidas votó por suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la entidad, un procedimiento más simbólico que práctico, puesto que Moscú, miembro del Consejo, bloqueó la votación.
La Unión Europea redobló sus sanciones contra Rusia al prohibir importaciones de carbón de ese país, lo que menguó las entradas de dinero al gigante euroasiático en 8.000 millones de euros anuales. Entretanto, la Comisión Europea abrió la puerta al inicio de adhesión de Ucrania al club de los 27.
El 14 de abril, Ucrania golpeó con misiles al Moskva, el buque insignia de la flota rusa. Dos días después, Rusia dijo tener bajo control el puerto de Mariúpol, preponderante locación en el Mar Negro, pero la batalla por la estratégica urbe sería mucho más intensa. A finales de mes, las tropas rusas habían conseguido dominar casi toda la ciudad, pero 2.500 marines ucranianos permanecían atrincherados en la planta siderúrgica de Azovstal, en una negativa rotunda a entregar la ciudad a los invasores.
Entretanto, el presidente Joe Biden pedía por esos días ante el Congreso de su país aprobar un proyecto de 33.000 dólares para apoyo militar a Ucrania.
Mientras todo esto sucedía, el número de refugiados ucranianos ya había aumentado a 7,1 millones.
Mayo
A principios de mes, la Oficina del Fiscal General de Ucrania informó que al menos 220 niños habían muerto y 407 habían resultado heridos como consecuencia de los bombardeos rusos.
El 4 de mayo, la Comisión Europea redobló la presión contra Rusia cuando informó que desde finales de año prohibiría la importación total del petróleo ruso. Días después, el 11 de mayo, Ucrania limitó el flujo del gas transportado a Europa por su territorio mediante gasoductos.
Para mediados de mes, el Ejército ucraniano informó que sus tropas habían avanzado 40 kilómetros hacia la frontera rusa desde Járkiv -la segunda ciudad más importante del país-, lo que aseguraba nuevamente su dominio en la zona y una nueva victoria frente a Moscú. No obstante, en esos mismos días las tropas de Kiev informaban el fin de su resistencia en la planta de Azovstal. Para esas fechas, Acnur cifraba el número de ciudadanos ucranianos refugiados en 6 millones de personas.
El 18 de mayo, la Comisión Europea anunció un plan de 200.000 millones de euros para buscar su independencia energética de los combustibles fósiles rusos en un plazo de cinco años y a finales de mes el bloque lanzó un nuevo paquete de sanciones contra Moscú, en el que prohibía la importación de productos derivados del petróleo ruso.
El 19 de mayo, el Congreso estadounidense anunció la aprobación de 40.000 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, más de lo que Biden había solicitado a los legisladores de su país.
El 21 de mayo inició una batalla por controlar la ciudad de Severodonetsk en Lugansk, al tiempo que en Mariúpol las tropas de Moscú anunciaban el control total de la ciudad, luego del rendimiento de los soldados atrincherados en Azovstal. El 31 de mayo, las tropas rusas también habían dominado el centro de Severodonetsk, aunque los enfrentamientos por el dominio de la urbe continuaron y, en Jersón, Ucrania iniciaba una contraofensiva.
También en mayo, Finlandia y Suecia anunciaban que solicitarían su ingreso a la OTAN, este último ponía así fin a casi dos siglos de neutralidad política.
Junio
Para el 2 de junio, gracias a la contraofensiva liderada por Ucrania en el óblast de Jersón liberaron 20 aldeas en este territorio. Y el 6 de junio, Reino Unido informó que enviaría sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple M270, con un alcance de 80 km, a Kiev, lo que significaba un respiro para el ejército defensor.
El 13 de junio, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sugirió en una conferencia de prensa que Ucrania podría tener que renunciar al control de parte de su territorio para recuperar la paz. El 21 de junio, Kiev aseguró que su Ejército había recuperado 1.026 asentamientos, mientras que, un día después, el gobernador de Lugansk aseguró que Severodonetsk sería abandonada ante la presión de las tropas rusas.
En junio, Moscú recortó en un 40% el suministro de gas a Europa y a finales de mes, por primera vez desde 1917 en la Revolución bolchevique, Rusia se atrasó de pagar su deuda externa, al no realizar un pago de 100 millones de dólares en intereses aunque el 30 de junio las fuerzas rusas se retiraron de la Isla de las Serpientes en el Mar negro, tras ataques de las tropas ucranianas.
Para esas fechas, la OTAN informó que aumentaría sus fuerzas de combate de 40.000 a 300.000 soldados.
Julio
El 4 de julio, cerca de 40 países participaron en una conferencia en Lugano, Suiza, para buscar financiamiento para restaurar Ucrania. El Gobierno de Volodímir Zelenski pidió 750.000 millones de dólares para lograrlo.
El 20 de julio, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró en una entrevista en la prensa rusa que Moscú se había desviado del objetivo oficial por el que había iniciado la guerra y que este era dominar las regiones orientales de Lugansk y Donetsk, aunque también apuntó la importancia que tenían Zaporizhia y Jersón para el Kremlin.
El 22 de este mes, Moscú y Kiev negociaron un acuerdo para transportar grano ucraniano por medio del Mar Negro, luego de que meses de guerra amenazaran la seguridad alimentaria de millones de personas en países que dependen de este grano -el más económico a nivel mundial- en diversas partes del mundo.
El 26 de julio, Rusia anunció que reduciría el suministro de gas por medio del gasoducto Nord Stream 2 a la mitad.
El 29 de julio, en Olenivka, Donetsk, 50 prisioneros de guerra ucranianos murieron en un ataque al centro de detención en el que se encontraban. Rusia y Moscú se acusan mutuamente de atacar el recinto y de las muertes de los prisioneros.
Agosto
El 1 de agosto, un barco con grano ucraniano salió por primera vez del puerto de Odessa en el Mar Negro desde el inicio de la guerra, lo que supuso una de las pocas noticias esperanzadoras desde el 24 de febrero.
Pero la guerra continuaba y entre los días 6 y 7 de agosto, el comando sur de Ucrania informó de la destrucción de decenas de lanzacohetes, tanques y vehículos blindados en ataques en Jersón y para mediados de mes, la aldea de Mayskoye en Crimea se vio afectada por una serie de explosiones que causaron que lo que se consideró un depósito de municiones rusas, resultara incendiado.
El 18 de agosto, luego de que Rusia y Ucrania se acusaran de haber bombardeado en áreas aledañas a la central de Zaporizhia, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que una explosión en la central sería un “suicidio” para toda Europa de llegar a materializarse.
Dos días después, el 20 de agosto, murió Darya Dugina, hija del ultranacionalista ruso Alexander Dugin, en la explosión de un carro-bomba en Moscú. Rusia acusó a Kiev de estar detrás del ataque, que según los señalamientos del Kremlin, iba dirigido a Dugin. Ucrania negó tener responsabilidad.
A finales de este mes, Ucrania continuaba con su contraofensiva en Jersón.
Septiembre
A inicios de mes, las tropas de Kiev retomaron cientos de poblaciones en el este y, tras semanas de malos resultados en el campo de batalla, el 21 de septiembre, Putin anunció la movilización parcial de sus ciudadanos a la guerra, lo que significó un punto y aparte en la embestida y el terror para cientos de miles de ciudadanos ucranianos que temían ser obligados a combatir.
El 23 de septiembre tuvo lugar el inicio de cuatro referendos organizados por Moscú en las regiones Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporizhia, con el objetivo de definir si la población local buscaba o no la adhesión a la Federación Rusa. Todas estas votaciones fueron criticadas por Occidente y catalogadas de ilegales.
El 30 de septiembre, finalizadas las consultas, Putin anunció que esas regiones serían anexionadas a Rusia. Estas consultas llevadas a cabo en los territorios ucranianos han sido consideradas por Occidente como la mayor anexión forzosa de territorio en Europa desde 1945, especialmente después de las denuncias de que las tropas rusas habrían obligado a los ciudadanos a votar.
Octubre
El 8 de octubre ocurrió una explosión en el puente de Crimea que conecta a Rusia con este territorio anexionado por Moscú en 2014. La explosión derribó una parte de esta construcción, ícono del dominio ruso sobre territorio ucraniano.
El 10 de octubre, Rusia dio inicio a múltiples ataques contra la infraestructura energética en Ucrania. La ofensiva se llevó a cabo con misiles de crucero y, de acuerdo a acusaciones internacionales, con drones de fabricación original de Irán, aunque Teherán niega haber facilitado este arsenal a Rusia.
Noviembre
El 15 de noviembre, un misil impactó en territorio polaco en la frontera con Ucrania.
Tras diversas especulaciones, investigaciones llevadas a cabo por Polonia y Estados Unidos concluyeron que se trató de un disparo realizado por tropas ucranianas por error. El misil mató a dos personas.
Más avanzado el mes, Ucrania hizo frente, el 23 de noviembre, a múltiples ataques con misiles de crucero contra infraestructura ucraniana. Cuatro centrales nucleares del país dejaron de funcionar debido a estos ataques.
Diciembre
El 2 de diciembre, las tropas ucranianas lanzaron una ofensiva para recuperar la ciudad de Melitopol, situada en el óblast de Zaporizhia.
El 6 de diciembre, el aeropuerto de la región rusa de Kursk, en la frontera con Ucrania, sufrió durante las primeras horas de la jornada una embestida con dron, según informó el gobernador local, Román Starovoit.
Rusia acusó a mediados de mes a Kiev de haber atacado con drones los aeródromos militares de Riazán y Sarátov, dos puntos de alta importancia para la aviación rusa. Y el 24 de diciembre, cuando se cumplían los diez meses de iniciada la guerra, un ataque ruso sobre la liberada ciudad de Jersón mató al menos a siete personas, por lo que Zelenski denunció que Rusia atacaba «por placer» a la población ucraniana.
Dos días después, durante una entrevista concedida a la prensa rusa, el presidente Putin dijo estar dispuesto a iniciar un diálogo con Ucrania. Sin embargo, estas son solo palabras para su homólogo Volodímir Zelenski, quien considera que Moscú realmente no ha mostrado voluntad de una solución pacífica.
A finales de diciembre, la guerra ha dejado 7,8 millones de personas en situación de refugiados y cerca de 7 millones de desplazados internos. Miles de ciudades y municipios han sido destruidos y aunque algunas poblaciones han podido retornar, miles de ciudadanos se enfrentan también a la titánica tarea de reconstruir sus hogares.
Entretanto, Rusia ha sufrido fuertes golpes a su economía, que han afectado a los precios de los combustibles en Europa y a la calidad de vida de sus habitantes. Y la guerra, debido a la escasez de combustible por las sanciones a Rusia y la limitación de producir granos en el territorio en guerra, también ha influido en un aumento de la inflación en otras partes del mundo y sigue amenazando la seguridad alimentaria en muchos países.
A final de año, la guerra continúa y no hay señales de paz a la vista a pesar del visible cansancio de los vecinos en conflicto.