Pyongyang lleva meses protagonizando una escala de la tensión bélica en la zona a través de pruebas balísticas que, cada cierto tiempo, suelen ser replicadas con ejercicios militares por sus vecinos del sur.
Corea del Norte confirmó lo que se convierte en un nuevo episodio de la escalada de la tensión bélica en la península coreana. Pyongyang lanzó cuatro misiles balísticos Hwasal-2 para testear estas armas con capacidad nuclear y “comprobar” la capacidad de reacción que tiene el régimen ante una posible “invasión enemiga”.
Las pruebas se dieron sobre la ciudad de Kim Chaek, provincia de Hamgyong del Norte, hacia el mar frente a la costa oriental de la península, según reveló la agencia estatal de noticias KCNA.
Según informaron los canales oficiales, los cuatro misiles tardaron unas tres horas en alcanzar el “objetivo” preestablecido después de hacer un recorrido elíptico que los sacó de la atmósfera.
Además, pudieron demostrar su capacidad para ser lanzados a una distancia de hasta 2.000 kilómetros.
Este lanzamiento se da unas horas después de que Corea del Sur y Estados Unidos protagonizaran una serie de ejercicios con bombarderos sobre la zona y varias maniobras conjuntas que calificaron como “exitosas”. Corea del Norte prometió una respuesta «sin precedentes» a los ejercicios militares de Seúl y Washington y calificó las maniobras de la nación norteamericana y sus vecinos del Sur de “ensayos para una posible invasión”, aunque los aliados afirman que sus ejercicios son de naturaleza defensiva.
La veracidad de las pruebas sigue analizándose
A diferencia de otras ocasiones, el lanzamiento de estos misiles no fue detectado por las fuerzas surcoreanas y japonesas, algo que ha llevado al Ministerio de Defensa de Seúl a decir que había «diferencias» entre lo relatado por Corea del Norte y lo que habían detectado con sus equipos, sin dar más detalles. Las investigaciones están siguiendo para confirmar la veracidad de lo anunciado por los medios estatales norcoreanos.
La escalada de la tensión ha preocupado especialmente a naciones como Corea del Sur y Japón, que han visto cómo en las últimas semanas las pruebas se han multiplicado con misiles de corta, media y larga distancia, aunque en ninguno de ellos se instalaron cabezas nucleares, algo que no elimina un temor recurrente a que en el futuro puedan llevarlas.
Prueba de ello es que Corea del Norte ensayó por primera vez un sistema de misiles de crucero de largo alcance en septiembre de 2021 y ha insinuado que este armamento se está desarrollando para ser armado con cabezas nucleares.
Anteriormente a las pruebas de esta semana, Pyongyang lanzó el pasado sábado un misil balístico intercontinental y un par de misiles de corto alcance para demostrar su doble capacidad de realizar ataques nucleares contra Corea del Sur y el territorio continental de Estados Unidos.
Denuncias desde Pyongyang a Naciones Unidas
El lanzamiento de misiles por parte de Corea del Norte hizo que Estados Unidos y sus aliados convocaran una reunión en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, algo que ha sido criticado desde Pyongyang, que acusa a esta organización de haber sido partícipe de las “injustas” sanciones promovidas por Estados Unidos.
Varios funcionarios norcoreanos reiteraron que Corea del Norte consideraría «contramedidas enérgicas» si Naciones Unidas sigue sirviendo de «herramienta estadounidense para presionar» a Pyongyang.
Corea del Norte vivió una breve etapa de distensión militar con Estados Unidos y con sus vecinos del Sur durante el periodo de negociaciones que llevaron a Kim Jong-Un a reunirse con Donald Trump para planear un posible desarme a cambio del alivio de las sanciones económicas, hechos que no condujeron a grandes acuerdos y que hicieron que las negociaciones se cancelaran en el año 2019.
Desde esa fecha, la inversión norcoreana en armamento se ha multiplicado, al igual que sus pruebas y desafíos contra Occidente.