Por: Aidubby Mateus/ En la actualidad, el mundo se encuentra en un momento de conciencia colectiva sobre la importancia de consumir productos locales y apoyar a las economías regionales. En Santander, uno de los departamentos más ricos en tradición y diversidad cultural de Colombia, la producción de panela y cacao representa un pilar fundamental para la economía de los campesinos y emprendedores de la región. Consumir estos productos no solo fortalece el tejido social y económico, sino que también contribuye a preservar una tradición que ha sido transmitida de generación en generación.
En cuanto a la panela, se obtiene a partir del jugo de caña de azúcar, y es un endulzante natural que ha sido parte de la dieta de los colombianos por siglos, la cual se ha extraído de manera artesanal y con el pasar de los años se han introducido tecnología que ha permitido mejorar a producción. En Santander, su producción es una actividad que involucra a comunidades enteras, generando empleo y dinamizando la economía local. A diferencia de la azúcar refinada, la panela es rica en vitaminas y minerales, como el calcio, hierro y magnesio, lo que la convierte en una opción más saludable para endulzar alimentos y bebidas.
El consumo de panela producida en Santander representa un apoyo directo a los pequeños productores, quienes enfrentan desafíos como la competencia desleal de productos importados y los bajos precios impuestos por intermediarios. Así las cosas, al elegir panela de la región, los consumidores contribuyen a la sostenibilidad de las fincas familiares y fomentan un desarrollo más equitativo. Además, la producción de panela se realiza con métodos que respetan el medio ambiente, lo que refuerza el compromiso con la sostenibilidad.
Por su parte, el cacao es otro producto insignia de Santander, reconocido por su calidad y sabor excepcionales. El cacao santandereano ha logrado posicionarse en mercados internacionales gracias a sus características únicas, que incluyen un aroma profundo y un sabor complejo con notas frutales y florales. Esta calidad es el resultado del arduo trabajo de los agricultores, quienes cuidan cada etapa del proceso, desde la siembra hasta la fermentación y el secado de los granos.
Se puede decir entones, que el consumo de cacao local no solo apoya la economía de los campesinos, sino que también impulsa a emprendedores que han decidido apostar por productos derivados del cacao, como chocolates artesanales, bebidas y otros alimentos. Estos emprendimientos no solo agregan valor al producto primario, sino que también crean nuevos puestos de trabajo y contribuyen a la innovación y desarrollo del sector agroindustrial de la región.
En ese orden de ideas, elegir consumir panela y cacao de Santander, es una decisión que va más allá del gusto. Es un acto de apoyo a los campesinos y campesinas que, con dedicación y esfuerzo, mantienen vivas las tradiciones y el legado de la región. También es una manera de fomentar la economía circular y fortalecer las redes de producción local, evitando que el capital salga de la región y reduciendo la dependencia de productos externos.
Valga destacar que los consumidores tienen el poder de influir en el desarrollo de su comunidad a través de sus decisiones de compra. Cada vez que alguien opta por un producto local, está respaldando una cadena de valor que involucra a agricultores, transportadores, distribuidores y emprendedores. En el caso de Santander, consumir panela y cacao es una forma de reconocer y agradecer el esfuerzo de aquellos que trabajan la tierra y de quienes transforman esos productos en delicias que llegan a nuestra mesa.
Ahora, en un mundo globalizado, donde las opciones son infinitas y los productos de otras regiones o países son fáciles de conseguir, elegir lo nuestro es un acto consciente de pertenencia y solidaridad. Apoyar la producción de panela y cacao de Santander es apostar por un futuro donde las comunidades locales sean protagonistas de su propio desarrollo, asegurando que la riqueza cultural y económica de la región perdure por generaciones.
En conclusión, el consumo de panela y cacao santandereano es mucho más que una elección gastronómica; es un compromiso con el bienestar social, económico y ambiental de la región. apoyar lo nuestro, fortalecer a nuestros campesinos y emprendedores, y construir un futuro más justo y sostenible para todos.
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*Embajadora internacional de mujeres inquebrantables, exalcaldesa Gámbita (Santander), Abogada Especialista en Derecho Constitucional y Derecho de Tierras.
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No solamente se puede consumir, es una obligación de paisano y agrego algo más, en el PAE, plan alimentario educativo, debe llevar, bocadillo Veleño, panela y cacao
Como postre, como limonada de panela y como bebida y postre.
Demole un cariñito a Santander.
Excelente doctora. Su escrito, fiel reflejo de su compromiso con el desarrollo, sostenible y sustentable del campesino santandereano que contribuye al crecimiento y fortalecimiento de sus comunidades.