Por: Pablo Arteaga/ “Colombia tierra querida himno de fe y alegría”, cada vez que hay hechos graves y relevantes en la historia de nuestro país que atentan contra el erario público o hechos de corrupción, aparece algún hecho, celebración u evento de la nada, como factor distractor, llámese fiesta popular, reinado de belleza u algún hecho de farándula que desvía la atención del pueblo colombiano frente a los graves acontecimientos, es lo que popularmente se conoce como cortinas de humo. Aprovechan el alto grado de atención dispersa y memoria a corto plazo de los colombianos para desviar la atención e introducir en el cajón del olvido los tan bochornosos hechos de corrupción de nuestro país.
Se estima que, por este flagelo, Colombia pierde alrededor de 50 billones de pesos por año, hecho que se ve reflejado en la deficiencia en la atención por parte del Estado de sectores como el de la educación, salud, infraestructura vial y vivienda principalmente; solo por mencionar algunos hechos, que muy seguramente tal vez muchos colombianos ya habrán olvidado. Tenemos:
1978: La Hidroeléctrica del El Guavio, que se ganó de lejos el título del «descalabro gerencial del siglo». Los sobrecostos de su construcción sobrepasaron los $350.000 millones y su retraso, superior a los cinco años, fue el gran culpable del racionamiento eléctrico que vivió el país en el año de 1992. La única persona capturada por el multimillonario desfalco al Estado en la construcción de la central hidroeléctrica en Cundinamarca fue Fabio Puyo Vasco. Aunque fue detenido en Estados Unidos y España, nunca fue extraditado ni pagó un día de cárcel. Vive en España desde los años 90.
1993: Foncolpuertos le costó al país $ 2,5 billones de pesos. Luis Hernando Rodríguez fue gerente liquidador de Puertos de Colombia. A través de Foncolpuertos y con la complicidad de una telaraña de jueces, se pagaron millonarias pensiones de manera irregular a personas que no tenían derecho a ellas. Fueron condenadas 825 personas. Rodríguez, que está en libertad condicional desde 2009, es pensionado del Congreso, pues es viudo de la senadora asesinada Martha Catalina Daniels.
1994: El proceso 8.000, fue tal vez el acto de corrupción más grande de financiación de campañas políticas por parte del narcotráfico en Colombia, sin embargo como respuesta a las acusaciones y pruebas aportadas para la época por parte de las autoridades en contra, del principal involucrado (el presidente Ernesto Samper) fue, “todo fue a mis espaldas”, apuñada rastrera que recibía la democracia colombiana después de más de una década de violencia y muertos aportada por las estructuras delincuenciales de los capos de la droga colombiana en la su disputa de poder y territorio, sobre este proceso queda el sinsabor histórico en el país de la condena de los máximos jefes de su campaña, pero la declaratoria de «ni culpable ni inocente» manifestada por la Comisión de acusación de la Cámara, que para muchos estaba al servicio del narcotráfico.
2007: Reficar. El presupuesto de la obra, que pasó de US$3.777 millones a US$8.016 millones entre 2011 y 2015. juego de poderes en donde no hubo sanciones a la empresa multinacional suiza por abandono del proyecto, sin embargo, no sobra preguntarle al Gobierno Nacional y a la Junta Directiva de Ecopetrol su posición ahora que la multinacional extranjera demandó a Colombia ante el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas por Inversiones (CIADI) por la suma de 765 millones de dólares.
2007: Odebrecht pagó US$ 32,5 millones de dólares en sobornos a funcionarios y contratistas en Colombia. Al igual que el caso de Reficar, empezó en el gobierno de Álvaro Uribe y tuvo continuidad en el gobierno de Juan Manuel Santos. Se sabe que unos 32 millones de dólares habrían sido destinados para el pago de sobornos a funcionarios para favorecer a la constructora brasilera en Colombia.
2008: Interbolsa le costó al país $300.000 millones. Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz montaron un entramado que estafó a inversionistas de Interbolsa y Premium. En el 2016 aceptaron el y posteriormente fueron condenados a 5 años y 9 meses de detención domiciliaria, vacaciones en sus humildes mansiones.
2011: Carrusel de la contratación en Bogotá. Costó 2,2 billones de pesos. El exalcalde de Bogotá Samuel Moreno y su hermano el exsenador Iván Moreno lideraban una red de contratistas, políticos y, abogados para atribuir irregularmente grandes obras distritales y nacionales. Ambos fueron condenados y privados de la libertad más 110 personas han sido procesadas por el caso, pero el dinerito se perdió.
2012: Saludcoop. El costo del desfalco estuvo alrededor de 1,4 billones de pesos, para la época el presidente de Saludcoop era Carlos Palacino el cual fue capturado y señalado como el zar de las EPS durante casi dos décadas por millonarios recobros que esta EPS le hacía al Estado y que sirvieron para pagar abultadas bonificaciones, finca raíz, viajes e inversiones en el extranjero, producto de la corrupción y la tercerización de las obligaciones del Estado. Palacino fue capturado en marzo de 2018 y dejado en libertad en el 2019 por que el Tribunal Superior de Bogotá resolvió sustituir la medida de aseguramiento en su contra y ordenar medidas no privativas de la libertad como la prohibición de salir del país.
2017: Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE). Se trata de uno de los casos en donde la justicia absolvió a tres de los sospechosos, entre ellos al exdirector de la DNE, Carlos Albornoz Guerrero. Unos $30.000 millones se perdieron en entregas irregulares de bienes de la mafia a compradores. Congresistas y abogados fueron salpicados por el escándalo. En agosto de 2018, el Juzgado 33 Penal del Circuito absolvió a Albornoz y a dos de las personas que había comprado Granja 32.
Es triste ver la manera como la historia nos muestra la manera tan ruin como estos personajes han desangrado los recursos durante décadas, recursos que debieron en su gran mayoría haberse invertido en salud, educación, infraestructura vial, seguridad alimentaria, tecnificación del agro, fortalecimiento empresarial etc. Sin embargo, la gran mayoría hoy están libres disfrutando al lado de sus familias esas grandes fortunas provenientes de los bolsillos de cada uno de los colombianos.
Si esto sucede en el orden nacional, ¿cómo será desde los municipios y las provincias en donde en innumerables ocasiones ha quedado al descubierto la poca diligencia y eficacia de los órdenes de control, al igual su permeabilidad frente a la corrupción e indiferencia de los ciudadanos?
Todos estos hechos y muchos más que han acontecido en la historia de nuestro país, son los que hoy, nos ubica en la percepción de los habitantes de este plantea como el país más corrupto del mundo.
Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.
*Profesional en Comercio Internacional y Especialista en Gerencia de Proyectos.
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