Por: Pablo Arteaga/ Hacia mediados de 1971 y 1973, el dólar consolida su hegemonía mundial como el principal medio de pago de las transacciones internacionales, coadyuvado por varias situaciones, entre ella la crisis petrolera de la época y el endeudamiento de varios países miembros de la OPEP, que terminaron sometiéndose en gran parte por su endeudamiento y que para le época estados unidos aprovecho su posición para que el petróleo se comenzara a cotizar en dólares.
A la vez, se venía gestando por parte de las élites de los países ricos y pobres del mundo, el planteamiento de la implementación de políticas neoliberales como gran salvavidas para la crítica situación que vivía la economía mundial para aquella época, la cual se encontraba en cuidados intensivos.
La propuesta de las élites de los países venía acompañada de la promesas que alimentaban la esperanza en medio de la desaceleración económica mundial, estas aseguraban que sus promesa se basaban en estudios de modelos económicos científicos que predecían que al implementar el pensamiento económico neoliberal conducirían a las economías del mundo a una reactivación económica mucho más dinámica, que, aunque los beneficios económicos y salariales de los trabajadores se verían reducidos, ya que deberían de conformarse con salarios más bajos, al igual que reducción de programas públicos por parte del estado., esto permitiría a que los beneficios a largo plazo generaran un mejoramiento de las condiciones para todos, incluyendo hasta los sectores más pobres.
Hacia mediado de los años 90s el pensamiento neoliberal se constituía en la corriente económica de mayor aceptación por parte de los sectores más poderosos del mundo, tales como el financiero y el industrial, generando así, el fortalecimiento del capitalismo neoliberal, dejando de plano, a atrás, las teorías económicas planteadas por el economista John Maynard Keynes, conocidas en su obra Teoría General del empleo, el interés y el dinero, publicada en 1936, quien basaba su teoría en el intervencionismo del Estado. Defendiendo así la política económica como la mejor herramienta para salir de una crisis económica que para la época vivía estados unidos y Europa.
Hoy las economías del mundo en especial la Latino Americana, proyecta tener una caída libre en su tasa de desempleo, como tal vez nunca en la historia de la humanidad de había visto después de la segunda guerra mundial, y esto se genera gracias al aislamiento social producido por el Covid-19, que más allá de un simple virus, en lo personal, considero que es una herramienta introducida tácticamente para apoderarse del nuevo orden mundial, la cual, se está gestando en las entrañas de la hoy economía más poderosa del mundo.
En este periodo de gestación se ha generado inicialmente una desaceleración de la economía mundial, produciendo así una disminución de la demanda, que simultáneamente llevará a todos los países a una disminución en los salarios de los empleados y por consiguiente una disminución del poder adquisitivo de los mismos, la cual presionará la caída de los precios, lo cual se volverá insostenible y finalmente producirá el recorte de personal y quiebra de las empresas.
En medio de esta puja de poderes quedamos los países latinoamericanos, en especial, me bella y amada Colombia, la cual tiene todo y a la vez nos hacen creer que no tenemos nada.
La implementación de la teoría neoliberal inició en el gobierno del presidente César Gaviria con la apertura económica, posteriormente continuo con la firma de los tratados de libre comercio, finalmente con la tercerización del estado y el desmembramiento de la democracia de nuestro país, que dio como resultado a un estado sometido a las decisiones de los dueños del dinero, creados por el mismo estado, a través de la teoría neoliberal y la tercerización de las funciones del mismo.
Es a aquí mis querido lectores a donde realmente quería llegar, muestro país ha sido perversamente manipulado por la elite que sin ningún escrúpulo nos ha llevado a la degradante realidad que hoy vive nuestro pueblo colombiano, en donde los niveles de pobreza cada vez son mayores, la presencia del estado cada vez es menor, la capacidad de atención a la población es insuficiente.
En Colombia hemos perdido nuestra ventaja competitiva con el agro, la industria y demás sectores de la economía, que en vez de avanzar y ser grandes exportadores de alimentos y sub productos derivados de la rica variedad de materias primas que poseemos, hoy sucede todo lo contrario, somos grandes importadores, y aquella ilusión, de competitividad de las políticas neoliberales finalmente no fueron más que humo, y si, la herramienta que ha acabado con nuestro país, es así, como el desarrollo e implementación de esta teoría, ha permitido que esa elite se adueñe de todos los sectores, en donde el estado debía hacer presencia y generar la dinámica desde sus propias empresas, siendo de esta manera, un competidor más del mercado, coadyuvando al fortalecimiento de las estructuras internas que permitan la competitividad de los sectores.
Hoy debemos importa hasta los productos más comunes como el algodón, la cebada, el arroz entre otros, que anteriormente se producían en nuestro territorio, pero que, por los altos costos de los fertilizantes, los cuales son importados por familias pertenecientes a esas altas élites, y que se han dejado de producir en nuestro país, generando así una dependencia de los productos importados.
El Estado colombiano ha llevado, en cabeza de políticos, que representan los interese de esas élites y no del pueblo colombiano, a declarar no viables económicamente a las empresas del estado, para así, direccionar los servicios que estas prestaban a la tercerización con empresas pertenecientes a familias miembros de estas élites.
Por otro lado, tenemos las concesiones de la interconectividad vial de nuestro país, la cual ha conllevado a el aumento desbordado de los costos logísticos en las operaciones comerciales, ahondando la brecha competitiva entre los productos nacionales y los importados.
Hoy más que nunca estoy convencido que el modelo económico neoliberal que impera en nuestro país debe replantearse, el estado debe retomar su lugar, eliminar la tercerización de las funciones del estado, hacer parte activo dentro de un mercado de bienes y servicios, debe de dejar de ser un simple espectador, para que de esta manera pueda atender a su población y generar condiciones en materia de conectividad, logística y tecnologías para mejorar la competitividad de sus sectores frente a los retos del capitalismo mundial, que en la medida que su sector privado crece, crecerá de igual manera su dinámica económica interna y su renta.
De esa manera el pueblo colombiano podrá algún día cantar nuevamente con orgullo, esa bella estrofa de la canción del compositor Lucho Bermúdez, la cual nos ha puesto a bailar y cuando estamos lejos de nuestro hermoso país, llena nuestros corazones de emociones y alegrías diciendo, “Colombia tierra querida himno de fe y armonía, cantemos, cantemos todos gritos de paz y alegría, vivemos siempre vivemos a nuestra patria querida, tu suelo es una oración y es un canto de la vida…”
*Profesional en Comercio Internacional y Especialista en Gerencia de Proyectos.
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