La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cree que el crecimiento mundial este año se limitará al 3%, cuando a comienzos de abril lo estimaba en 4,5%, como consecuencia de la guerra en Ucrania y las secuelas de la pandemia del Covid-19.
En su informe semestral de Perspectivas publicado este miércoles 8 de junio, el organismo destaca que, a pesar de la ralentización de la economía, el crecimiento se mantendrá sólido en algunos países que dependen de las exportaciones minero-energéticas.
Uno de los casos más representativos es Colombia, en donde las ventas externas de crudo y minerales «se beneficiarán de los altos precios globales, al menos temporalmente», lo que permitirá apoyar la inversión en esos sectores.
La economía colombiana tuvo en 2021 un crecimiento del 10,6%, impulsado por la reactivación de la actividad productiva tras el receso de 2020 por la pandemia. La OCDE destaca que los precios de las materias primas han mejorado «las condiciones de comercio» y apoyan los resultados fiscales.
Chile, Brasil y México, con perspectivas pesimistas
Así como Colombia y Argentina tendrían un mejor comportamiento este año del que se preveía seis meses atrás, otras grandes economías de la región sufrirán más severamente el impacto indirecto de la guerra.
El pronóstico de crecimiento de la economía chilena bajó del 3,5% estimado el pasado diciembre a 1,4% debido al “retiro del estímulo fiscal, la caída en los salarios reales impulsada por fuertes presiones inflacionarias y el endurecimiento de las condiciones financieras”.
En Brasil, la expansión de la economía se frenaría «significativamente» en 2022, para cuando se prevé un crecimiento del 0,6% como consecuencia de la elevada inflación y el aumento de los intereses.
En tanto, para México la previsión de crecimiento de este año ya no es del 2,3%, sino del 1,9% por parte de la OCDE, que advirtió un rezago en el consumo de servicios e inversión privada en comparación con los niveles prepandemia.