América Latina es la región con más activistas ambientales asesinados en 2022. Según un informe presentado por la ONG Global Witness, al menos 177 personas «defensoras de la tierra y el medioambiente» fueron asesinadas en 2022 en todo el mundo. Además, el reporte indica que el 88 % de los crímenes tuvieron lugar en América Latina, con Colombia encabezando la lista de países con más ataques mortales dirigidos a activistas ambientales.
Un activista muere cada dos días en el mundo, es una cifra que el reporte presentado este 12 de septiembre exhibe, confirmando la alta peligrosidad que conlleva la defensa climática en el planeta. Sin embargo, dicho riesgo no es igual en todas las regiones del globo, habiendo un continente en específico que preocupa más que los demás: América Latina.
Según el conteo de Global Witness, de los 177 asesinatos ocurridos mundialmente, 139 de ellos fueron en distintos países de Latinoamérica.
Colombia es el puntero en mortalidad de activistas ambientales con 60 crímenes registrados, seguido de Brasil (34), México (31) y Honduras (14).
Fuera de América Latina, solo Asia y África tuvieron registros de activistas climáticos asesinados en sus tierras: Con 16 y 5 respectivamente. Cifras que están a un abismó de distancia de la situación dentro de Latinoamérica.
«Las personas responsables de ataques mortales contra activistas llevan demasiado tiempo saliéndose con la suya. Incluso si no llegan a asesinar a las personas defensoras, ejercen violencia, intimidación y hostigamiento contra ellas en distintas partes del mundo para silenciarlas.», afirmó Shuruti Suresh durante la presentación del informe desde Londres.
Colombia, el más peligroso de la región
Si se examinan de cerca las cifras regionales compartidas por Global Witness, se podría llegar a la conclusión que, dentro de la región más riesgosa del mundo para los activistas ambientales hay matices. Colombia tiene casi el doble de asesinatos a defensores de la tierra que su perseguidor más cercano, Brasil. Algo que, lastimosamente, no es novedad para el país sudamericano.
El informe indica que, desde 2012, alrededor de 382 activistas climáticos han sido asesinados en territorio colombiano, más que en ningún otro país del mundo. Además, el pico de mortalidad aumenta en 2022, ya que las cifras de ese año dobletean a las registradas en 2021.
Pero los defensores del medio ambiente en Colombia no son solo números para una estadística de mortalidad, también tienen nombres y rostros.
Saida García, lideresa ambiental y comunitaria del Parque Nacional de la Sierra Nevada de Santa Marta, compartió las dificultades que representa defender a los ecosistemas en el país sudamericano, resaltando el desafío que tiene enlazar la protección ambiental con las dinámicas comunitarias en la zona.
«Es algo difícil, complicado y a la vez delicado porque para mantener toda esta cantidad de árboles primero hay que tener una buena comunicación con la comunidad, ya que somos los que vivimos en el territorio», indicó García.
Pero Saida también es una víctima. Su esposo Wilton, también activista ambiental, fue asesinado en 2019 enfrente de su casa por un presunto sicario con nexos a grupos armados que se apropian de los recursos en la zona y que, hasta el momento, no ha sido juzgado por el crimen.
El Amazonas y los pueblos indígenas, los más afectados
Por otro lado, Global Witness remarca que la región amazónica es un foco de violencia atípico para aquellos que dedican su vida a defender los ecosistemas del mundo. Solo en 2022, el llamado ‘pulmón del mundo’ fue testigo de 39 asesinatos de activistas ambientales, lo que representa uno de cada cinco del total de homicidios contra defensores de la tierra en ese año.
En esta tónica, el informe también subraya que las comunidades indígenas son las más vulnerables ante estos crímenes ocurridos dentro de la selva, ya que a pesar de que solo representan cerca del 5% de la población mundial, los miembros de estas comunidades fueron víctimas de un 34% de los asesinatos registrados contra ambientalistas. Cifras que encienden las alarmas dentro de la organización.
«Los estudios han demostrado una y otra vez que los pueblos indígenas son los mejores custodios de los bosques y, por tanto, son imprescindibles en la mitigación de la crisis climática. Sin embargo, en países como Brasil, Perú y Venezuela los están asediando precisamente por llevar a cabo esa labor.», sentenció Laura Furones, miembro de Global Witness.
El informe es presentado en vísperas de la COP28, en donde los líderes mundiales se reunirán el próximo noviembre en Emiratos Árabes Unidos para discutir la situación climática actual. Un espacio en donde es urgente también abordar la protección a todos aquellos que defienden la vida en el planeta, y que, por ello, la de ellos corre un gran riesgo.