Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ La creciente ola de problemas sociales ha sido vista como una simple amenaza a las sociedades presentes, porque solo nos referimos a lo que se ve públicamente de dichas problemáticas, es cierto, los organismos encargados de velar por la seguridad, en el caso de la seguridad ciudadana, siguen trabajando por desarticular bandas que se dedican a delinquir, pero aún con esto, sigue creciendo esa ola de inseguridad, ya no solo porque en cada esquina roban, atracan o hurtan, sino porque ni a causar daño se le tiene respeto, ni mucho menos a causar la muerte.
Parece que tenemos derecho a hacer daño, solo porque la vida no nos ofreció otro tipo de herramientas para vivirla y con esto se que este texto puede leerse ofensivo, pero no porque la vida me hirió tengo permiso para herir.
¿Cómo es que un país tan lleno de gracia, cultura, flora, fauna y lugares hermosos, pueden darse tantos problemas y hacemos como si nada?
Los precios exorbitantes para los turistas extranjeros y de nuestro propio país, que tienen que pagar por algunos servicios, no tiene razón de ser, porque finalmente el resultado del dinero que se gana de demás, no se ve reflejado, es decir, se siguen viendo las mismas personas vestidas con la misma ropa, la misma infraestructura de los lugares, la economía pareciera que siguiera circulando y se sigue observando que la delincuencia aumenta, que roban en el mismo lugar y que esta bien hacerlo, porque “no hay otras opciones” “no hay otras oportunidades”, entonces estas bien estafar como modelo social para el relacionamiento y reconocimiento publico con otros países, personas y culturales.
¿A dónde vamos a parar?
Lo más indignante del asunto es que cada día siguen apareciendo más y más quejas, y hemos usado las redes sociales para movilizar este tipo de situaciones, que están denigrando la cultura colombiana, porque la reciente ola y digo reciente, porque en realidad no es tan reciente, esto se viene presentando con mucha regularidad, se ha vuelto parte de lo que sucede en algunas ciudades del país que son visitadas y muy conocidas y es cierto, es real, porque también sucede en los mejores barrios, en los de mejor clase y han sido ultrajados nuestros derechos y además hemos permitido que esto pase.
La costumbre de vivir en medio de estas situaciones nos ha colapsado la forma cultural para ser reconocidos por cosas buenas, por personas que han salido de ambientes hostiles y nos han representado; las problemáticas sociales no definen toda la población, sin embargo, también es verdad, que no podríamos hacer mucho en contra de un arma de fuego que puede acabar con nuestra vida, para defender a una persona que está en medio de un robo, pero más allá de grabar solo un vídeo de subirlo a las redes sociales y hablar de movimientos sociales, en realidad desde lo cultural y desde la educación qué es lo que hemos estado haciendo para evitar que siga creciendo este tipo de problemáticas, no solo desde las acciones, sino desde lo cultural.
En conclusión, en Colombia si cuesta soñar, cuesta ser profesional, cuesta tomar buenas decisiones, cuesta romper esa cultura del facilismo en la que hemos crecido.
…
*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Maestrante en Psicología comunitaria (UNAD).
Facebook: RuthSCata
Twitter: PsiRuthSCata
Instagram: ruthscata