Corría el lunes primero de agosto de 2022 y desde Medellín se conocía por boca del presidente de la República, Iván Duque Márquez, que ese día “hacían historia por la Educación. Con la entrega de 5 colegios que benefician a 3.247 estudiantes de Medellín, Manzanares, Pereira, Tuluá e Ibagué, superamos los 300 colegios nuevos o ampliados entregados por el Ministerio de Educación y el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa -FFIE- en todo el país”.
Dijo además el presidente Duque, a seis días de entregar su cargo, que “los 303 colegios nuevos o ampliados que hemos entregado representan 4.249 aulas nuevas, 1.607 aulas mejoradas, 181 laboratorios, 161 aulas de tecnología, 272 comedores escolares, y más de 255 mil estudiantes beneficiados”.
Mientras eso sucedía en Medellín, el mismo lunes primero de agosto en Bucaramanga, en el Palacio Amarillo que ocupa el costado sur del Parque García Rovira, al menos treinta personas desde las nueve de la mañana ingresaban a la Gobernación de Santander con el propósito de tener un diálogo con la Secretaría de Educación Departamental, María Eugenia Triana Vargas.
No era la primera vez que una comisión de padres de familia, estudiantes, alcalde de Vetas – Hernán Bautista Moreno, concejales de Vetas, entre otros, llegaban al centro de poder departamental para invocar por ayuda debido al riesgo inminente de que el único colegio de Vetas se quede sin profesores.
La decisión oficial de restar profesores al colegio y escuelas de Vetas descansa en el Decreto 490 de 2016, que no exactamente ordena el recorte, pero establece unos mínimos que se deban cumplir en cuanto a la cantidad de alumnos por salón y así el número de profesores.
La ecuación es simple, en áreas urbanas cada colegio o escuela debe tener por salón 32 estudiantes por profesor, mientras que en áreas rurales cada institución educativa debe tener 24 alumnos por docente.
En Vetas, como en muchos otros municipios del país, los jóvenes al graduarse de bachilleres emigran a las ciudades o a municipios más grandes en donde encuentren oportunidades de estudio o de trabajo. No todos se van, pero sí el número es bastante. Esos jóvenes regresan después a visitar a su familia, pero ya residen en otros lugares.
De esa manera se presenta una reducción drástica de residentes jóvenes y de nuevos nacimientos. Vetas, según el reciente censo, tiene 2.600 habitantes y con tendencia a disminuir. La deserción escolar es muy baja. Sólo hay un colegio: el San Juan Nepomuceno, con una sede urbana para bachillerato y una sede urbana para primaria y cinco sedes rurales en diferentes veredas.
De esa forma el número de estudiantes que hay en Vetas solo estudia en el Colegio San Juan Nepomuceno porque no hay más opción, pero el colegio o las sedes no tienen más estudiantes porque no hay más gente. Así que el Decreto 490 de 2016 es imposible de cumplir.
A nivel nacional hay 25 veedores de educación inclusiva, y por parte de Vetas, la señora Rosa Elena Delgado, hace parte de la veeduría de educación inclusiva en Vetas.
En diálogo con Corrillos, la señora Rosa Elena informó que el primer campanazo de alerta se dio en mayo de 2022 cuando a Vetas les llegó comunicación a las profesoras de primero de primaria Dora Inés Gómez, de segundo Yudi Mercado, y de tercero Bibiana Castillo de que serían trasladadas con plaza fija a otro lugar de Santander.
La decisión se tomaba, según les informaban con base en el Decreto 490 de 2016 que ordena la tenencia en zona urbana por aula de 32 alumnos por profesor y en zona rural de 24 alumnos por profesor.
A manera de información general el Colegio San Juan Nepomuceno tiene en onceavo grado 13 alumnos, en 10 son 14 alumnos, en 9 son 23 alumnos, en 8 son 32 alumnos, en 7 son 24 alumnos, en 6 son 29 alumnos. En total 135 alumnos en bachillerato.
En la sede urbana de primaria en preescolar son 10 alumnos, en primero son 10 alumnos, en segundo son 13 alumnos, en tercero son 13 alumnos, en cuarto son 16 alumnos, en quinto son 15 alumnos. En total 77 alumnos en preescolar y primaria.
Con base en esas cifras la Resolución de traslado llegó a las profesoras de primero, segundo y tercero primaria. Al quedarse sin profesor los cursos primero, segundo y tercero de primaria la orden tajante consistía en fusionar los cursos es decir meter en la misma aula varios cursos para intentar completar el número mínimo de alumnos que ordenaba el Decreto 490 de 2016.
En Vetas se produjo la alarma general. El redoble de campanas esta vez no sonó a fiesta, sino al contrario a inminente riesgo de quitarle los mínimos vitales a un municipio, como es un colegio, o lo que es lo mismo tener un colegio sin profesores.
De inmediato se logró la primera reunión en la Secretaría de Educación Departamental. La secretaria María Eugenia Triana Vargas atendió durante tres horas a la comisión de Vetas que encabezaba el alcalde, el concejal Julián Antonio Jiménez, la personera estudiantil Jannin Vanessa Rodríguez Rojas, la veedora de educación inclusiva Rosa Elena Delgado, varios estudiantes, el rector del colegio José Luis Cortés Palomino, y el contralor estudiante Juan Pablo Rojas, entre otros.
La conclusión, después de tres horas de reunión ese 17 de mayo, dejó un sabor agridulce: Se prometió hacer un estudio técnico para revisar cuántos profesores se podían quedar, con base en el número de alumnos que el Colegio San Juan Nepomuceno tenía en cada aula de primaria y de bachillerato. Sin embargo, como aliciente, se les informó que esta no era una problemática exclusiva de Vetas y que el tema se discutía a nivel nacional. Que todo encajaba en el Decreto 490 de 2016 y que la solución definitiva sólo podría provenir del Ministerio de Educación.
La comisión regresó a Vetas y a los pocos días llegaron las resoluciones de traslado para las profesoras Yudi Mercado, Dora Inés Gómez y Bibiana Castillo. Fueron trasladadas con plaza fija a otros lugares de Santander. Primero, segundo y tercero de primaria se quedaron sin profesoras.
Después de varias semanas en que los alumnos no tenían clase, se alegó la vulneración al derecho constitucional de la educación y se conformó una comisión para abogar por ese derecho ante la Secretaría de Educación Departamental.
En la Gobernación de Santander fueron recibidos este lunes primero de agosto a las 9:30 de la mañana en la oficina de Talento Humano y luego en la Secretaria de Educación. Luego de una hora de reunión le informaron a la comisión de Vetas que el estudio técnico realizado no era viable, que seguía en vigencia el Decreto 490 de 2016, que entre menos alumnos menos profesores.
Las tres profesoras de preescolar y primaria que no fueron trasladadas deberán multiplicarse y responder por los 77 alumnos que tiene la escuela en la zona urbana. En el mismo salón deberán meter a los estudiantes sin importar el curso en que estén. Quedarán fusionados, como ordena el Ministerio, lo importante es tratar de obedecer al Decreto 490 de 2016 firmado en Bogotá, pero sin mirar realidades diferentes como la de Vetas, en donde Vetas con 2.600 habitantes nunca podrá ser comparable con Bogotá con 10 millones de habitantes.
En octubre el Colegio San Juan Nepomuceno celebrará sus 50 años de fundación y existencia, muchos en Vetas ruegan porque el siguiente redoble de campanas no sea para anunciar el cierre del colegio sino al contrario, para anunciar la llegada de los profesores que faltan.