La Segunda Marquetalia confirmó la muerte en Venezuela del exjefe de Farc herido en un ataque en 2022. Habría sido inicialmente atendido en el Hospital Militar de Caracas, pero después fue llevado al llamado hospitalito.
Una esquirla en la cabeza que le afectó el cerebro, más el agravamiento de las heridas en una mano y en las dos piernas con las que batalló un año después del ataque a su campamento en junio de 2022, al parecer fue una de las causas que llevaron a la muerte a Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, el excomandante de las Farc que en dos ocasiones le dio la espalda a una negociación de paz.
Aunque se desconoce el lugar en el que se recuperaba el exjefe guerrillero que fundó la Segunda Marquetalia junto a Jesús Santrich y Hernán Darío Velásquez, alias “el Paisa”, llevaba un año recibiendo paliativos médicos en Venezuela, según fuentes de ese país.
Dijeron que “Márquez habría sido inicialmente atendido en el Hospital Militar de Caracas, pero después fue llevado al llamado hospitalito, que es un centro hospitalario muy exclusivo que se encuentra dentro de Fuerte Tiuna”, el complejo militar en el que se reunió en septiembre de 2022 con el comisionado de Paz, Danilo Rueda, para sentarse a negociar en el marco de la Paz Total del gobierno de Gustavo Petro.
En aquella ocasión, Danilo Rueda manifestó: “Podemos afirmar que él es uno de los que ha enviado mensajes y que hay un grupo de ellos que directamente se acercan a este diálogo de exploración hacia las posibilidades de un diálogo hacia la paz”.
Si bien, desde Venezuela no han entregado un parte médico que reseñe las causas de la muerte del exlíder guerrillero, se ha establecido que su salud se había deteriorado desde hacía tres semanas, e incluso tuvieron que suministrarle en varias ocasiones oxígeno y lo mantenían sedado por las heridas del ataque a su campamento en julio del año pasado.
“Él había perdido varios dedos de sus manos tras el atentado, pero también perdió una mano y las heridas de los pies se le complicaron”, relataron varias fuentes a los medios de comunicación.
Pese a que siempre tuvo fama de ser una persona petulante, engreído y que hacía valer su palabra como si fuera la única sobre la tierra, hubo un asunto en los últimos días de su existencia que doblegó su prepotencia: fue perdiendo la visión hasta quedar totalmente ciego, lo que lo sumió en una profunda depresión.
Fue tanta su tristeza, que el 16 de junio cumplió 68 años de edad y no quiso recibir visitas de sus allegados.
Las heridas del atentado
El 30 de junio de 2022, Iván Márquez se encontraba refugiado en su campamento en Venezuela, en un lugar remoto de la zona Caicara del Orinoco venezolano, en el estado de Bolívar, y la frontera con Puerto Carreño, Vichada.
Ese día, sentado en su tienda de campaña, Márquez recibió una botella de licor como aparente regalo, pero en realidad tenía un dispositivo que al momento de destaparla se activó “estallándole en la mano y botándole cuatro dedos”, precisaron fuentes de Inteligencia Militar.
Esa fue la señal para la entrada de un grupo de mercenarios que atacaron su base con explosivos, lo que además le causó graves heridas en los dos pies y una esquirla que se fue a clavar directo a la cabeza. El estallido lo aventó, además, contra unas rocas del campamento, lo que lo llevó a estar en coma por varios días.
Fue tan fuerte el ataque, que en Colombia los medios de comunicación registraron que el jefe guerrillero habría muerto por un ataque de uno de sus enemigos: alias Iván Mordisco. No obstante, días después la Inteligencia Militar colombiana estableció que Márquez habría sobrevivido al ataque y se encontraba recibiendo atención médica en un centro hospitalario venezolano.
“Fue víctima de un atentado criminal dirigido desde los cuarteles del Ejército y los comandos de Policía; por fortuna salió ileso y solo sufrió ese día afectaciones”, indicó La Segunda Marquetalia a través de un comunicado.
Pero las heridas de aquella incursión de sus enemigos se agravaron e Iván Márquez terminó sin un brazo, sin dedos en su otra mano y con las lesiones de los pies complicándose cada día que pasaba.
El otrora jefe de las antiguas Farc murió sin saborear la paz de una negociación. En dos ocasiones dio la espalda a los diálogos y prefirió volver al monte. Tras esas dos negociaciones, incluso, llegó a ocupar cargos en el Congreso; pero en agosto de 2019, Márquez decidió abandonar su lugar de concentración, dejó su escolta y se reunió en la selva con otros desertores con los que decidió “refundar” las Farc y volver a la guerra que lo llevó a morir en su ley.