A través del apoyo de la Unidad de Restitución de Tierras -URT-, Rodrigo Lozada Pérez y su esposa Beatriz Meneses, lograron iniciar un nuevo emprendimiento en su finca, ubicada en la vereda Nueva Granada, donde cultivan cacao y elaboran el exquisito chocolate de mesa denominado “Choco Rubí”. Su historia es un ejemplo de resiliencia y perseverancia en medio de la adversidad.
El 12 de agosto de 1997, la familia Lozada Pérez se vio obligada a abandonar su finca debido a la presencia de grupos armados ilegales como el ELN y las Farc, quienes los extorsionaban. Además, las autodefensas también llegaron a la zona y los obligaron a pagar la llamada “vacuna”, para evitar ser afectados y amenazados.
Esta situación le costó la vida a una hermana de Rodrigo Lozada, razón por la cual, tomaron la decisión de abandonar su hogar y perderlo todo. A pesar de las dificultades, la familia Lozada Pérez nunca perdió la esperanza de recuperar lo que les habían arrebatado. “Perdimos animales, cosechas, nuestra finca y nuestra vida”, dijo Rodrigo.
En 2010, una luz se abrió para él y su familia. Le hablaron sobre la Unidad de Restitución de Tierras y desde ese mismo momento tomó la decisión de empezar el proceso junto con el resto de sus hermanos, con la esperanza de ser beneficiarios de la restitución y lograr la reparación.
En el año 2018, los integrantes de la familia Lozada Pérez lograron ser restituidos. Con la justicia a su favor, decidieron comenzar de nuevo. Fue así como Rodrigo Lozada y su esposa Beatriz Meneses decidieron regresar a San Vicente de Chucurí a la finca Rubí.
Ese año, gracias al apoyo de la dirección territorial Magdalena Medio de la URT, crearon un emprendimiento liderado por Beatriz Meneses, quien es la encargada del chocolate de mesa que surgió de esa iniciativa.
“La URT nos brindó apoyo en el tema del empaque y en la elaboración del chocolate. Iniciamos con un kilo y ahora producimos 120 libras. Es un chocolate de alta calidad y solo utilizamos cacao que cultivamos en la finca”, comentó con una gran sonrisa esta mujer santandereana.
La pareja de esposos tiene distribuido el trabajo del “Choco Rubí”: Rodrigo es el encargado de todo el proceso del cacao, desde el cultivo, la selección de las semillas y el transporte. Por su parte, Beatriz se dedica a la preparación del chocolate, que incluye el secado de las semillas, la eliminación de la cáscara y el molido fino.
La finca Rubí se ha convertido en un lugar próspero, donde cultivan el cacao de la mejor calidad. “Hemos aprendido a seleccionar las mazorcas amarillas, que son las más adecuadas para obtener un chocolate delicioso. Cada empaque de «Choco Rubí» contiene 10 bolitas de chocolate, que han sido muy bien recibidas por los consumidores”, dijo Rodrigo, beneficiario de la URT.
Mientras conversan animadamente y cuentan cómo ha surgido este producto en su finca, con sus amigos y familiares, Beatriz Meneses se siente más motivada al ver el éxito de «Choco Rubí». Además, tiene grandes planes para expandir su negocio.
“Me gusta el emprendimiento. Gracias a la Unidad de Restitución de Tierras he aprendido a valorar el poder de emprender y cómo este puede transformar vidas. Desde abril de 2023, el chocolate ha estado disponible en Barrancabermeja y Bucaramanga. Espero seguir creciendo y ofreciendo más productos elaborados con el cacao de la finca”, concluyó Beatriz
La historia de esta familia y su emprendimiento «Choco Rubí», es un ejemplo que motiva a otros beneficiarios a crear sus productos y a ser generadores de nuevas oportunidades y de esta manera materializar la reparación integral que necesitaban.