Con más del 92% de los votos de la primera vuelta de las presidenciales peruanas escrutados los candidatos Pedro Castillo y Keiko Fujimori son los favoritos para pasar al balotaje de las elecciones presidenciales del próximo 6 de junio. Hasta el momento, el izquierdista Pedro Castillo ha acumulado el 18,99% de los sufragios y la derechista Keiko Fujimori el 13,32%, según el escrutinio de de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
Durante la jornada de este lunes estaba en especial disputa el segundo puesto para el acceso a la segunda vuelta de estas reñidas elecciones. En las primeras horas del día fue el conservador Hernando De Soto quien ocupó esa plaza, hasta que Fujimori consiguió sobrepasarle a medida que avanzaba el recuento en la capital, Lima. Por el momento, De Soto goza del 11,75 % de los apoyos y el candidato ultraderechista Rafael López Aliaga del 11,74%.
La contienda electoral ha sido una de las más disputadas de la historia de Perú debido a que se presentaban 18 candidatos y a que el voto ha estado muy fragmentado. El hecho de que las dos candidaturas más votadas no hayan superado el 20% de apoyo es un fiel reflejo de ello.
Esta segunda vuelta electoral enfrentará a dos políticos contrapuestos políticamente ya que Pedro Castillo, sindicalista izquierdista, cuenta con un programa político en el que abiertamente se apuesta por un mayor control del Estado y una ruptura con el sistema neoliberal. Castillo ha apostado por la renovación de la constitución y por una gran inversión en salud y educación pública, pero sus políticas no son tan progresistas en cuanto a derechos de las mujeres, abiertamente opuesto a la legalización del aborto.
¿Quién es la conservadora Keiko Fujimori?
Keiko Fujimori, por su parte, es el fiel reflejo de los sectores más conservadores y derechistas del país andino. La hija del expresidente Alberto Fujimori, que gobernó al país entre 1990 y el 2000 es la heredera del fujimorismo, pese a que esta ha intentado alejarse de la sombra de su padre.
Su padre se encuentra actualmente en prisión, acusado por numerosos escándalos entre los que se encuentran delitos de lesa humanidad. Alberto Fujimori está acusado de estar detrás de las matanzas de Barrios Altos y Cantuta, ocurridas durante su mandato presidencial.
Por su parte, la aspirante a presidenta y excongresista ha conseguido reflotar su imagen política, después de los recientes escándalos de corrupción que la han hecho pasar por prisión en repetidas ocasiones entre el 2018 y 2020, mientras la Fiscalía peruana la investiga por los delitos de lavado de efectivos y organización criminal.
Keiko, de 45 años, consiguió deshacerse de sus rivales más inmediatos, De Soto y López Aliaga, con una popular campaña electoral –pese a las restricciones por el coronavirus– cuyo éxito se ha reflejado en los votos. Y es que la candidata de ultraderecha cuenta con una larga experiencia en el mundo de la inquietante política peruana. Irrumpió en la escena política nacional con tan solo 19 años, cuando fue nombrada primera dama bajo el mandato de su progenitor.
Años de experiencia en los pasillos de las instituciones políticas
Curtida en los pasillos de las instituciones peruanas, Keiko tomó el relevo de su padre en su partido, Fuerza Popular, y se postuló al Congreso entre los años 2006 y 2011. Más tarde daría el salto de aspirante a la presidencia en hasta dos ocasiones, siendo derrotada en segunda vuelta por Ollanta Humala en 2011 y Pedro Pablo Kuczynski en 2016.
«Estoy muy orgullosa y agradecida de su trabajo y también tengo mucha fe de que en las próximas horas se confirmará nuestro pase a la segunda vuelta», anticipó el domingo por la noche Fujimori en un mensaje grabado en su cuenta de Twitter, añadiendo: «nuestra batalla recién empieza». Desde entonces, la aspirante no ha hecho más declaraciones y permanecerá cautelosa a la espera del resultado oficial final, según sus familiares.
Quien sí se pronunció el lunes fue su hermana menor, Sachie Fujimori, que dijo a la prensa local que existe un reclamo por una mayor “presencia del Estado” que “el Perú está pidiendo a gritos”, en referencia al programa político de Pedro Castillo. Al tiempo que se alegró por el pase de su hermana a la segunda vuelta de los comicios.
Corrupción en Perú: ¿De qué está acusada Fujimori?
¿Serán las acusaciones de corrupción un factor decisivo en la segunda vuelta, teniendo en cuenta que Fujimori gozaba de altos índices de rechazo entre el electorado? Esta parece ser una de las incógnitas que pesarán en el balotaje de junio y que podrían inclinar la balanza hacia el lado del izquierdista Castillo.
Hace menos de un mes, el fiscal José Domingo Pérez. emitió una acusación formal contra cuarenta funcionarios, políticos y empresarios afines a Fujimori. Supuestamente, la cúpula de su partido habría recibido millonarios fondos ilícitos por parte de empresarios para financiar sus anteriores campañas a la presidencia. Entre las empresas destaca la constructora brasileña Odebrecht, envuelta en un escándalo transfronterizo en América Latina por el caso Lava Jato.
La líder de Fuerza Popular está a la espera de un juicio oral y se enfrenta a hasta 30 años de prisión, como pide la acusación, así como la disolución de su partido. Una mancha que podría borrar cualquier atisbo de victoria electoral, pero el peso del voto conservador es fuerte en Perú y Fujimori ha prometido «mano dura» en delicados ámbitos como la salud –debilitada por la emergencia sanitaria–, la economía y la seguridad nacional. Todo ello, está claro, desde la bancada más tradicional.
La economía antes que la salud: Keiko Fujimori
Durante la pandemia, que en Perú deja más de 1,6 millones de contagios, Fujimori fue una de las más críticas con los confinamientos y las estrictas medidas de bioseguridad que impusieron los anteriores mandatarios para evitar la propagación del virus. En su campaña electoral, la derechista dijo que levantaría las cuarentenas con el propósito de reactivar la desgastada economía peruana, además de impulsar una reforma tributaria para la nación andina.
La llegada de estos dos candidatos es, en cierta medida, una gran sorpresa y polarizará la votación entre dos extremos y modelos de país enfrentados. Si bien Castillo irrumpe como un personaje prácticamente desconocido entre la élite limeña y el panorama mediático, puesto que su nicho es el Perú rural, su oponente Fujimori lleva décadas copando titulares y parece no desistir de su propósito de hacerse con la presidencia.
Se reportaron retrasos en la apertura de urnas
Si bien, la mañana no empezó con el mejor pie, ya que, pese a la tranquilidad, se produjeron numerosos reportes sobre el retraso en la apertura de las mesas. Según los datos del Organismo Nacional de Procesos Electorales (ONPE), apenas el 70% de las mismas tardaron hasta dos horas en abrir, con respecto a la hora de inicio de los comicios.
De acuerdo con el corresponsal en Perú, Francisco Zacarías, esto se habría debido, por un lado, al ausentismo de algunos ciudadanos miembros de la mesa –que están obligados a presentarse a los centros–, y por otro, a la lentitud que caracteriza todo proceso electoral en la nación, que este año además tendrá algunos turnos especiales por el coronavirus, ya sea por edad o embarazo, como indicó temprano el periodista de France 24.
Algo que no está funcionando del todo porque, de acuerdo con la agencia Reuters, sobre el mediodía había largas filas fuera de algunos colegios, con gran presencia de adultos mayores a los que se les había pedido acudir temprano para evitar aglomeraciones.
Casi al tiempo, en Lima, el presidente interino del país, Francisco Sagasti, añadió su papeleta solicitando a los supervisores electorales que precisamente ejerzan su deber civil: «En las colas hay personas vulnerables que han estado esperando desde muy temprano para votar».
Todo ello se suma a la apatía de décadas de corrupción y al temor a una nueva oleada del virus Covid-19. Lo que podría llevar a una participación bastante baja, en un escrutinio que también determinará sobre la figura de vicepresidente, 130 legisladores y cinco representantes del Parlamento Andino.
El «no voto» ha sido la opción más popular en esta primera ronda. Perú está atravesando una explosión de casos por coronavirus, lo que podría agrandar esta abstención. Solo este sábado murieron 384 personas, en un nuevo récord diario en el país.
Por ello, a los 25,2 millones de votantes se les ha pedido portar mascarillas y sus propios bolígrafos. Aunque se hayan tomado precauciones, se teme que muchos no se desplacen y que prefieran pagar la multa de 25 dólares, ya que en el país, como en Ecuador, el sufragio es obligatorio.
¿Una «inmovilidad absoluta» de los militares y policías?
En las últimas semanas, varias publicaciones circularon en las redes sociales insinuando que el Gobierno de Francisco Sagasti había supuestamente solicitado a las Fuerzas Armadas y a cuerpos de la policía una «inmovilidad absoluta», lo que supondría una imposibilidad de votar.
Tanto el Ministerio de Defensa como la cartera del Interior de Perú han desmentido dichas informaciones y han asegurado que los 96.000 policías y 62.000 militares desplegados este domingo podrán votar.
Unos 860.000 peruanos votan desde el extranjero
En el exterior, miles de nacionales empezaron a votar desde el sábado. En Nueva Zelanda, los peruanos de las ciudades de Wellington y Auckland fueron los primeros en el mundo, como parte de los casi 860.000 electores en el extranjero. Únicamente en Venezuela, Chile, Paraguay y Aruba estos residentes no podrán hacerlo por temas de logística o por la propia enfermedad del coronavirus.
La cancillería peruana informó a través de sus redes sociales de la apertura de colegios electorales por todo el mundo. Estados Unidos es el país en el que mayor número de peruanos están llamados a las urnas, en torno a 310.000, seguido de España con algo más de 150.000 y Argentina con más de 140.000.
En España, la mayoría viven en Madrid y Barcelona, en donde se han registrado largas colas pese a las medidas de prevención contra el Covid-19 que rigen en el país. España suma en total una decena de puntos de votación a disposición de los peruanos que quieran ejercer su derecho a voto.
El cuarto país en liza es Italia, con más de 80.000 electores llamados a las urnas, la mayoría en Roma (17.190 electores). «El tema del contexto sanitario nos lleva a tener particular cuidado, pero he visto que la gente ha salido masivamente a votar y eso creo que dice mucho de una comunidad en el exterior», afirmó a EFE el cónsul general José Antonio García Torres.