Cambiar una lechería por la venta de vehículos automotores parecería una muestra de lo que algunos políticos podrían mencionar en sus discursos falaces como “desarrollo”.
Por: Fray Andrés Julián Herrera Porras, O.P/ En este primer mes del año he tenido la posibilidad de rodar en “bici” por diferentes lugares y he venido disfrutando de algunos paisajes de nuestro Santander: Pinchote, Páramo, Curití, San Gil, Valle de San José, Bucaramanga, Girón, Piedecuesta; tenemos un departamento hermoso y parece que aún no nos damos cuenta.
En medio de la subida de Lechesan caí en cuenta rápidamente que no debía seguirla llamando así, ahora debe ser “la antigua subida de Lechesan” o algo similar. El hecho de no vivir en Bucaramanga hace que mis referentes de ciudad demoren en mutar y aunque soy consciente de la presencia del concesionario Sanautos allí hace buen tiempo tiempo, un poco más del que llevo viviendo fuera de la ciudad, aún no puedo referenciar esa subida con la venta de vehículos sino con la antigua lechería.
Mientras rodaba entre Pinchote y Páramo por toda la ribera del Fonce, he disfrutado mucho de los paisajes que me evocan la infancia; esas montañas que veía desde niño siguen allí, son las mismas y son diferentes. Los paisajes de todo el bello Santander son hermosos y se ven mucho mejor libres de rostros y de apellidos, esos que próximamente se volverán a hacer parte del paisaje como cada cuatro años, esos que se van a encargar de invadir los campos y ciudades con su contaminación visual por doquier.
Cambiar una lechería por la venta de vehículos automotores parecería una muestra de lo que algunos políticos podrían mencionar en sus discursos falaces como “desarrollo”. En realidad, el cambio de producir leche por vender carros es una evidencia del vencimiento del modelo neoliberal sobre cualquier otra opción en el país. No quiero dictar una postura moral, quiero que nos cuestionemos sobre las prioridades que el mercado impone y las consecuencias de las mismas.
Se aproximan las elecciones locales y con ella los tradicionales panfletos de publicidad engañosa con que se forran los pueblos, las calles y los campos de nuestro país. Santander nunca se queda atrás, pareciera que para ser alcalde o alcaldesa lo que se requiere no son ideas ni inteligencia sino dinero para costear las vallas publicitarias y llenar de basura nuestros municipios. Seguramente, en un par de meses, por no decir semanas, salir a caminar o a rodar por nuestras vías implicará enfrentarse a la basura producida y publicada por nuestros futuros gobernantes, contaminación que durará el resto del año y posiblemente más porque una vez terminadas las elecciones allí seguirán sus falsas sonrisas en medio de la vía.
Lechesan fue adquirida en el 2014 por el grupo Gloria y dejó de ser la industria local que funcionaba desde 1971, para ser parte del grupo peruano. En cuanto a Sanautos, que funciona desde 1954, inauguró su concesionario en la antigua subida a Lechesan en el 2015.
Según datos de la Universidad de la Sabana “560.000 niños menores de 5 años sufren de desnutrición crónica en el país y 15.600 padecen desnutrición aguda severa” (Hernández, s.f.). Sin embargo, no hay nada que preocuparse porque la industria nos sigue trayendo desarrollo y progreso de la mano del 4,8%, 262 mil carros, de aumento de venta de vehículos en el país (Restrepo, 2023). Insisto, es tiempo de revisar las prioridades.
Este año electoral se abren posibilidades de cambios para las regiones. En Santander, como en todo el país, llevamos años apostando a la continuidad de modelos fallidos, es tiempo de que los candidatos pongan los pies en la tierra y observen la realidad para repensar las dinámicas en las que se proyectan nuestros territorios y hacer propuestas que beneficien a los que deberían ser beneficiados, de hacer un gran cambio de prioridades. Es tiempo de que los electores no se dejen engañar por las sonrisas falsas e hipócritas de cada cuatro años y observen a detalle las propuestas, que se vote por las propuestas y que luego, se exija el cumplimiento de las mismas. Ojalá este 2023 bajemos los índices de desnutrición a cero, así no aumente el parque automotor del país.
Apuntaciones
– Estamos llenos de obras sin terminar a lo largo y ancho del país, es tiempo de poner la lupa en cada una de ellas para evitar despilfarros y elefantes blancos. Además, con el fin de los periodos de gobierno hay que estar muy despiertos en las últimas contrataciones de alcaldías y gobernaciones; también con las ordenanzas y acuerdos de asambleas departamentales y concejos municipales.
– Los delitos de sangre no existen, no se puede juzgar a alguien por los delitos cometidos por su padre. Sin embargo, es vergonzoso que se hereden alcaldías y gobernaciones como si nuestra democracia fuera una monarquía disfrazada, como si nuestros municipios y departamentos fueran feudos y nosotros unos simples vasallos.
– Ya iba a cerrar la columna cuando se armó toda la polémica por la “Session #53” de Shakira y Bizarrap y aunque mucho se ha dicho al respecto, no puedo dejar de cuestionar las ideas de comparar el “cambio de mujer” con el cambio de carro o reloj y la de “las mujeres no lloran, las mujeres facturan”. Ambas ideas son una muestra legítima de rabia por parte de la cantante, pero también un indicio absurdo de cómo el capital está por encima de la humanidad misma, se niega la humanidad que llora para afirmar el capital, se comparan seres humanos con carros de diferente valor, como si las personas tuviesen valor monetario comparable.
Referencias
Hernández, E. (s.f.). ¿Cómo está la desnutrición infantil en Colombia? Campus Unisabana. Disponible en: ¿Cómo está la desnutrición infantil en Colombia? (unisabana.edu.co)
Restrepo, O. (1 de enero de 2023). Con fuerte caída en diciembre, más de 262 mil carros se matricularon en 2022. El carro colombiano. Disponible en: Con fuerte caída en diciembre, más de 262 mil carros se matricularon en 2022 (elcarrocolombiano.com)
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*Abogado. Estudiante de la licenciatura en Filosofía y Letras. Miembro activo del grupo de investigación Raimundo de Peñafort. Afiliado de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.
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