Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ Pero la maleta que cada uno elige es propia, yo no puedo saber o decidir que maleta cargar por otro, sin embargo, generacionalmente hemos venido cargando cosas que a la larga son innecesarias.
El dolor y la rabia son ejemplo de ello, por qué nos invitan a permear las situaciones que vivimos con un poco de cada una de ellas, y las decisiones que tomamos están cargadas de rabia y dolor, pero no de solución, es decir, la forma de resolver una situación es repetirla y generalmente esto hace que jamás se pueda cerrar sanamente una historia, sino que yo siga arrastrando con todo lo que este a mi paso.
Es decir, si en mi maleta yo cargo rabia y dolor, seguramente para mí va a ser fácil responder de cualquier manera casi siempre que la situación lo requiera, es decir si yo estoy dispuesto a sufrir todo el tiempo, es válido entonces que estas sean las cosas que estén en mi maleta diario, pero si por el contrario, lo que quiero tener es paz y tranquilidad o al menos una vida tranquila, no voy a permitir que estas dos emociones se alojen en mi vida.
Es contrario a todo lo que hacemos, porque terminamos cargando cosas que no nos pertenece, terminamos agotados y ahogados, buscando una disculpa, buscando un perdón que no va a llegar de la manera en que esperamos que pase, sino que va a llegar de acuerdo con la maleta que la otra persona carga, o sea si hay dos personas cargando lo mismo la respuesta jamás va a ser algo sano sino por lo contrario va a ser doloroso.
Por eso es, por lo que muchos de los problemas que vivimos no son solucionables, por más sencillas que sean, los difíciles somos nosotros mismos; que con nuestra propia maleta hacemos imposible el vivir de forma tranquila y terminamos amando el dolor y la rabia y aceptándolos como parte de nuestra cotidianidad.
Entonces yo terminó validando cualquier carga para mi maleta, y aunque la maleta pesa está bien, porque en mi maleta y yo soy el que decido.
Pero cómo voy a saber cuáles son las decisiones adecuadas sí siempre actúo desde un punto de vista defensivo, en todas las situaciones que vivimos nos llevan a tener que defendernos o cargar a otros con lo que vivimos, hay algunas situaciones que solamente nos invitan a reevaluarlos, otras a sensibilizarnos porque nos estamos tratando muy mal y otras sencillamente que nos llevan a entender que no podemos seguir cargando lo que nos hace daño y aprobando ese año conscientemente, lo que podemos hacer es ser bondadosos con nosotros mismos, saber que merecemos ser escuchados, atendidos y valorados; ya no sigas cargando una maleta que no te corresponde.
…
*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
Facebook: RuthSCata
Twitter: PsiRuthSCata
Instagram: psicologaruthscata