Bolsonaro fue dado de alta y pudo salir del centro, pero permanecerá bajo observación de un equipo médico como paciente ambulatorio, según explicó en un comunicado el hospital Vila Nova Star de São Paulo, donde estuvo internado desde el pasado 14 de julio.
«No puedo esperar para volver al trabajo, ver amigos y hacer que Brasil se mueva realmente», indicó Bolsonaro horas antes de conocerse sobre su recuperación.
El mandatario brasileño, de 66 años, había sido trasladado al centro médico para recibir tratamiento relacionado con una obstrucción intestinal, luego de que presentara fuertes dolores abdominales y un ataque de hipo que le duró cerca de diez días.
Cuando se conocieron sus problemas de salud, Bolsonaro aseguró desde su cuenta de Twitter que todo eran consecuencias del apuñalamiento que sufrió en 2018, cuando participaba en un mitin de campaña por la Presidencia en el estado Minas Gerais, al sur del país. Sin embargo, ningún personal de la salud ha explicado que las complicaciones se deban al ataque de hace casi tres años.
Hasta el momento, Bolsonaro ha afrontado seis intervenciones quirúrgicas , cuatro de ellas como consecuencia del atentado. Aunque por la obstrucción intestinal de esta vez no lo operaron, de acuerdo con los médicos que lo atendieron.
El equipo clínico explicó que, aunque consideró una nueva cirugía de emergencia para tratar la «suboclusión intestinal» hallada, decidieron apostar por un «tratamiento conservador» que dio buenos resultados, sin explicar más al respecto. El sistema digestivo de Bolsonaro presentó una evolución satisfactoria, por lo que los médicos decidieron concluir su hospitalización.
El médico gastroenterólogo Antonio Macedo advirtió que el jefe de Estado «deberá retomar la rutina de trabajo con calma», según indicó en una rueda de prensa. Pero Bolsonaro tiene otra idea en mente. «Regresaré a la Presidencia mañana (lunes)», le dijo el mandatario a los medios al salir del hospital.
Entre las complicaciones de salud y las investigaciones contra su gestión
Según médicos especialistas en aparato digestivo, citados por el diario local ‘O Globo’, la condición de Bolsonaro puede ser el resultado de operaciones a las que se sometió tras el atentado de hace tres años.
Las nuevas complicaciones de salud del mandatario se conocen en momentos en que enfrenta pedidos de un juicio político por mala gestión frente a la pandemia, una investigación por presunta corrupción en la compra de vacunas contra el Covid-19 y en momentos en que su popularidad se encuentra en su punto más bajo. Todo de cara a las elecciones del próximo año, en las que aspira a la reelección.
A principios de julio, la Fiscalía abrió una investigación en su contra por un caso de presunta corrupción en la compra de vacunas contra la pandemia del Covid-19. El ente acusador intenta determinar si Bolsonaro incurrió en el delito de prevaricato, por incumplimiento de sus funciones como funcionario público.
La indagación se centra en esclarecer si sabía o no de irregularidades en un contrato con la farmacéutica india Bharat Biotech para adquirir al menos 20 millones de dosis de su vacuna Covaxin.
Entretanto, legisladores de la oposición piden llevarlo a un juicio político, acusado de negligencia por el manejo de la pandemia, que deja a Brasil con más de 500.000 muertos y como uno de los principales epicentros de la emergencia sanitaria mundial.
Pero, pese al costo sanitario y político de su posición negacionista frente a la emergencia sanitaria, este domingo a su salida del hospital, Bolsonaro volvió a despertar polémica en torno al uso de medicamentos no probados para tratar el virus.
Además, declaró que su país ha estado libre de corrupción durante dos años y medio, y defendió nuevamente al denominado voto «audible», al asegurar que es la única forma de garantizar una transparencia y elecciones libres de fraude.
Sin embargo, sus intenciones reeleccionistas están plagadas de obstáculos. Según un sondeo nacional de Datafolha, publicado el pasado 11 de julio, la mayoría de los entrevistados apoya que el presidente sea llevado a un ‘impeachment’.
De acuerdo con el sondeo, el 54% de los ciudadanos respalda la medida propuesta de la Cámara de Diputados del Congreso. Y si bien, el 42% de los entrevistados indicó que se opone, los resultados mostrarían un retroceso en el respaldo popular, ya que una encuesta anterior, en mayo, mostró un empate entre los partidarios y opositores de un juicio político contra el jefe de Estado.