Por: Javier Orlando Acevedo Beltrán/ El Socorro es un hermoso municipio ubicado en el sur de Santander, es un pueblo muy conocido a nivel nacional, en especial porque fue allí donde se gestó la revolución de los comuneros, batalla insignia en nuestra independencia española, es un municipio con gente excesivamente trabajadora y sobretodo honesta.
Pero la historia se ha quedado en eso, “en simple historia” y esa pujanza de los ancestros comuneros y de los habitantes de ahora se ha visto menguada por algunos dirigentes políticos que han convertido al bello pueblo donde nació José A. Morales en verdadero fiasco administrativo, al punto que si sigue así terminará siendo sólo un cuento para nuestros nietos de que algún día fue un “pueblo próspero”.
Y es que el Socorro no aguanta una mala administración más, este terruño comunero no resiste más la improvisación de administraciones que solo han dejado que día a día el pueblo retroceda más, para no ir tan lejos, este municipio tuvo alguna vez un centro de diversiones envidiable a nivel departamental llamado la Villa Olímpica, que hoy no es más que ruinas y su gran piscina olímpica no es más que un gran charco que hospeda “guarasapos” y seguramente moscos y demás insectos, además como si fuera poco, tenía un gran edificio en el centro del parque donde funcionaba Telecom, que hoy no es más que una reliquia de cemento de propiedad de una multinacional, tenía un bello hotel llamado “Hotel Tamacara” quien gracias a su alcalde hoy se encuentra en un limbo operacional y hasta jurídico y como resultado de este despropósito administrativo hoy los únicos que se hospedan allí son los recuerdos del gran hotel que fue hace décadas, y todo esto aunque deplorable, podría ser admisible y tolerable, pero lo que resulta nada tolerable, muy cruel y totalmente abominable, es que la construcción del tan anhelado “embalse de La Cinco Mil” esté tan empantanado como las tuberías dejadas que se encuentran a lo largo del proyecto que parece nunca va a terminar y que el alcalde ha anunciado tantas y tantas veces su inauguración en fechas que pasan y pasan y sólo deja una sed de respeto, la sed que tiene sometida al pueblo por la falta de este embalse.
Ya casi se acercan las elecciones y es necesario que la gente cambie el destino del municipio y voten por un hombre o mujer que sepa de administración pública, que ojalá también conozca el sector privado y ayude a tantos emprendedores comuneros, pero sobretodo, que se ponga en los zapatos de los campesinos que hoy ven con desdicha como sus vías terciarias están a punto de convertirse en trochas, se necesita alguien que fomente el turismo, la agricultura, que rescate y dignifique lo público, que tenga sentido de prospectiva territorial y por sobretodo que no quiera llegar a la alcaldía por el afán de poder y de figuración o por un capricho del momento, ya basta de abrazarlos y decirles “hermanos”, lo que se necesita es alguien que ame el municipio, que le duela cada vez que no se ejecute un proyecto, que le duela cuando se enferma gravemente la gente y no encuentran una UCI, que sea doliente de las calles llenas de huecos que actualmente acongojan al municipio, que haga algo por tantos socorranos sin empleo ni oportunidades, que sienta el dolor de muchos padres que no tienen para la comida de sus hijos , pero por sobretodo se necesita que las personas no voten por quien les ofrece más dinero y dádivas, porque recuerden queridos coterraneos lo siguiente: “de esa persona que por un voto compra consciencias sólo espere que algún día venda el pueblo sin ninguna consciencia”.