Australia trata de salir al paso a las críticas por sus políticas ambientales. Este país, uno de los grandes contaminadores per cápita de todo el planeta, apunta a lograr cero emisiones netas de carbono para el 2050. Así lo aseguró el primer ministro Scott Morrison.
«Nuestro nuevo objetivo oficial de alcanzar cero emisiones netas para 2050 logra el equilibrio correcto. Nuestro plan traza una forma exclusivamente australiana que reconoce los desafíos. El mundo está cambiando. Y la respuesta de la gente al cambio climático está cambiando al mundo», sostuvo Morrison.
Pero el país no legislará esa meta. En cambio, dependerá de los consumidores y las empresas impulsar la reducción de los gases contaminantes.
El dirigente político señaló que Australia no fortalecerá su objetivo ya fijado de reducir las emisiones entre un 26 y 28% para 2030, con respecto a los niveles de 2005. Se trata de una fecha crucial para llegar hasta la meta que promete para 2050 y que es considerada modesta con respecto a las acciones de otros países desarrollados.
Según el líder conservador, en todo caso la nación podría reducir los gases de efecto invernadero entre un 30 y 35 % dentro de nueve años.
El Gobierno espera que las tecnologías existentes ayudarán a Australia a conseguir el 85% del camino hacia las emisiones netas y las tecnologías emergentes logren el resto de la meta.
«Las acciones de los australianos sobre el cambio climático hablan más que las palabras de otros. Lo estamos logrando en la reducción de emisiones. Ese es el estilo australiano».
“No es una revolución sino una evolución cuidadosa”
Australia es uno de los mayores exportadores de carbón y gas natural licuado del mundo, industria de la que depende en gran parte su economía, y uno de los mayores contaminadores per cápita.
El propio Morrison, como ministro del Tesoro en 2017, defendió fehacientemente a la industria minera. En la memoria de los australianos aún está su aparición ante el Parlamento con una pieza de carbón en la mano en la que respaldó a los combustibles fósiles mientras señalaba” no tengan miedo”.
Este martes, durante su anuncio, Morrison trató de mantener en una balanza sus promesas climáticas con minimizar cualquier amenaza a las industrias y empleos nacionales como resultado de la reducción de los gases contaminantes.
«Los australianos quieren acciones sobre el cambio climático. Están tomando medidas contra el cambio climático, pero también quieren proteger sus trabajos y sus medios para ganarse vida. También quieren mantener bajos los costos de vida (…) También quiero proteger el estilo de vida australiano, especialmente en las zonas rurales y regionales. El estilo de vida australiano es único”, enfatizó.
Para algunos, aún existen dudas sobre cómo el país podría alcanzar el objetivo de cero emisiones para 2050, manteniendo hacia 2030 una meta considerada débil.
«A menos de que el Gobierno ponga las ruedas en marcha para reducir nuestras emisiones a la mitad para el 2030, está empeorando el cambio climático y dando la espalda a las oportunidades», replicó Kelly O’Shanassy, directora ejecutiva de Australian Conservation Foundation, organización ambiental del país.
Hasta ahora su Gobierno ha recibido fuertes críticas dentro y fuera del país, incluidos aliados como Estados Unidos, por ser uno de los pocos territorios desarrollados en no comprometerse antes a cero emisiones netas para 2050.
No obstante, el anuncio de su nuevo ambicioso objetivo podría aliviar las críticas internacionales de cara a la conferencia climática COP26 de Naciones Unidas, en Glasgow, Escocia del próximo 31 de octubre al 12 de noviembre.