Aung San Suu Kyi parecía en buen estado de salud cuando se presentó ante un tribunal este lunes 24 de mayo, dijeron a los medios sus abogados. Fue la primera vez, desde que los militares tomaron el poder el 1 de febrero, que la exlíder derrocada comparecía frente a la Justicia de forma presencial.
Las únicas comparecencias anteriores de Suu Kyi ante el tribunal han sido por videoconferencia y no se le había permitido reunirse en persona con su defensa.
La presentación ante el tribunal celebrada en la mañana del lunes forma parte de un proceso en el que la premio Nobel de la Paz se enfrenta a varios cargos como la importación ilegal de dispositivos electrónicos, violación de una ley de secretos de Estado o vulnerar las normas sobre el Covid-19.
Suu Kyi mantuvo una reunión cara a cara con su equipo legal durante unos 30 minutos antes de la audiencia, dijo uno de sus apoderados, Thae Maung Maung.
La audiencia tuvo lugar en un tribunal especial instalado dentro del edificio del ayuntamiento de Naipyidó, la capital política. La junta militar reforzó la seguridad en la ciudad de cara al evento.
«Existirá mientras exista el pueblo»
La líder defendió la legitimidad del partido Liga Nacional para la Democracia, que encabezó en los comicios de noviembre y al que el Ejército acusa de amañar las elecciones, la principal justificación de los militares para la toma del poder.
La Comisión Electoral birmana, controlada por la Junta militar, anunció el pasado viernes que disolvería a la LND por fraude electoral y perseguiría por «traición» a sus líderes.
Min Min Soe, que forma parte de su equipo legal, dijo que Suu Kyi quería decir al pueblo de Myanmar que su partido, la Liga Nacional para la Democracia, estará a su lado.
«La LND se fundó para el pueblo, la LND existirá mientras exista el pueblo», declaró Min Min Soe según las palabras de Suu Kyi.
«Aung San Suu Kyi siempre confía en sí misma y confía en su causa y en el pueblo», dijo Khin Maung Zaw, jefe del equipo legal.
Suu Kyi, de 75 años, galardonada con el Premio Nobel de la Paz por su larga lucha para construir la democracia en Myanmar, es una de las más de 4.000 personas detenidas desde el golpe de Estado.
Las protestas contra la Junta militar continúan sin interrupción para expresar el rechazo popular al golpe de Estado y exigir la liberación de los detenidos.