Nueva York es escenario desde este lunes a uno de los juicios más esperados en torno al caso Epstein. La corte de la ciudad estadounidense comenzó a designar al jurado de cara al juicio contra la empresaria Ghislaine Maxwell, principal acusada de ser la reclutadora de menores de edad que posteriormente serían abusadas por el magnate Jeffrey Epstein.
Maxwell y su defensa argumentan que la empresaria es una víctima más de las manipulaciones de Epstein, sin embargo, cuatro mujeres que fueron abusadas por él aseguraron que ella fue la encargada de reclutarlas, engañarlas y prepararlas antes de que el magnate abusara de ellas siendo menores de edad entre 1994 y 2004.
Ghislaine Maxwell fue detenida en una de sus mansiones en New Hampshire en julio de 2020. Allí había permanecido oculta durante meses a causa de la pandemia, pero estas acusaciones la señalaron de una forma directa como implicada en toda la trama de abuso sexual que salpicó a Epstein.
Las investigaciones de la fiscalía apuntan a que Maxwell era plenamente consciente de que las chicas que reclutaba no eran mayores de edad, ya que una de ellas tenía en el momento de los hechos 14 años. Este argumento choca frontalmente con el de la defensa que, aunque admite el reclutamiento de mujeres coordinado por Maxwell para realizar masajes sexuales, niega que la acusada supiera que eran menores de edad.
El caso de abusos de Jeffrey Epstein causó un tsunami de reacciones dentro del mundo del espectáculo y la alta sociedad en Estados Unidos. Epstein y Maxwell se codearon con una parte importante de personajes famosos de Reino Unido y Estados Unidos. En un principio, el único arrestado fue Epstein en julio de 2019, pero tras su suicidio en una celda apenas un mes después, las investigaciones viraron hacia quiénes ayudaron al magnate a abusar de decenas de menores durante años.
Esta cuestión ha hecho que la familia de Maxwell y sus abogados argumenten que ella esté «pagando» el precio de ser la única posible implicada «para saciar la sed de sangre» por este caso y tener un acusado que responda a las fechorías de Epstein.
Una vida de lujo salpicada por los escándalos
Ghislaine Maxwell es la menor de los nueve hijos que tuvo el magnate de los medios de comunicación británico Robert Maxwell. Su padre fue un judío huido del Holocausto que forjó un imperio prácticamente de la nada gracias a sus conexiones con militares británicos. Bajo su poder estuvieron los diarios sensacionalistas ‘The Daily Mirror’, ‘The New York Daily News’ y la editora MacMillan.
Ghislaine Maxwell vivió desde pequeña en un mundo de constantes fiestas en mansiones, excentricidades y contactos con grandes nombres de la alta sociedad británica y estadounidense. Pudo estudiar en Oxford, donde su lista de contactos importantes se amplió notablemente y de forma temprana se convirtió en la representante del imperio de su padre en Estados Unidos, con el único objetivo de competir con su máximo rival mediático: Rupert Murdoch.
Sin embargo, el supuesto imperio que había forjado su padre resultó ser una mentira, ya que se descubrieron numerosos desfalcos y robos de fondos de pensiones a sus empleados. Esta polémica hizo que se alejara de su padre, quien finalmente falleció en extrañas circunstancias en su yate en medio del Océano Atlántico, cerca a las Islas Canarias.
Es por esta época cuando comenzó a forjar una relación con el magnate Jeffrey Epstein. Aunque ella reconoció esto, posteriormente aseguró que se convirtió «en una empleada» encargada de contratar el personal de trabajo para las seis casas que poseía.
«Una parte muy pequeña de mi trabajo era encontrar masajistas profesionales para adultos para Jeffrey», dijo Maxwell durante una declaración en 2016. «En lo que a mí respecta, todos los que venían a su casa eran profesionales adultos».
Pero las sospechas sobre ella empezaron a rondar cuando Epstein reconoció haber estado con una menor por primera vez en 2005, lo que llevó a cumplir 13 meses de prisión por forzar la prostitución de una persona con menos de 18 años. Tras esto le siguieron años de litigios que culminaron con la segunda detención del magnate y su posterior suicidio.
La familia Maxwell llegó a denunciar su detención como arbitraria ante Naciones Unidas. Además, denunciaron que el juicio se trata de un «linchamiento» de la jueza Alison Nathan debido a que se negó a haberlo privado y consideró que era de interés público para la sociedad.