La estrategia de EE. UU. para estabilizar el precio de los huevos podría estar a punto de entrar en conflicto consigo misma. La activación de los aranceles del 10% base para los países latinoamericanos, amenaza con encarecer los huevos, cuya escasez ya ha contribuido significativamente a la inflación alimentaria del país.
La gripe aviar que azotó a la Unión Americana en los primeros tres de este año ha llevado al mercado avícola a una baja oferta de huevos y ha llevado a los mayoristas a elevar los precios de sus alimentos para una demanda que no da tregua.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, afirmó el jueves 10 de abril que los aranceles a una batería de productos, incluidos los huevos importados desde países como Turquía, Brasil y Corea del Sur, cuyas exportaciones han sido clave para aliviar la escasez en Estados Unidos, podría dejar “sin opciones” al Gobierno estadounidense para estabilizar los precios.
“Este es un momento incierto. No voy a sentarme aquí y decir que los precios van a bajar mañana”, señaló Rollins en entrevista con Fox News, dejando claro que los aranceles podrían generar nuevas presiones en el mercado.
Desde el inicio de un devastador brote de gripe aviar en 2022, que ha acabado con casi 170 millones de aves de corral, Estados Unidos ha incrementado significativamente sus importaciones de huevos.
Según la secretaría de Agricultura, solo en enero y febrero de este año, se importaron más de 1,6 millones de docenas, principalmente desde Turquía, que en el mismo período de 2024 no había enviado ninguna.
Sin embargo, estos esfuerzos por reforzar el suministro ahora se verían entorpecidos, luego de que el pasado 2 de abril el presidente estadounidense Donald Trump activó aranceles globales para todos los productos de 185 países, y pese a que recientemente aprobó una pausa de 90 días, la medida solo aplica para tarifas superiores al 10%, lo que deja a muchos países latinoamericanos y socios clave con un arancel que sigue en marcha.
Unión Europea suspende por 90 días la aplicación de medidas contra los aranceles de EE. UU.
Según cifras oficiales entregadas por la Casa Blanca, los huevos procedentes de Turquía y Brasil ahora enfrentan un nuevo arancel del 10%, mientras que los de Corea del Sur estarían sujetos a un impuesto del 26% que entrarían en vigor después de la pausa de los 90 días.
El impacto sería doble: por un lado, se encarecen las importaciones, y por otro, se reduce la efectividad de estas como herramienta para liberar huevos frescos destinados al consumo directo.
Brian Moscogiuri, estratega de comercio global en la firma Eggs Unlimited, explicó a la agencia Reuters que ya existen costos logísticos significativos asociados a la importación de huevos, como el transporte marítimo y la descarga manual, con este panorama “ahora se agregan aranceles encima. Hace que todo sea más costoso y hace que las importaciones tengan un impacto mucho menor”.
Y a este escenario se le suma que el país está en plena temporada de Pascua en donde los ciudadanos celebran la jornada con la tradicional decoración de huevos de pascua, y pese a los altos precios, expertos estiman que la demanda de este alimento no cesará.
Para este año, la Federación Nacional de Minoristas espera que el gasto de los consumidores estadounidenses para la Pascua aumente alrededor de un 5% es decir, alrededor de 23.600 millones de dólares este año, en comparación con los 22.400 millones de dólares estimados de 2024.
Para esta temporada tendremos que comprar huevos de chocolate y cosas así, en vez de comprar huevos (reales) para que los niños los pinten y lo hagan eso, que es algo así lo que probablemente haremos este año, dijo Jayden, desde la capital estadounidense.
En medio de esta compleja red de decisiones políticas, dinámicas comerciales y desafíos sanitarios, el precio de los huevos en Estados Unidos ha comenzado a ceder ligeramente, pero sigue siendo elevado.
Según datos del Departamento de Agricultura (USDA), el precio al por mayor ronda los 3 dólares por docena, lo que representa un aumento del 60% respecto al mismo período del año pasado. Un escenario que se da por la enfermedad de las gallinas ponedoras y no va en relación con la inflación general que en términos anuales ha perdido fuerza hasta el 2,4% según el dato de marzo.