Por: Lina Rocío Barbosa Dueñas/ Ya finaliza la época, de amor y tranquilidad, se reinician las labores y con ello el agite diario dejando ver claramente el panorama y la cotidianidad.
Uno de los propósitos será seguir reduciendo la accidentalidad que por esta época brilla en las portadas de los medios de comunicación: 736 fallecidos entre el primero de diciembre y el 7 de enero de 2019, lo que ha significado un 15% menos en comparación con 2017 cuando la cifra se ubicó en 861.
En total se presentaron 2.792 siniestros viales, las distintas causas: imprudencia, exceso de velocidad, alcohol, fallas mecánicas y humanas, entre otras.
No obstante, aunque este fin de semana se vivió el plan retorno y en teoría no se debían movilizar los vehículos de carga, estos hicieron caso omiso, por ejemplo fue el caso de la famosa vía Ocaña –Gamarra, en donde en fila obstaculizaron el tráfico normal y generaron más riesgo en esta angosta vía.
¿Dónde estaban los controles viales promocionados?
En esa misma vía aparte del trancón por los vehículos que no debían estar transitando también hubo un accidente en horas de la noche, afortunadamente sin nada que lamentar pero fueron muchos casos más en distintas partes del país.
Pese a este panorama, conductores con varias vidas a su cargo prefieren arriesgarse a llegar rápido y balancear los buses como mecedoras en las vías dada la velocidad a la que viajan.
Veamos a fondo las causas, las cifras hablan por sí solas:
Saltar normas de tránsito: el irrespeto a las señales ocasionó el 12 % de accidentes en 6 años: 148.501 en total. Desde 2010, esta causa aumentó más de 300 %, y en 2014 representó el 25,3 %.
No mantener la distancia: depende de la velocidad máxima permitida. Por ejemplo, en zonas de máximo 30 km por hora debe haber 10 metros entre vehículos. Los accidentes por esta causa fueron 124.159.
Adelantar cerrando: adelantar a un vehículo obstruyendo su camino fue causal de 29.564 incidentes. Solo en el 2013 fueron 7.037 los accidentes por esta causa.
Exceder límite de velocidad: ir más rápido de lo permitido ocasionó unos 23.595 accidentes. Esta es la principal infracción de tránsito en el país.
Pero esto es cultural, todo lo admitimos, necesitamos llegar rápido y pedimos al conductor que acelere.
Sabemos que vamos a viajar y no hacemos las respectivas revisiones mantenimientos previos.
Infringimos las normas y queremos sobornar a la Policía.
Entonces, ¿El propósito de cambiar esta cultura de embudo (Lo ancho para mí y lo angosto para los demás) para cuándo?
¿Cuándo haremos las cosas bien y no prevalecerá la ley del más vivo?
Porque el tema de los accidentes no es solo las personas que mueren sino las que pierden su vida al quedar inválidas y truncan sus sueños. Se han preguntado ¿qué pasa con todas estas víctimas que deben vivir un proceso de resiliencia para continuar sus vidas?
No, todos estamos en la mejor época, distraídos en vacaciones, paseos, la familia y olvidamos la realidad del vecino.
Otro de los propósitos de este año sebe ser la protección de líderes. En estos ocho días del año ya van seis líderes asesinados. Realidad que debe cambiar. Los asesinatos fueron perpetrados en el departamento del Cauca, uno en Antioquia, otro en Santa Marta y uno más en Hacarí, en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela.
El Gobierno informó que en los primeros ocho días de enero la Unidad Nacional de Protección ha recibido 1.263 solicitudes de protección en todo el país. Sin embargo, los seis casos lamentables no habían pedido protección, y hay casos donde no se denuncia, por eso debe retornar completamente la seguridad para que todas las vidas sean protegidas sin distingo alguno.
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