Por: Juan Sebastián Rey Suárez/ Para nadie es un secreto que en estas elecciones parlamentarias y presidenciales que se avecinan, el tema energético será un factor determinante a la hora de elegir los próximos parlamentarios y por qué no, al presidente de la república.
De tal modo, algunos sectores políticos están usando estrategias de “Satanización” del principal producto de exportación de Colombia y principal energético del mundo, como lo es el Petróleo. Los combustibles fósiles producen aproximadamente el 75% de la energía eléctrica del mundo, en Colombia según el último boletín de la unidad de planeación mineroenergética (UPME), es de aproximadamente el 20%, casi todo el restante depende de la energía hidráulica (la cual es muy importante en Colombia gracias a las bendiciones topográficas que tiene).
Por lo general cuando se habla de Petróleo, todo el mundo asocia el petróleo con gasolina, siendo este derivado el más famoso y popular para los consumidores, dentro de los cuales hay detractores que creen, que con carros eléctricos se soluciona folclóricamente el problema de la dependencia de este “commoditie” tan importante para la vida humana.
Precisamente hay dos industrias alternas, pero directamente relacionadas con el petróleo, como lo son la petroquímica y la refinación, las cuales serán protagonistas en la Transición Energética de Colombia y del mundo en los próximos años.
La refinación es el conjunto de procesos de transformación química y física que se aplica al petróleo crudo para obtener combustibles derivados y productos petroquímicos de mayor utilización y valor. El portafolio de productos derivados de Ecopetrol y que también en su mayoría se manejan en Santander procesados y generados por la refinería de Barrancabermeja (principalmente), consiste en tres grupos, según su propia clasificación: combustibles (gasolinas, condensados, medianos, propano, GLP y combustóleo), petroquímicos (disolventes, aromáticos y resinas), industriales (disolventes, alifáticos, bases lubricantes, aceites, parafinas, azufre, ácido sulfúrico y asfaltos).
Si se analiza el contexto de la gran cantidad de productos producidos a nivel mundial y nacional, podemos concluir que ese mito de que “reemplazar el petróleo es reemplazar la gasolina” es mentira, y que es usado por políticos oportunistas para crear falsas expectativas sobre los ciudadanos (en especial expectativas ambientales, de las cuales no tienen el conocimiento técnico) y así sacar réditos políticos.
Otra polémica suscitada últimamente, hace referencia a la suspensión de los contratos de exploración, es decir parar la exploración de Petróleo en Colombia, lo cual es prácticamente imposible. La agencia nacional de hidrocarburos desde el año 2004 ha firmado cerca de 600 contratos para exploración petrolera, donde más de 400 están vigentes actualmente, y tienen unos tiempos de periodos de exploración, los cuales además deben cumplirse por seguridad jurídica, ya que están amarrados a los tratados de libre comercio que ha firmado Colombia con Canadá, Estados Unidos, México y la Unión Europea. En el caso hipotético que estos contratos no se cumplan, tal cual algunos han prometido últimamente, vendrán sanciones internacionales que afectaran las relaciones comerciales de Colombia con los demás países.
Por otra parte, las exportaciones tampoco se pueden suspender, debido a que el petróleo crudo se vende internacionalmente en un comercio de mercados a futuro en las bolsas de valores de cada país, el cual es entregado en un periodo de 6 años o más, después de haberse hecho la negociación, por lo tanto la venta de este crudo no puede ser suspendida por que vendrían las aplicaciones de las pólizas de seguros e irremediablemente Colombia estaría expuesta nuevamente como ya se mencionó, a sanciones internacionales.
En términos generales, sería un “suicidio” económico, pretender parar la exploración y la perforación de nuevos pozos (tanto de exploración como de desarrollo) en Colombia, por obligación se debe cumplir con la dieta de las refinerías del país y cumplir con el crudo y gas que se vendió a futuro, de lo contrario la debacle económica para Colombia sería inminente.
En conclusión, se debe comprender y concientizar de la importancia del Petróleo y el gas en Colombia dentro de todos los aspectos de la sociedad, principalmente para la economía del país, siempre promoviendo las practicas ambientalmente sostenibles, en lo posible mitigando a su máxima expresión los impactos ambientales generados, sin “satanizar” una industria vital para el país. Adicionalmente hay que tener en cuenta el uso de las energías renovables y la comprensión del concepto de “Transición energética”, los cuales serán abordados próximamente.
La energía mueve al mundo, por eso la invitación formal es a investigar respecto a políticas energéticas viables, sostenibles y convenientes para un país como Colombia, siempre enmarcado en el conocimiento, la academia, el debate, la tolerancia, la libre expresión y algo que debemos tener muy presente como colombianos, la democracia y no la demagogia.
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*Ingeniero de Petróleos UIS, docente universitario, especialista en gerencia y evaluación de proyectos, magister en gestión y auditorías ambientales, master en energías renovables.
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