En las últimas décadas, la mayoría de los países en Oriente Medio se han sumido en una carrera armamentística debido entre otras cosas, a las diferentes tensiones entre estados y a las amenazas que representan las diferentes organizaciones terroristas que operan en la región, todo ello sumado a los conflictos por motivos religiosos que se han prolongado ya por décadas y que se consolidan como un factor importante para entender a profundidad la razón de los conflictos y procesos políticos en esta región del mundo.
No obstante, más allá de lo mencionado anteriormente, los estados de Oriente Medio muchos de los cuales tienten tensiones entre sí, están encaminados en alcanzar y mantener una hegemonía económica y militar en la región y así mismo con el propósito de fortalecer sus capacidades disuasorias ante la posibilidad de que se desate un conflicto bélico a gran escala entre estos estados vecinos.
Por ello el gasto militar de dichos estados va en aumento, resaltando ampliamente el caso de Arabia Saudí que según estudios y cifras, se posiciona como el principal importador de armas a nivel mundial, pues se presume que el régimen de Riad aumentó un 130% la compra de armamento durante los últimos cuatro años, tanto es así que según estudios recientes afirman que el 12% de las compras de material y equipo militar en todo el mundo las hace este país.
Es importante resaltar que el gobierno de Arabia Saudí en cabeza del Rey Salmán bin Abdulaziz, es una monarquía absoluta que según fuentes como Amnistía Internacional, vulnera los derechos humanos y libertades fundamentales de sus ciudadanos.
De hecho el derecho al sufragio para las mujeres no se reconoció hasta el año 2011. Sin embargo esto no ha hecho que se le impongan sanciones internacionales y por el contrario algunas potencias occidentales como Francia, Reino Unido y EE.UU continúan comercializando con Arabia Saudí a pesar de su categoría de país dictatorial.
De hecho actualmente EE.UU. es un aliado estratégico de Arabia Saudí ya que este último también tiene actualmente relaciones tensas con otros países musulmanes tales como Siria e Irán con quien se disputa directamente la hegemonía regional y que actualmente representa una seria amenaza militar en la región por el desarrollo de su industria nuclear.
Así mismo arabia Saudita cuenta con un peso político, ubicación y un potencial económico significativo, pues este país posee 2.149.690 km2 de superficie y su creciente liderazgo en la exportación mundial de combustibles fósiles como el petróleo, le ha convertido en una de las veinte economías más relevantes del planeta, la cual cuenta con unas reservas petroleras muy numerosas, superadas solo por las de Venezuela.
Lo anterior permite que este país pueda continuar adquiriendo una gran cantidad de material militar proveniente de distintos países y así mismo potencializar su propia e incipiente industria nacional armamentística, ya que los recursos derivados del petróleo están ahí para pagar la factura.
No obstante estos recursos deberían estarse invirtiendo más ampliamente en el desarrollo social y en el bienestar del pueblo saudí y haciendo inversiones estratégicas que le permitan al país no depender tanto de una economía con base en el petróleo de la que se cree que tendrá su pico más alto de demanda global en 2032.
En síntesis, la adquisición de todo este armamento por parte de Arabia Saudí es algo alarmante que hace preguntar a muchos alrededor del mundo si todo ello hace parte un programa meramente defensivo y disuasorio para proteger su soberanía nacional o por el contrario Riad planea desarrollar una política intervencionista para convertirse en una potencia mundial de primer orden, que con el tiempo podría desencadenar en una guerra a gran escala en la región y por ello se prepara militarmente.
Por: Jhon F. Mieles