Por: John Jairo Claro Arévalo/ Los primeros asomos del ambientalismo en Colombia que hayan tenido algún despliegue mediático, data de los años, entre 1960 y mediados de 1970 respectivamente. Todo ello tiene que ver con las luchas estudiantiles reivindicando la protección de nuestros ecosistemas, los territorios indígenas y el acceso a la tierra para la producción agrícola del pequeño agricultor.
Como activista estudiantil de nuestro glorioso colegio de Santander y la Universidad Industrial de Santander, desde la trinchera artística, militamos en la música, el teatro, la poesía y la danza. Acompañamos sendos movimientos por la paz, la libertad de expresión y la vida, con la convicción y la pasión de las causas animalistas y ambientalistas.
Corría el año de 1998 cuando por iniciativa de Ingrid Betancourt Pulecio, ex senadora y excandidata presidencial, funda el primer partido verde en Colombia, que se llamó Verde Oxígeno, dándole un nuevo aire a la política de ese entonces. En el año 2000, dicho partido participó en la contienda electoral para concejo en el departamento y para la gobernación. Fue el primer ejercicio de elección popular donde le pusimos el alma, vida y sombrero a favor de las causas animalistas y ambientalistas.
El partido Verde Oxígeno, desapareció con el abominable secuestro de Ingrid Betancourt. Luego en el año 2005, el otrora partido Alianza Democrática M-19, cambia su razón social por el Partido Opción Centro, que dos años más tarde, se constituiría en el partido Opción Centro cuyo principio fundamental fue, la protección de la vida en cualquiera de sus manifestaciones, partiendo de la protección y defensa del medio ambiente. Se mantenía viva una fuerza política esperanzadora que luchara por las causas de los sin voz, los sin voto.
En el año 2009 el Partido Verde Opción Centro muta y se empieza a llamar Partido Verde por la llegada de líderes políticos como Antanas Mockus, Lucho Garzón y Enrique Peñalosa. Después en el 2013 para fortalecerse electoralmente se fusionaron el Partido Verde y el movimiento Progresista dando a luz el Partido Alianza Verde, donde más tarde llegaron Antonio Navarro, Claudia López. Los postulados de este nuevo partido político se centran en seis ejes estratégicos: autoridad ambiental, movilidad, virtudes ecológicas y educación ambiental, protección del ecosistema urbano, cuidado y preservación de las cuencas y fuentes hídricas e incentivos a la productividad limpia.
Extrapolando estos avatares políticos del hoy Partido Alianza Verde, a nuestra región, con algunos de sus representantes electos, ahí sí, como cantó Víctor Jara “Ni chicha ni limoná”, sus discursos populistas, sin profundidad, vacuos, sin apego a los principios de su partido, tienen arraigo en la vociferación y el embuste.
Jamás se les ha visto pronunciar una letra cuando se trata de la protección del medio ambiente. Su artillería jurídica, su postura animalista y ambientalista frente a la ejecución de obras civiles en los cerros orientales no ha merecido ni siquiera tan sólo un carácter de sus Twitter, nula dolencia, cero condolencias. Su estructura política de “verdes” es incolora, insípida, inodora, quizás lo único verde que han visto y los conmueve es el cilantro que se le echa a la changua.
Les preocupan los “likes” o los me gusta en Facebook o Instagram, se ufanan cuando se toman una selfie con un perrito callejero o un frailejón con una laguna de fondo en el páramo de Santurbán. Se afanan cuando su hambre, su apetito burocrático, su glotonería narcisista, su avidez egocentrista y su gula mediática, no son saciadas. Sus intereses están por encima de todos los postulados de los partidos verdes del mundo agrupados en la Global Greens, Ellos son unos ‘hambrientalistas’.
*Licenciado en música, artista, docente, compositor del himno de Bucaramanga, exconcejal de Bucaramanga.
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