Por: Andrés Martínez Olave/ La Semana Mayor o Semana Santa empezó desde el pasado Domingo de Ramos 10 de abril, pero para el Putumayo el 28 de marzo del 2022.
Cuenta la leyenda que Puerto Leguizamo es un municipio colombiano, ubicado en el departamento del putumayo, situado al sur de Colombia, y cerca del río putumayo.
Pero a su vez, también cuenta la leyenda e informaciones de medios, entidades gubernamentales, ejército y policía, que es donde más circulan grupos armados ilegales.
Pero el pasado 28 de marzo, para ellos, empezó la semana santa. Según el Ejército, murieron 11 disidentes de las Farc, pero en donde, según la comunidad, también murieron civiles.
«En un golpe contra el terrorismo, disidencias y delincuencia, en Puerto Leguizamo, el ejército nacional de Colombia, dio de baja a disidentes de las Farc», esto fue noticia, ¿pero que fue realidad?
Colombia lleva más de 50 años en guerra, 50 años donde nos han dado «pan y circo», donde lo vemos constantemente, mientras pasan cosas, tenemos novelas, partidos de fútbol, realities show, entre otras cosas.
¿Pero qué cambio hemos tenido después del acuerdo de paz y el Nobel de Paz? Hasta el momento -para nadie es mentira- ninguno. Y ese porque es sencillo. Volvamos a la historia, el M-19 en año 1985 se toma el palacio de justicia en la ciudad de Bogotá y, ¿alguno de ellos pagó algo? ¡Nada! Y sigue la historia con más sucesos… Pero al pueblo le siguen dando «pan y circo».
28 de marzo 2022
El miedo aún navega por el río Putumayo a dos semanas de un operativo del Ejército que dejó 11 muertos, entre ellos varios civiles de la comunidad Alto Remanso, ubicada en la frontera entre Colombia y Ecuador.
Se trató de una «operación legítima» contra alias ‘Bruno’, un hombre de las disidencias de las Farc también conocidas como Comandos de la Frontera, que, según el Ejército, se encontraba de fiesta.
Y… ¿Qué más se dice?
En esta zona del bajo Putumayo, donde hay 22.041 hectáreas sembradas de hoja de coca, hacen presencia dos grupos armados que se disputan el control del narcotráfico en límites con Ecuador. De un lado, los Comandos de la Frontera, que según analistas del conflicto están integrados por disidencias de las Farc de la llamada Segunda Marquetalia, junto a desmovilizados de los paramilitares y por otro lado, el frente Primero Carolina Ramírez, otra ala de las disidencias de las Farc y vinculado a alias ‘Gentil Duarte’. Desde finales de diciembre se han presentado enfrentamientos con bajas de ambos lados y con la población civil en el medio.
“De una u otra manera llegan a nuestras comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas y estas se ven involucradas en algunos casos porque toca, porque les toca hacer algún tipo de favor a estos grupos, por ejemplo”, dijo el alcalde de Puerto Leguizamo, Rubén Arturo Velásquez, para explicar el contexto de la muerte de civiles en medio del operativo del Ejército. En la comunidad no niegan la presencia de al menos una persona armada.
Pero chito, «no se habla de Bruno, no, no, no, no se habla de Bruno»…
Lo que sí se sabe bien, es que los tratados, artículos, y todo lo que se conoce quedo atrás, como el tratado de las naciones unidad, o el tratado de san José de Costa Rica y entre otros, donde se respeta la vida de la persona. Vida si, vida a la cual se la han quitado a menores como en Bucaramanga, por el robo de un celular y ahí quedó porque nada se volvió a saber de un policía que pasara por allí, o en su caso, una promesa del fútbol de tan solo 15 años, o qué tal si hablamos de los dos niños muertos por un artefacto explosivo en Bogotá.
Cosas como esas son las que dejan en que pensar de mi hermosa Colombia y aún más de los próximos candidatos presidenciales. Porque ni siquiera de política se puede hablar en este país. Un país que se ama, pero que a la vez nos entristece.
Dios bendiga a nuestra Colombia y que cada hecho tenga una respuesta clara y no dispersa.
¡Elige bien porque en nuestras manos está el futuro de este país!
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