Por: Javier Quintero Rodríguez/ Dice la historia que lo que nos tocó vivir en 2.020 es algo que pasa cada cerca de 100 años. Por eso, al estar 3 o 4 generaciones atrás, es difícil que tengamos puntos de referencia directos. Nos faltó alguien que nos contara este cuento, que nos preparara y nos enseñara que hacer y con que actitud tomarlo. A pesar de esto, algunas cosas hemos aprendido y por eso me atrevo a hacer algunas sugerencias:
El tapabocas evita que otros se contagien. Recuerde que usted casi nunca sabe si tiene este u otro virus. Por eso apenas cruce la puerta de su casa, úselo correctamente cubriendo nariz y boca.
Cuando vuelva a su casa, limpie la suela de sus zapatos y déjelos aislados. Haga lo mismo con su ropa, desinfecte cada cosa que traiga y lávese inmediatamente las manos.
Aproveche el tiempo en su casa, póngase al día con lecturas o buenas películas, ordene, arregle, comience o retome el ejercicio y acérquese aún más a su familia.
Haga videollamadas con sus familiares y amigos. Es necesario para todos. Eso sí, hágalo fuera del horario laboral para evitar saturar la red.
Si ha podido mantener sus ingresos, agradezca y tenga en cuenta que seguramente sus gastos van a disminuir. Si es así, aproveche para prepagar deudas primero y luego ahorre o invierta, pero no gaste, que es muy diferente.
Recuerde que, si compra ropa, electrodomésticos o comidas en restaurantes, está gastando. Si paga una cuota inicial de un inmueble o un lote de tierra, está invirtiendo en algo seguro. Es el momento para hacerlo.
Si sus ingresos se vieron disminuidos, revise que gastos puede evitar y quédese solo con los más necesarios. Buscar nuevas fuentes de ingresos no es fácil, pero es posible, hay empresas empleando y las redes sociales mueven los negocios.
Evite ver demasiadas noticias. Puede ser contaminante. Dosifique y filtre la información vía internet y bájele a la televisión.
Cójala suave en las redes sociales. Piense, por ejemplo, que los gobiernos están conformados por grupos de humanos que erran, pero que están tratando de hacer lo mejor. Estos tiempos deben ser de empatía y solidaridad.
Por último, no se desanime. Recuerde que no hay mal que dure cien años, que este durará unos meses más y que mientras tanto lo mejor que puede hacer es ser flexible, adaptarse y a pesar de todo, disfrutar la vida.
*Economista, MBA.
Twitter: @javierquinteror