Varios congresistas de oposición, incluso de partidos afines al gobierno como la Alianza Verde y Centro esperanza, han dejado ver su malestar por la aprobación en bloque del articulado de la Reforma Laboral que cursa en la Cámara de Representantes.
La preocupación de los representantes de diversas orillas políticas es válida, si se tienen en cuenta los drásticos cambios que quiere introducir el actual gobierno y las evidentes debilidades conceptuales de María Fernanda Carrascal, quien actúa como ponente de la iniciativa legislativa.
«Los contratos a término fijo no son precarizadores, estoy de acuerdo, pero la utilización de estos es para enmascarar las relaciones laborales, evitar el pago de seguridad social y prestaciones, lo cual es infame», se le oye decir a Carrascal en un video que circula en redes sociales y que le ha costado duras críticas.
El pasado jueves, 3 de octubre, el periódico El Tiempo publicó una editorial en donde hace sendas críticas a la propuesta reformista del gobierno Petro. La primera de ellas está relacionada con el aumento en el valor del trabajo que debe asumir el empleador.
Según un estudio del Banco de la República, la puesta en marcha de la propuesta de Reforma Laboral presentada por el actual gobierno podría provocar la pérdida de un poco más de 400.000 empleos formales.
“[…] Las preocupaciones de los empresarios privados, principales generadores de empleo en la economía colombiana no pueden ni deben desdeñarse. El proyecto de reforma laboral establecería cambios que desembocarían en un aumento de los costos de contratación para las empresas de todos los tamaños en el país. Un ejemplo está en los pagos de los recargos, que, por sí solos, encarecerían las cargas que el sector privado debe asumir para crear un puesto de trabajo con todas las de la ley”, advierte la editorial.
En ese mismo sentido, señala la nota periodística que el impacto negativo advertido por el grueso de los analistas económicos del país, se sentiría más en los pequeños y microempresarios, renglones que en campaña Petro prometió impulsar.
“Si se tiene en cuenta que más del 90% del tejido empresarial está conformado por microempresas, cabe preguntarse sobre la capacidad de estos pequeños negocios para asumir este aumento de la carga laboral y sostenerse en el lado de la formalidad. Es ahí donde entra uno de los desafíos más evidentes sobre esta iniciativa gubernamental: la ausencia de medidas que estimulen la creación de nuevos puestos de trabajo y la reducción de las altas tasas de informalidad”, dice en otros de sus apartes la editorial en comento.
Finalmente, reconoce que avanzar hacia otros modelos de relación laboral es necesario, no obstante, pone en duda, dada la radicalización de quienes impulsan la Reforma Laboral en el Congreso, que se prevean soluciones a los daños colaterales que ha dejado en evidencia, por ejemplo, el Banco de la República.
“Es innegable que Colombia requiere precisamente la actualización de esas normas para lograr el equilibrio entre los derechos y el bienestar de los trabajadores y la productividad y la competitividad de las empresas. Ojalá en tránsito en el Congreso el proyecto logre ese necesario balance”, puntualiza la pieza periodística que refleja posición institucional de El Tiempo.
APN Noticias