Por: Claudia Patricia Aponte Hernández/ Reconocer desde todos los ámbitos qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pactados por los países en 2015, debe ser la primera meta global.
Millones de personas en el mundo no conocen de qué se tratan y menos conocen cuál es el compromiso que, no sólo atañe a los gobiernos como líderes y facilitadores, sino también a todas las comunidades que en un trabajo conjunto deberíamos luchar por alcanzar las metas:
Tabla 1: Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 en 3 Dimensiones y 5 Ejes
Desde la Organización de las Naciones Unidas –ONU- existe preocupación porque el mundo va rumbo al fracaso en la consecución de las metas de los ODS, estando a mitad de camino de la fecha límite, el año 2030.
Ello soportado en que más de la mitad del mundo está quedando atrás, los avances para más del 50% de las metas de los ODS son débiles e insuficientes, y el 30% están estancados o han retrocedido, incluyendo metas esenciales sobre la pobreza, el hambre y el clima.
La Agenda 2030 podría convertirse en el epitafio del mundo que podría haber sido y no fue, por falta de voluntad de todas y todos, empezando por la clase dirigente de los países. Entre otros datos importantes que dan fuerza a la anterior afirmación se encuentran[1]:
- De las 169 metas que se establecieron para cumplir los ODS, la mitad están lejos o muy lejos de lograrse, más del 30% de estas metas no presentan avance o han involucionado con respecto a la situación de 2015.
- Los efectos del Covid-19 paralizaron 30 años de progreso constante en la reducción de la pobreza extrema, y el número de personas que la padecen aumentó por primera vez en una generación.
- De continuar las tendencias actuales, en 2030 la alarmante cifra de 575 millones de personas seguirá atrapada en la pobreza extrema.
- Cerca de 84 millones de niños y jóvenes seguirán sin escolarizar.
- En 119 países, el 56% de los países carecían de leyes que prohíban la discriminación directa e indirecta de las mujeres (datos 2022).
- El calentamiento global ha alcanzado 1,1°C por encima de los niveles preindustriales y es probable que iguale o supere el crítico punto de inflexión de 1,5°C en 2035.
Se observa que el retroceso ó estancamiento en los avances de la Agenda ODS 2030 es generalizado y son precisamente las poblaciones más pobres y vulnerables del mundo quienes están sufriendo los peores efectos sin precedentes, frente a estos desafíos.
De otra parte, entre algunos datos importantes se identifican los siguientes[2]:
- 1/3 de los países habrán reducido a la mitad sus tasas nacionales de pobreza en 2030 con respecto a 2015. En 2021, 1 de cada 3, equivalente a 2.300 millones de personas sufría inseguridad alimentaria moderada o grave.
- 133 países habían alcanzado la meta frente a la tasa de mortalidad de los menores de 5 años, se espera que 13 países más lo logren para 2030.
- Entre 2015 y 2022, el creciente acceso al agua potable gestionada de forma segura, al saneamiento gestionado de forma segura y a la higiene básica hizo que 687 millones, 911 millones y 637 millones de personas más, tuvieran acceso a estos servicios esenciales, respectivamente.
- El tratamiento eficaz del VIH ha reducido significativamente las muertes relacionadas con el sida en el mundo en un 52% desde 2010, y al menos una enfermedad tropical desatendida ha sido eliminada en 47 países.
- En 2020, casi 1.100 millones de personas vivían en barrios marginales o en condiciones similares en zonas urbanas.
- La proporción de la población mundial con acceso a la electricidad aumentó del 87% al 91%, cerca de 800 millones de personas con acceso a la corriente.
- Los países en desarrollo instalaron una capacidad de generación de energía renovable per cápita récord de 268 vatios en 2021.
- Pese a la ralentización del crecimiento mundial de la industria manufacturera, las industrias de tecnología media-alta y alta mostraron sólidas tasas de crecimiento.
- El número de personas que utilizan Internet ha aumentado un 65% desde 2015, logrando 5.300 millones de personas de la población mundial en 2022.
- El número de países con estrategias nacionales y locales de reducción del riesgo de desastres se ha duplicado desde 2015, lo que indica una mayor concienciación y preparación para gestionar y reducir el impacto de los desastres.
Está demostrado que es posible lograr un futuro mejor, principalmente para las nuevas generaciones; mediante la combinación de una acción colectiva y una firme voluntad política de los líderes desde todos los escenarios de la vida pública, así como, con el uso contundente de las tecnologías, los recursos y los conocimientos disponibles.
Con lo anterior, los avances permiten ayudar a cientos de millones de personas de la pobreza, garantizando su seguridad alimentaria y llevar al planeta por el camino de las bajas emisiones para 2030, entre otros.
Es de gran importancia asegurar los ecosistemas de datos para comprender la situación del mundo y qué hay que hacer para lograr los ODS 2030.
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* Consultora Estratégica en Elecciones, Gobierno y Políticas Públicas
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Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor)
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[1] Objetivos de Desarrollo Sostenible
[2] ibídem