Por: Fray Andrés Julián Herrera Porras, O.P/ La idea inicial que tenía para esta columna era trazar un paralelo entre las declaraciones del ministro de defensa israelí donde se refería a los palestinos como “animales” y la mejora en el trato de los mismos, que se ha dado en Occidente en los últimos años. Aún me parece un tema interesante y, por tanto, se abordarán algunos apartes; sin embargo, ya Isaac Rosa se adelantó y escribió al respecto en su columna Ojalá tratasen a los palestinos como a animales. Dicho lo anterior, esta columna girará entre la disyuntiva planteada y un homenaje a tres bellas caninas que se despidieron en octubre de este mundo.
Chiara —se pronuncia Kiara o Quiara — era una labradora de más de quince años que vivía en el Convento de Santo Domingo de Bogotá, lugar donde resido actualmente. Le decíamos “la perra mueble” debido a que por su edad tenía una movilidad muy reducida y caminaba lentamente por todos los rincones del convento. Aclaro que no la tratábamos como un mueble, la tratábamos como lo que era, una perrita mayor que era consentida por los frailes, por algunos vecinos del sector y por los niños del Colegio Jordán de Sajonia. Según algunos testigos, Zeus, un golden de seis años, la trataba como compañera y compartían con gusto agua y comida. La bella Chiara murió el pasado 10 de octubre por algunas enfermedades propias de su avanzada edad.
Tres días después de la muerte de Chiara se fue Martina —a quien le decían “Marti”— de seis años de edad. Fue el regalo perfecto para su familia, se trataba de una perrita de orejas erguidas y sin pelo, como todos los de su raza, viringo peruano —llamado también “perro sin pelo del Perú”—. Su personalidad era cariñosa con sus cuidadores y cercanos, pero algo tosca con aquellos que no conocía, especialmente si intentaban tocarla. Llenó de alegría el hogar de sus cuidadores, quienes hicieron hasta lo imposible para que superará el cáncer de ganglios que terminó llevándosela.
Violeta —“Viole” para los amigos— es una gozque hermosa de solo tres años y medio; a pesar de no ser “de raza” es tan pinchada que hasta tiene cuenta propia de Instagram. Sus cuidadores la han consentido hasta donde han podido, ella decide incluso el camino por el que la pasean; sin embargo, ha venido luchando junto con su familia contra un cáncer que ya está en fase terminal. Escribo este texto con el corazón en la mano porque hablando con su compañera de lucha más cercana ya han tomado la decisión de dejarla descansar pronto. Quizá antes de que se publique esta columna, Viole ya no estará más entre nosotros.
Hasta aquí he hablado de tres perritas bellas, de tres duelos diferentes para sus cercanos. Sé que muchos no entienden el afecto que se puede llegar a sentir por un animalito; a pesar de ello, es necesario abrir la mente y, más allá de nuestra relación personal con los animales, comprender que, para muchos, los animales pasan a ser integrantes de la familia —aclaro, sin estar de acuerdo con la humanización de los mismos que, dicho de paso, es otra forma de maltrato animal—.
Al respecto, en Colombia, la Ley 1774 de 2016 modificó el Código Penal a través del artículo 339A donde se tipifica el delito de maltrato animal. No se trata de una gran novedad sino más bien de un avance que ya se había dado antes en muchos lugares del mundo. Incluso Israel tiene toda una legislación en este aspecto que incluye un canal para la denuncia oportuna de abandono o maltrato animal —Siguiendo la propuesta del ministro de defensa, ojalá así traten a los palestinos, como animales, quizá eso les permitiría refugio y canales de denuncia ante la barbarie—.
No quiero terminar este texto sin abrir una pequeña ventana a la luz, aún hay algo de esperanza en esta humanidad. Claudia y su hija María Fernanda —de cariño le decimos “Mafe”— se encontraron a Chiquinquirá — “Chiqui”— al regreso de una peregrinación a la ciudad del mismo nombre de la gozque de nueve años. La encontraron después de que ella, Chiqui, fuese víctima de un posible accidente vehicular, decidieron subirla a su camioneta y llevarla a una veterinaria donde, al estilo del buen samaritano, Claudia asumió todos los gastos de la intervención quirúrgica. Hoy estamos buscando un hogar para Chiqui ya que su heroína tiene tres perros más y no puede hacerse cargo de ella.
Frente al caso de Israel, quiero dejar entrar otro rayo de luz que me encontré con un artículo publicado en la Forum of animal law studies en el 2017, allí Marine Lercier concluye con un argumento hermoso de cara a la posible positivización de los derechos animales con el que cierro esta columna:
“By drawing a comparison with Man’s dignity, himself in infringement of non−human animals’ dignity, the Supreme Court of Israel might have found the way to animals’ fundamental right: the dignity of relief of the creature of God. All sentient beings. Last but not least, it is believed that with the arrival of the Messiah, humanity will go back to being vegetarian”.
Que en traducción propia dice: “Al establecer una comparación con la dignidad del hombre, en cuanto a la vulneración de la dignidad de los animales no humanos, la Corte Suprema de Israel podría haber encontrado el camino hacia el derecho fundamental de los animales: la dignidad del alivio de la criatura de Dios. Es decir, de todos los seres sintientes. Por último, pero no menos importante, se cree que, con la llegada del Mesías, la humanidad volverá a ser vegetariana”.
Apuntaciones
- No, “X” o “Twitter”, o como le llamemos, no es el lugar para manejar las relaciones internacionales, señor presidente Petro.
- Ya estamos a pocos días de las elecciones regionales y los clanes, el clan Aguilar entre otros, siguen ganando con cara y sello.
- Javier Milei no perdió, para un tipo como él ir a segunda vuelta es una victoria. Para Argentina, tener los dos candidatos que tienen es una muerte anunciada.
- Viole murió el 23 de octubre, cuando ya se había redactado parte de la columna. Fortaleza a su familia, la llevaremos en el recuerdo.
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*Abogado. Estudiante de la licenciatura en Filosofía y Letras. Miembro activo del grupo de investigación Raimundo de Peñafort. Afiliado de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.
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