Por: Juana Yolanda Bazan Achury/ Las aves de rapiña son las más peligrosas porque son carroñeras no les importa absolutamente nada la vida de los demás porque como animales solamente se preocupan por ellos.
Vergonzosamente para Colombia en eso se han convertido las elecciones, resulta mucho más notorio y absurdo en las elecciones territoriales y en relación con los cuerpos colegiados, si observamos el movimiento de las campañas, encontramos que cada candidato es autónomo, se organiza alrededor de un solo propósito personal salir elegido, haciendo el máximo esfuerzo, el día a día del candidato es generar toda clase de movimientos para hacerse conocer y lograr el mayor número de votos, se publicitan a través de las redes sociales, que en materia política electoral se encuentran absolutamente saturadas, tanto que la gente solo revisa las del candidato de su preferencia, la comparación como tal es poco menos que imposible. ¿Quién se atreve a comparar las hojas de vida y las propuestas de 399 candidatos al Concejo Municipal de Bucaramanga, las de 16 candidatos a la Alcaldía, las de 230 a la Asamblea de Santander o la de 9 candidatos a la gobernación?
¿Siendo un ciudadano cualquiera que desea votar a conciencia por el que considera que tiene la mejor propuesta para ocupar uno de los cargos enunciados anteriormente, ya en el nivel ejecutivo o en la Corporación de Elección correspondiente, se tomará el tiempo para hacer este ejercicio?
Se presentan ante los ciudadanos para solicitar los votos a través de las reuniones políticas, a ellas asisten las personas en general por obligación como consecuencia de favores o deudas políticas con sus jefes, vergüenza con sus familiares o amigos, simplemente por cumplir o porque les pagan para asistir, ya sea en especie o en dinero.
Los debates con tantos candidatos son soso, repetitivos, insustanciales y bastante confusos pese a que, en tratándose de cargos del nivel ejecutivo algunos van bien preparados.
Veamos la publicidad callejera o avanzadas, la toma de las calles y parques es total e invasiva, es casi a juro que le ofrecen la publicidad en las esquinas y calles al ciudadano, pero estoy segura que la mayoría la desechan porque no le interesa y no creen algunos consideran que es solo basura.
El ágape en los barrios populares es diario, la feria de los tamales, la lechona, el mute, la empanada, etc., que le imponen cargas al candidato pero que ni siquiera demandan la atención del ciudadano hacía sus propuestas, expuestas personalmente o a través de sus delegados.
Además de toda suerte de peticiones que son de ocurrencia de los líderes y ciudadanos, desde arreglo de vías, pavimentaciones, tanques de agua, arreglos de parques, de vivienda, sillas de ruedas, algunas exóticas que no me atrevo a nombrar y toda clase de cosas que en otras circunstancias no se solicitarían.
¿Es esto democracia, la feria de las canonjías del intercambio de prebendas y favores, el carnaval de las comidas y actividades para promover al candidato del deporte, de los niños, de las madres cabeza de familia, del adulto mayor de los discapacitados, etc?
¿Cuánto es el costo de todo esto? No solo económico sino en construcción de democracia y sociedad.
¿Cómo saber cuál es la propuesta sería y conveniente para los ciudadanos de Bucaramanga y Santander?
Hay candidatos muy buenos quizá la mayoría, competentes, estudiosos y responsables, lo que ocurre es que no son visibles y no lo pueden ser por la forma como se ha desgreñado la política, es demasiado grotesco y el que siendo capaz carece del dinero necesario para entrar en ese tejemaneje no tendrá la posibilidad de acceder a una curul.
Es desolador, así no se construye democracia ni se avanza en las soluciones sociales no puede ser que el candidato sea él y su circunstancia, hasta ahora no he oído a ningún candidato a corporación pública defender a su partido, el partido es vergonzante todos quieres ser independientes, pero a la hora de necesitar el aval corren por él y paga por él, pero el partido no es fuente de reconocimiento es su ideología para ningún candidato, y por tanto no se cumplen los estatutos, no hay bases organizadas, cada candidato tiene que salir a correr en la búsqueda de los votos a cambio de mentiras, atenciones o promesas las más de las veces imposibles de cumplir. Muchos candidatos sin preparación, pero con dinero.
Mientras los partidos sean solamente dadores de avales, y recaudadores de los recursos del gobierno por la reposición de los votos, que al parecer es su único papel, la democracia no se endereza.
De acuerdo con la ley 130 de 1994, art. 2
“Los partidos son instituciones permanentes que reflejan el pluralismo político, promueven y encauzan la participación de los ciudadanos y contribuyen a la formación y manifestación de la voluntad popular, con el objeto de acceder al poder, a los cargos de elección popular y de influir en las decisiones políticas y democráticas de la Nación”.
De acuerdo con los Estatutos, los partidos tienen un deber de formación de los ciudadanos, de organizar las bases, de promover mecanismos de democracia interna, entre otros.
Pero ninguno lo hace, razón para que exista esta desorganización y atomización política, agendas individuales y proyectos irrealizables que no recogen el querer de los ciudadanos, quizá todos somos hábiles en el diagnostico porque los problemas los tenemos en el diario vivir. Pero la forma como llegaremos a las soluciones, o como las mismas se proponen, no le permiten al ciudadano optar por la mejor propuesta.
Estas elecciones concluyen con sus cuerpos colegiados escogidos por el poder económico o el azar, pero no por la ideología o las propuestas.
Es necesario mejorar la calidad de la política, siendo primordial tener listas cerradas; los partidos deben tener una organización interna, atendiendo las reglas democráticas establecidas, preparar a sus bases, formular propuestas de desarrollo en todos los niveles estatales.
La campaña se debe hacer con base en la ideología del partido, desechando de este forma los proyectos individuales, egoístas, que le rinden culto a la persona, no a la sociedad, los cuales no pasaran de ser eso, logros personales pero no colectivos, no se le hace ninguna contribución a la formación de la voluntad Popular, la política ejercida así hostiga, fastidia, y genera mayor rechazo del que tiene, lo cual es muy grave para la construcción de la verdadera democracia y la profundización de la misma.
…
*Exrepresentante a la Cámara por Santander.