Los próximos alcaldes y gobernadores deberán centrar su atención en resolver las principales preocupaciones que aquejan a los ciudadanos en sus respectivas ciudades o municipios.
Según los resultados de la encuesta del Centro Nacional de Consultoría S.A. para Valiente es Dialogar, CNC y Global Exchange, los problemas de inseguridad y de orden público son el principal dolor de cabeza a nivel local para 41,6% de los encuestados.
Para un 24,8% el principal inconveniente son los servicios públicos básicos (como agua potable, luz, alcantarillado, acueducto…); un 22,4% contestó que la gestión administrativa municipal; 21,4% señaló el desarrollo económico; 19,3% indicó que el sistema de salud; 14,5% señaló que el transporte, conectividad y seguridad vial y 9,1% afirmó que la infraestructura y planeación urbana.
Ahora bien, estos inconvenientes varían a nivel nacional, pues en este caso 45,2% de los encuestados respondieron que el principal problema de Colombia es la corrupción, mientras que un 25,8% dijo que la violencia de los grupos armados.
A estos dos les sigue la delincuencia común, con un 25,1%; y el desempleo, con 22,2%. Un 17,4%, por otro lado, respondió que la inflación y el costo de vida; 12,4% dijo que los servicios de salud; 6,8%, el crimen organizado; y 5,7%, los bajos salarios o la mala calidad del empleo.
Tanto la situación política como el narcotráfico obtuvieron un 5,6%, respectivamente. Al final de la lista se encuentran los servicios de educación, con un 4,9%; y el acceso y la calidad de los servicios públicos básicos, con 4,8%. Por último, un 3,9% respondió que la falta de cultura ciudadana.
Pese a que la corrupción es el principal problema para los consultados a nivel nacional, menos de la mitad (39,6%) considera que los políticos –o en general el Gobierno– van a resolverla.
Un 32,5% tampoco cree que van a solucionar la inseguridad y la delincuencia común; 19,3% no tiene esperanzas en que se vaya a mejorar el empleo y 11,3%, igualmente, no piensa que se va a arreglar el fenómeno del narcotráfico. Otro aspecto por el cual indagó la encuesta fue el estado de ánimo de los 1.223 encuestados.
Del total, 88% se mostró optimista frente a su futuro personal, mientras que 10,3% todo lo contrario.
Y aunque la mayoría tiene una buena percepción sobre su situación personal, a la pregunta: “En su opinión, ¿el país ha mejorado o ha empeorado en el último año?”, 6 de cada 10 de los consultados respondieron que ha empeorado, mientras que 2 de cada 10 sostuvo que ha mejorado. Un 6,8%, por el contrario, dijo que Colombia sigue igual; 2,3% manifestó que no sabe y 0,6% no respondió.
El pesimismo de los ciudadanos también se vio reflejado en las respuestas a la pregunta “¿Usted considera que el país va por buen camino?”. 61,7% afirmó que no; 34,7 % dijo que sí y 3,6 % no respondió.
Dentro del estudio, finalmente, se preguntó sobre los mecanismos de participación que han usado los ciudadanos. Por ejemplo, los cinco que más han usado los que respondieron la encuesta son el voto (87,3%), la consulta popular (52,7%), el referendo (44,5%), juntas de acción comunal (42,9%) y el plebiscito (31,8%).
Los que menos han utilizado son mesas, consejos, comités o espacios territoriales con enfoques diferenciales (16,4 %), cabildos abiertos (12,6%), presupuesto participativo (12,4%), diálogos regionales vinculantes (8,3%) y la consulta previa (7,0%).
Estudio muestra la voluntad de participación de los ciudadanos
En medio de un clima negativo frente al futuro del país y la desesperanza en que sus gobernantes y la clase política podrán solucionar los problemas más apremiantes, los colombianos están dispuestos a participar para aportar propuestas de cambio.
«La gente está en el barco y quiere enderezar el rumbo, ven que los que están manejando no miran la Estrella Polar» explicó Carlos Lemoine, director del Centro Nacional de Consultoría -CNC-sobre su última encuesta «Ciudadanía y Democracia».
En este estudio, que investiga el nivel de interés de los colombianos en los distintos mecanismos existentes de participación, se observa que las asambleas ciudadanas tienen un muy alto nivel de aceptación, como metodología innovadora de deliberación para dar propuesta al estado en soluciones a las dificultades que afectan a las comunidades.
Los resultados son contundentes. Un 73,9% de los encuestados respondió que haría parte de una asamblea ciudadana si el gobierno la convocara para hacer recomendaciones a nivel nacional o local, a una gran mayoría le gustaría que el Senado y el Presidente de la República la conformarán en un 90% y 85,8%, respectivamente.
«Falta una conexión entre el deseo ciudadano de participar y una manera de hacer que esa participación sea eficaz y se sobreponga a los intereses ideológicos y políticos», dijo Lemoine. En su concepto, las asambleas ciudadanas pueden ser esa herramienta porque «tienen mucha más posibilidad de producir propuestas sensatas y aplicables».
La Asamblea Ciudadana – que ya ha sido probada de manera exitosa en cientos de experiencias internacionales – es sencilla pero altamente eficaz. De manera aleatoria se seleccionan participantes que representen la composición sociodemográfica de la población, quienes reciben información de expertos y presentaciones de las partes interesadas antes de deliberar para elaborar sus recomendaciones.
En Colombia, organizaciones de la sociedad civil están trabajando para implementarla.
La encuesta muestra además, un llamado claro para las campañas políticas con miras a las elecciones regionales, porque un 74,8% votaría por un candidato que proponga una asamblea ciudadana y un 90,2% dijo que le gustaría que su mandatario local, una vez en el cargo, las convocara.
Para Lemoine hay un mensaje claro en que se debe cambiar el camino. «La participación ciudadana enriquece la inteligencia del Gobierno y del manejo de las cosas públicas».
Precisamente, el sondeo mostró que un 85,4% opina que una asamblea ciudadana sería una mejora de la democracia y un 81,4% cree que debería ser incluida como nuevo mecanismo de consulta política.
Los encuestados opinaron que la experiencia de la población podría, a través de una asamblea ciudadana, aportar a las reformas a la salud en un 34,6%, a la laboral en un 23,6% y a la política en un 10,2%.
Estos resultados están dentro de un clima de opinión adverso frente a la realidad del país y la reacción de sus gobernantes para enfrentar la coyuntura actual. «Cuando se le pregunta a la gente sobre la capacidad de los políticos de resolver estos problemas, hay unanimidad de que no ven que están en camino de resolverlos», aseguró Lemoine.
Según el sondeo, un 61,7 % de los encuestados considera que el país no va por buen camino, al tiempo que un 63,3% opina que ha empeorado en el último año. La corrupción se lleva el mayor porcentaje como el problema más grande con un 45,2%. Le sigue el tema de seguridad, con un 25,8% frente a la violencia de los grupos armados y un 25,1% la delincuencia común. Cierra como tercera preocupación la economía, en donde el desempleo registró un 22,2% y la inflación/el costo de vida registró un 17,4%.
Para el experto en sondeos de opinión, las discusiones sobre esos tres factores del Estado están a la orden del día para la discusión ciudadana. «¿Cómo preservar la democracia y resolver estos problemas? El camino es enriquecerla con una participación ciudadana inteligente. Que es lo que muestra la adhesión hacia las asambleas ciudadanas», puntualizó el directivo.