El rencor es un sentimiento de enfado profundo y persistente; un resentimiento arraigado que desequilibra y enferma el cuerpo y la mente, este estado de resentimiento se va acumulando permitiendo que crezca hasta el punto de que empieza a resultar insoportable y daña a la persona que lo siente impidiéndole tener una vida tranquila, reaccionar con serenidad y objetividad.
Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Existen personas que todo lo ven como una ofensa imperdonable, otros pueden considerarla como algo exento de importancia, y aunque el acto ofensivo en sí haya sido el mismo, recibirá menos daño aquel que piense y actúe con serenidad restándole importancia a la ofensa acá vale la pena recordar la metáfora del lobo bueno y el lobo malo: un viejo Cherokee le conto a su nieto la batalla que ocurre en el interior de las personas le dijo se da entre dos lobos, “uno es malvado, es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad. El otro es bueno, es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe».
El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo ganará? “ganará el lobo que alimentes”. Esta metáfora lleva a una conclusión clara: aquellos pensamientos a los que prestamos atención son los que predominan en nuestra vida y, por lo tanto, marcan nuestras decisiones, acciones, resultados y destino, ¿cuál lobo estas alimentando?
La agresividad es un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto, la agresión es cualquier forma de conducta que pretende herir física y o psicológicamente dado que existen personas cuyo actuar y proceder gira alrededor de la disociación, la división, el divide y reinaras, si te encuentras con una de ellas corre, huye, acá vale traer una frase de Martin Luther King: “Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos”.
Estudios demuestran que el cerebro de las personas violentas funciona de manera diferente y que, en buena parte de los casos, factores como la crianza, la educación y el entorno social orquestan casi siempre esas bases agresivas, ahora bien, existe un factor emocional a tener presente y es la falta de resistencia a la frustración sumada a la ausencia de control de los impulsos.
Cuán importante es conocer y ahondar en las causas de las reacciones violentas de las personas, para ayudarlas y que ellas comprendan que es curable este proceder, El maltrato es algo que aún sigue presente de diversas formas en nuestro día a día, en nuestro país, quizás sea tu pareja, tus padres, un amigo o algún compañero de trabajo, se vive en los campos, en las ciudades, en los colegios, en las familias con la violencia intrafamiliar, ataques a las mujeres, en los estadios, en las unidades residenciales, en los barrios, gente que no es capaz de interactuar con los demás sin maltratarlos
Los maltratadores suelen escoger a aquellos más “débiles”, más inseguros y que no saben responderles como se merecen a una situación que se escapa de su control, en Colombia le hemos vivido quienes pasamos de los 50 años vivimos épocas de violencia generadas por una persona, por grupos de personas que han afectado a millones.
Qué bueno sería que con esa experiencia vivida el estado se preocupara por brindar apoyo y encontrar la causa del porque el proceder de esas personas para que estos hechos no se repitan, en la actualidad seguimos viviendo esa misma escalada de violencia con otros actores y en todos los niveles y duele ver como no se hace casi nada por encontrar una solución a estos hechos.
La invitación en esta columna es a que cada uno de nosotros desde su corazón, desde sus pensamientos, desde su actuar, cambiemos y no alimentemos el lobo malvado y ayudemos a quienes sus vidas giran en torno al odio, la violencia, la disociación.
Cuan diferente es vivir en el amor y el perdón, si bien hemos hablado de la violencia y la agresión podrán darse cuenta al leer lo diferente que es vivir bajo estos comportamientos, pongamos amor en cada cosa que hagamos, pensamos y deseamos, el amor auténtico no duele, el amor transforma y nos empuja a crear la vida que deseamos al llenar de ilusión y pasión cada una de las metas que nos proponemos.
El principal sentimiento de la vida es el amor, ninguna realidad trasciende tanto al ser humano como ese filtro que todo lo ilumina, imaginemos ahora a alguien que sale de casa para trabajar, antes de hacerlo, lo más probable es que se despida de alguien: de su pareja, de sus hijos, de sus padres, de su mascota, pues apreciados lectores el amor está en todos esos comportamientos, nuestro protagonista acude al trabajo, a esa ocupación laboral que es también la pasión de su vida, horas después, esta persona recibe un mensaje de su mejor amigo, de su novia, de sus padres etc., ese ser que le ama que le escribe para preguntarle qué tal va todo.
El amor es la tinta que describe todas estas situaciones, es ese sentimiento el que nos enriquece más que ningún otro y el que saca lo mejor de nosotros mismos, el cerebro habla el lenguaje de las emociones y su principal idioma no es otro que el amor, lamentablemente existen personas que le han inyectado a su cerebro y corazón el lenguaje de la violencia
Cuando decimos que el principal sentimiento de la vida es el amor, puede sonar algo desmesurado, sé que opinar así implica relacionar la palabra “amor” con el romance, con una relación de pareja, creo que dejar solo dicha cara de esa figura poliédrica que es el amor, es quedarse corto.
Y el perdón, cuando se vive con amor, el perdón fluye recordemos que el perdón es útil, nunca debe ser entendido como un acto de vulnerabilidad ante el otro, sino de flexibilidad conmigo mismo, mis emociones y prioridades, ya que el rencor nos ancla en el pasado, no nos permite avanzar y nos engancha al dolor con tal fuerza que en base a él dejamos que la vida pase sin formar parte de ella, ahora bien, es importante perdonar, pero debemos recordar lo ocurrido y recordarlo para no permitir que se repita.
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*Profesional en Mercadeo
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