En las últimas horas algunas personas fueron rescatadas con vida bajo los escombros, lo que renueva las esperanzas de hallar más sobrevivientes, casi una semana después del sismo de 7,8 de magnitud y múltiples réplicas.
Muerte, desolación y destrucción. Pero también milagros bajo los escombros.
A medida que continúan las operaciones de rescate, las autoridades confirman el hallazgo de más cuerpos, por lo que la cifra de personas muertas ascendió a 25.000, este sábado 11 de febrero.
Se trata de un cómputo conjunto de víctimas mortales en el sur de Turquía y el noroeste de Siria, fuertemente sacudidos por el terremoto de 7,8 de magnitud del pasado lunes 6 de febrero. La mayoría de los decesos se registran en suelo turco y pueden seguir en aumento a ambos lados de la frontera a medida que avanzan los esfuerzos de los servicios de emergencia.
Otras 80.000 personas resultaron heridas y millones quedaron sin hogar, producto del sismo y las múltiples réplicas, 1.891 registradas hasta el momento, detalla la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) de Turquía.
Es “el peor hecho en 100 años en la región”
Este es ya el peor terremoto en el territorio turco, superando el ocurrido en 1999 cuando 17.000 personas perdieron la vida.
Asimismo, el secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, subrayó que se trata del “peor hecho en 100 años en esta región». Sus declaraciones se produjeron este sábado durante una rueda de prensa en la provincia turca de Kahramanmaraş, una de las más afectadas.
Entretanto, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, arribó en las últimas horas a la ciudad siria de Alepo, otra de las más golpeadas por el sismo.
El funcionario tiene previsto recorrer hospitales y refugios, así como liderar la entrega de “suministros médicos de emergencia de alrededor de 37 toneladas métricas” y está previsto el envío de “otra ronda con más de 30 toneladas métricas”, indicó la organización citada por AFP.
Sin embargo, en varias localidades turcas los habitantes continúan denunciando que las ayudas requeridas con urgencia aún no llegan, debido a que las grandes operaciones de asistencia y rescate se concentran en las grandes urbes.
El devastador movimiento telúrico sacudió una enorme zona, que solo en el sureste de Turquía representa un tamaño mayor a la superficie de Portugal. El alto grado de destrucción, incluida la infraestructura básica, dificulta la distribución de la ayuda, remarcan las autoridades.
«Tal vez es insuficiente pero la ayuda estatal y la de voluntarios llegó a las ciudades, pero casi nada ha llegado a miles de pueblos donde la gente está luchando por sobrevivir», aseguró Yilmaz Kurt, un médico especialista en urgencias.
Aumenta el temor de epidemias
Especialistas médicos, citados por la prensa local, indican que tras casi una semana de la tragedia que aún deja cuerpos bajo las ruinas y ante la falta de servicios de aseo, agua y materiales de higiene, el peligro de epidemias es latente en al menos 10 provincias del sureste de Turquía.
«Uno de los problemas más importantes son los aseos portátiles. La situación de las mujeres es especialmente difícil. También es una necesidad esencial para el personal de rescate», reportó el diario ‘Hürriyet’.
Onder Isleyen, miembro de la directiva de un pequeño partido de izquierda, también aseguró que se teme una próxima epidemia en las áreas afectadas.
«La desesperación es total. No hay tiendas, ni material de limpieza, ni aseos. Esto es un peligro para la salud pública (…) Las obras se concentran en las calles principales y los lugares céntricos. A medida que uno se desplaza a calles secundarias, ve que los trabajos disminuyen y que las víctimas del terremoto, cuyos familiares se encuentran entre los escombros, suplican por encontrar grúas, equipos especializados y excavadoras», explicó Isleyen.
«Nadie ha ido todavía a cientos o miles de pueblos», agregó.
Siria evalúa pasar de labores de emergencia a tareas de recuperación
La Presidencia de Bashar Al-Asad informó que su Administración estudia una posible transición de la respuesta, de cara a la primera semana del fatídico sismo.
«Cinco días pasaron desde el devastador terremoto que golpeó Siria y es necesario pasar ahora de la respuesta de emergencia inicial lanzada por el Estado y la sociedad, a una respuesta organizada para hacer frente a las repercusiones y efectos del terremoto», explicó el Ejecutivo en un comunicado, luego de un encuentro entre Al-Asad, miembros de la Cámara de Operaciones de Alepo, entidades comerciales y agencias gubernamentales.
El Gobierno sirio ha declarado «zonas de catástrofe» a las áreas bajo su control golpeadas por los movimientos telúricos en Latakia, Alepo, Hama e Idlib, las cuatro provincias más afectadas por la catástrofe que deja ya 3.553 muertos y 5.276 en toda Siria, incluidas las áreas en manos de la oposición.
Milagros bajo los escombros
Cuando parecía que las esperanzas se agotaban, los equipos de emergencia en Turquía rescataron este sábado a una familia de seis miembros, quienes sobrevivieron dentro de su casa derrumbada durante cinco días.
Los expertos primero sacaron de las ruinas a la madre y la hija, Havva y Fatmagul Aslan, de entre un montículo de escombros en la ciudad de Nurdag, en la provincia de Gaziantep.
Más tarde, los trabajadores lograron localizar al padre, Hasan Aslan, pero él insistió en que primero salvaran a su otra hija, Zeynep, y a su hijo Saltik Bugra.
Finalmente, cuando el padre también fue puesto a salvo, los rescatistas vitorearon y corearon «¡Dios es grande!».
El dramático rescate después de 129 horas eleva a nueve el número de personas rescatadas este sábado.
Por separado, también fueron rescatados un joven de 16 años y una mujer de 70 años.
«¿Qué día es?», preguntó el adolescente Kamil Can Agas, cuando volvió a la superficie.
Son hallazgos inusuales, dada la cantidad de tiempo que pasaron entre los restos de cemento y concreto, sin agua, ni alimentos y en medio de temperaturas bajo cero.
Su supervivencia trae destellos de esperanza en medio de la abrumadora devastación, pero los expertos advierten que con el paso de las horas es más improbable encontrar vida.