Los sindicatos han convocado múltiples manifestaciones con el objetivo de seguir mostrando inconformidad ante la iniciativa de ley. Se esperan movilizaciones masivas en todo el territorio galo para el martes 7 de febrero y el sábado 25.
Francia experimenta la quinta semana de protestas y huelgas nacionales desde que el Gobierno anunciará la reforma que aumentaría la edad de retiro de 62 a 64 años.
Sindicatos y partidos de todo el espectro político han expresado latentes inconformidades con respecto a la propuesta de ley y se espera que el debate dentro de la Asamblea Nacional resulte en múltiples modificaciones a la iniciativa presentada el 10 de enero, en el caso que sea aprobada.
La reforma pensionaria es el proyecto insignia del segundo mandato del presidente Emmanuel Macron, sin embargo, su partido, La República en Marcha, no cuenta con la mayoría absoluta en la Cámara Baja del Legislativo francés, por lo que tendrá que negociar con los demás grupos políticos que componen la Asamblea Nacional para lograr que su impopular reforma se apruebe.
«Vamos a avanzar extendiendo la medida para las carreras largas a todos aquellos que empezaron a trabajar a los 20 y 21 años. Ellos podrán retirarse a los 63», dijo la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, durante una entrevista con medios locales. Con ello, dio indicios de una actitud abierta a las negociaciones por parte de su partido.
Reformas sustanciales
La reforma pensional fue anunciada el 10 de enero por la primera ministra. La iniciativa consiste en un paquete legislativo sumamente amplio, siendo la medida más sonada el aumento de la edad de retiro de 62 a 64 años con un aumento progresivo que llegaría a la edad establecida en el 2030.
Además, la iniciativa propone un aumento de los años trabajados totales para recibir la pensión estatal. De esta manera, los trabajadores franceses tendrían que laborar un total de 43 años para hacer uso de este derecho constitucional. Todos los trabajadores galos tienen derecho a recibir una pensión por parte del Estado, pero aquellos que no cumplen con este requisito deben laborar hasta los 67 años para retirarse sin ninguna penalización.
Lo anterior afecta principalmente a mujeres que interrumpen sus carreras para criar a sus hijos o trabajadores que tuvieron etapas académicas largas y empezaron su carrera profesional «tarde».
Con la ley actual, las personas discapacitadas pueden retirarse a los 55 años y aquellos trabajadores que hayan sufrido un accidente laboral pueden retirarse dos años antes de la edad legal estipulada bajo ciertas condiciones. La reforma aumentaría proporcionalmente los años que estos trabajadores tendrían que prestar a sus respectivos sectores.
El Gobierno de Emmanuel Macron ha explicado la lógica detrás de la iniciativa de reforma, argumentando que el sistema de pensiones francés es insostenible en la actualidad y que existe una necesidad de ahorrar alrededor de 18 billones de euros anuales para sostener el esquema.
«Trabajar más va a permitir que los futuros retirados obtengan pensiones más altas… para el 2030, nuestro sistema va a ser financieramente balanceado», comentó Borne al presentar el proyecto de ley.
Iniciativa polarizada
Las reacciones a la iniciativa no han sido favorables a los planes del presidente. Desde la reacción de los sindicatos más grandes como el ferrocarrilero y el de aviación, que son los que han llamado a huelgas masivas para el martes.
A pesar de que Francia tiene un movimiento sindical relativamente pequeño a comparación de otros vecinos europeos -en Francia solo el 11% de los trabajadores están registrados en un sindicato-, los ‘syndicat’ tienen un poder de convocatoria local muy potente, que se traduce en presión para partes del Poder Legislativo francés.
Las masivas manifestaciones de la última semana de enero en distintas ciudades como París, Rennes, Marsella y Donges han puesto en jaque las dinámicas cotidianas de industrias esenciales como la pesca, el servicio de metro y la industria manufacturera. Estas demostraciones han conseguido que se amplifique la protesta contra la reforma y llegue hasta la Asamblea Nacional.
Partidos políticos de diversa índole han mostrado también su rechazo a la reforma. El foco más crítico de la reforma viene de la izquierda francesa, siendo la bancada La Francia Insumina (LFI) una de las más voraces al respecto. «El plan de pensiones es al mismo tiempo regresivo en términos de calidad de vida y económicamente injusto «significa que fundamentalmente va en contra de nuestra visión», mencionó Sophia Chijirou, miembro de LFI, en las manifestaciones de París.
Aunque la izquierda francesa ha sido la que más modificaciones ha realizado a la reforma, otros lados del mapa político francés también han sido muy críticos. Agrupación Nacional, el partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen, también ha rechazado el proyecto de Macron y menciona que no están dispuestos a negociar la aceptación del plan.
Futuro incierto
«Tengo 42 y mi espalda ya esta dañada por subir cargamentos pesados todo el día. ¿Cómo se supone que pueda seguir así por 20 años más?», menciona Ayed, un trabajador de supermercado que se manifestaba en París. Los trabajadores como él no están conformes con la reforma y no están dispuestos a entregar más años de su vida por sueldos cada vez más bajos.
Al ser cuestionado por la edad de jubilación en otros países europeos -más alta que en Francia- Eric Schwab, profesor de escuela primaria, respondió: «Lo que no reconocen, es que los alemanes que hacen el mismo trabajo que yo ganan el doble de salario y tienen clases la mitad de grandes que las que yo imparto».
La clase trabajadora francesa es renuente a aceptar la reforma pensionaria, están preocupados por su futuro y exigen a sus representantes acciones concisas para evitar la aceptación de un paquete de medidas que afectaría en demasía al proletario francés.
Empezó el debate en Francia: Mientras Macron espera conseguir la aprobación por mayoría en la Asamblea Nacional, la fuerza de trabajo espera que las bancadas restantes ejerzan presión para modificar el plan o evitar la aprobación total de la reforma.