Respetar la biodiversidad, es quizás el deber más importante de los seres humanos y más en un estado social de derecho.
Por: Érika Bayona López/ El maltrato animal comprende una gama de comportamientos que causan dolor innecesario, sufrimiento o estrés, que van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso e intencional. Ambas formas, directa o indirecta, pueden causar serias afecciones físicas, como también, graves cuando se trata del bienestar mental y natural de las víctimas. Relevante también es, que el maltrato animal se considera un problema social humano.
La violencia es el uso de la fuerza desmedido para conseguir un propósito y se direcciona hacia quienes están en un estado de subordinación e indefensión para someter, controlar y manipular.
La situación de los animales en Colombia es grave. Hay maltrato, abandono, complicidad, negligencia y, sobre todo, falta de autoridad tanto en el caso de los animales domésticos como en el de los animales salvajes y que están en vía de extinción. Las aberraciones que se cometen vienen desde explotación reproductiva, sobreexposición a ambientes nocivos y mutilaciones, además del tráfico en el caso de los animales no domésticos.
Algunos pensamos ingenuamente, que la triste situación de los animales cambiaría, que tendríamos herramientas para que los perros, gatos, loros, etc., pudieran vivir con dignidad y sin sufrimiento. Pensamos por un momento, que la promulgación de la Ley 1774 de 2016 iba a convertirse en un instrumento de defensa de los animales, y de protección para las personas que se atreven a denunciar y hacer públicos los casos más tristes que se ven a diario en Colombia. Pero no, otra vez nos quedamos en la parte leguleya del asunto, cuestión que, como en otros casos, no es suficiente para arreglar el problema.
Sin embargo, es alarmante como por medio de hechos recientes, donde se utilizan estrategias de publicidad indirectas salen a flor de piel casos como el del chigüiro Toñito, donde más allá de entrar a debatir si el procedimiento fue el ideal o no, es evidente que las redes sociales del conjunto residencial, donde apareció este individuo de fauna silvestre y que falleció en un hábitat que no es el propio del mismo, a hoy, el conjunto residencial a denotado un aumento de seguidores en redes sociales y masificación de socios, lo que ha impulsado a su crecimiento económico con este tipo de noticias.
Instrumentalizar y exhibir nuestra fauna silvestre en lugares que nos son aptos y tenerlos en conjuntos residenciales, se convierte en una práctica que va en contra de proteger a los más indefensos, que en últimas son los especímenes expuestos a prácticas de domesticación y selfis como si fuese un trofeo o apremio indebido.
Respetar la biodiversidad, es quizás el deber más importante de los seres humanos y más en un estado social de derecho. Generar amarillismo es quizás una discusión de la cual no estamos preparados, pues para nadie es un secreto que aún no se ha dado explicación lógica de cómo aparece Toñito pernotando meses en dicho conjunto residencial donde hasta los Caddies y niños se tomaban fotos como si fuera un objeto de exhibición, pero al momento de acudir a su rescate para devolverlo a su hábitat natural, feneció y ahora solo se buscan culpables del operativo, cuando el trasfondo de todo esto es evidente.
Ante las denuncias, la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB), también emitió un comunicado explicando la situación, resaltando que lo que se quería hacer era “rescatar” al animal del condominio, señalando a la comunidad de “darle trato de mascota a un ejemplar silvestre”. Además, rechazaron los ataques contra sus funcionarios y anunciaron acciones legales contra quienes se han pronunciado en su contra.
De nuevo, aduciendo a los instintos del animal, señalaron que este huyó hacia el lago, donde cayó y no salió. Señalaron que sus funcionarios “agotando sus posibilidades intentaron evitar el escape del animal, buscando proteger su integridad. Se desconoce si el animal huyó o por efectos de la anestesia permanece sumergido”. Después del procedimiento los residentes hallaron a ‘Toñito’ muerto producto de ahogamiento.
Es evidente que si algo es seguro, debe evitarse a todas las luces que se utilice esta tragedia como medio de marketing o en su defecto amarillismo de este siniestro con fines lucrativos o económicos, como lo es la publicidad orgánica que se ha masificando en los últimos días, dado el deceso de Toñito y que en últimas a hoy, las administración se limita a señalar que el espécimen llego por su cuenta a ese lugar por su propia voluntad, siendo esto irrazonable, más cuando este espécimen no es originario de esta región.
Es por esto por lo que me gustaría hacer un llamado al Ministerio de Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales, las Unidades Ambientales y la Policía Nacional a invertir recursos (humanos y económicos), a la sociedad, conjuntos residenciales y demás personas del común, para que protejan los animales. Domésticos o no, no se les maltrata, no se les tortura y mucho menos se les asesina.
Si bien es cierto que cada día se masifican las denuncias por maltrato animal en el país, y que la Policía está empleando hombres para rescatar animales que caen a arroyos o que se encuentran en pésimas condiciones de salud, falta mucho más. Falta judicialización, faltan condenas, faltan penas de resocialización y trabajo, falta control a los tenedores de animales que se emplean para fines comerciales como caballos (en los famosos paseos del Centro Histórico de Cartagena), falta control a los establecimientos donde se crían y venden animales, falta apoyo a las fundaciones que promueven la salud y bienestar de los animales y falta amor por los animales.
Hoy en día, los seres humanos somos laxos con las personas que maltratan a un animal. Hoy en día, los seres humanos acabamos con los hábitats de los animales y poco nos importa. Esta es una realidad que debemos cambiar.
Millones de personas en el mundo han decidido amar sin especie, amar sin género, amar sin reino y esas experiencias nos recuerdan el conocido dicho: “Mientras más conozco a las personas, más amo a mi perro”.
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*Acount Auditor-QA / MBA y Máster en Project Management. Auditor interno BASC. Administradora de Negocios Internacionales y Especialista en Mercadeo Internacional de la Universidad Pontificia Bolivariana.
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