La operación de venta de activos tuvo lugar en junio de 2017 y en ese momento fue considerada como polémica, porque implicó prácticamente un cruce de cuentas entre las IPS que compraban, con una EPS que estaba en proceso de liquidación. Además abría enormes interrogantes sobre el proceso de integración vertical, porque se trataba de prestadores de servicios médicos que adquirían una aseguradora.
La operación presentó problemas desde el principio no solo por los rumores sobre ciertos accionistas del consorcio conformado para adquirir Cafesalud (entonces un activo más de Saludcoop en liquidación) sino por las tensiones entre esos mismos socios, que no lograban acuerdos fácilmente. Esto se empezó a reflejar en los aspectos operativos de Medimás, la EPS que nació fruto de esta operación.
De acuerdo con el viceprocurador, Juan Carlos Cortés, hubo tres grandes aspectos que generaron la decisión del agente liquidador de revocar el negocio: primero, los incumplimientos con cláusulas específicas de pago del contrato de venta; segundo, los incumpimientos en el servicio y, tercero, los incumplimiento con el modelo de gobierno que se había establecido.
En el primer aspecto, es claro que Medimás nunca encontró el equilibrio financiero, pues, según las cuentas del agente liquidador, debía al menos $72.000 millones de cuotas para pagar los activos que se habían adquirido. A esto se le suman el incumplimiento en los pagos de arrendamientos de las clínicas de la red por cerca de $32.000 millones y la falta de recursos para la adecuación de estos centros de atención por $2.500 millones.
De acuerdo con el viceprocurador Cortés, es claro que Medimás tenía un hueco financiero relacionado con los compromisos del contrato cercano a $125.000 millones. Estos incumplimientos eran evidentes desde abril de este año en consideración de la liquidación y la Procuraduría.
En lo que tiene que ver con el incumplimiento del servicio, Medimás ya había tenido que cerrar 8 de las 19 que formaban parte de su red de atención. La mala calidad en el servicio llevó a que cerca de 850.000 usuarios salieran de Medimás hacia otras EPS en el último año.
Finalmente en materia de gobierno corporativo, los continuos roces y peleas entre los accionistas llevaron a que uno de ellos decidiera renunciar al proyecto.
Sin lugar a dudas lo más importante de esta decisión es garantizar una transición tranquila para los 4,2 millones de usuarios de Medimás.
El proceso implica que el servicio se debe garantizar, explicó la Procuraduría y, además, que se debe dar el plazo adecuado para que ello ocurra. Los usuarios podrán pasar a otras EPS donde consideren que podrán ser atendidos de mejor manera.
Fuentes de Prestnewco, el consorcio propietario de Medimás y que pidieron no ser mencionadas con nombre propio, señalaron que la decisión les cayó por sorpresa y que apenas están analizando la situación para definir qué estrategia adoptar. Destacaron que en ningún momento les fue notificada ninguna decisión de manera directa y que la entidad que los regula a ellos es la Superintendencia de Salud, no el agente liquidador.
Anunciaron que en las próximas horas harán un pronunciamiento sobre el nuevo escenario.
Además declararon que por ahora ya empezaron a sufrir problemas de abastecimiento porque los proveedores les están exigiendo pagos anticipados para entregar productos como medicamentos o dispositivos médicos. Esto hace prever que la EPS tendrá ahora más problemas para cumplir con sus servicios.