El jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Santiago Paz, prevé que cuando termine el 2022, al menos 200.000 viajeros indocumentados habrán cruzado la frontera selvática entre Colombia y Panamá, a través del paso conocido como el Tapón del Darién, una temida jungla que divide los dos países.
«La migración no se va a poder parar. Lo que es importante es que se pueda gestionar, y una muy buena forma de hacerlo es concretando iniciativas binacionales, trinacionales o regionales para el intercambio de datos que permitan hacer proyecciones y análisis de cómo se puede cooperar», dijo el experto.
Para 2021, ya se había alcanzado una cifra récord de migrantes a través de este paso fronterizo, con 133.726 personas, sin embargo, dicha cifra ya fue superada el pasado viernes 30 de septiembre, según informó la OIM.
Las cifras del 2021 fueron iguales a las de las personas que cruzaron la selva durante toda la década anterior. Para septiembre de este año, 48.000 personas hicieron el recorrido, convirtiéndose en el periodo con más migrantes del año, a pesar de la temporada de lluvias.
El Gobierno de Panamá ha establecido las Estaciones de Recepción Migratoria (ERM), ubicadas en la frontera con Colombia y con Costa Rica, allí reciben alimentación, atención médica y se les toman los datos biométricos para tener cifras reales de los migrantes en tránsito.
La OIM ha «venido brindando cooperación técnica para la gestión y coordinación de albergues. Desarrollamos un manual de alojamientos temporales que pasó a ser política de Estado (…) con eso, el Estado panameño cuenta con herramientas para ver cómo puede diseñar las nuevas ERM cumpliendo los estándares internacionales y preservando los derechos de los migrantes», dijo Paz.
El país centroamericano ha encendido todas las alarmas y ha pedido ayuda internacional para enfrentar el creciente fenómeno. «Nuevamente tenemos un incremento migratorio y Panamá no puede asumir esta responsabilidad sola. Necesitamos ayuda y vamos a demandarla», dijo la canciller panameña, Erika Mouynes.
Un panorama desalentador
Según los datos del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), el año pasado la mayoría de migrantes eran de nacionalidad haitiana, no obstante, este año los venezolanos han sido los que más han cruzado la frontera, alcanzando unos 80.000 ciudadanos de dicha nacionalidad hasta la semana pasada.
Ecuatorianos, cubanos, ciudadanos africanos y asiáticos también intentan realizar su recorrido con destino principalmente a Estados Unidos para buscar “un estatus de protección y con eso establecerse más tiempo ahí», dijo el jefe de Misión de la OIM.
«Si bien muchas de las personas venezolanas que atraviesan esta peligrosa ruta habían estado viviendo anteriormente en otros países de América del Sur, un número creciente ahora está saliendo directamente de Venezuela», señaló Giuseppe Loprete, jefe de la OIM en Panamá.
Según los datos revelados, familias enteras, incluyendo niños y bebés, intentan pasar el peligroso cruce y muchos proceden de segundos o terceros países en los que habían intentado establecerse previamente.
La región del Darién es un área selvática y pantanosa de 266 kilómetros, que registra los niveles de pluviosidad más altos del mundo, pero a pesar de esto, los migrantes prefieren arriesgar sus vidas.
Los peligros que enfrentan los migrantes
Además de las difíciles condiciones naturales, distintos grupos armados se ubican a lo largo de la región, registrando casos de violencia sexual y asaltos. La semana pasada se conoció del caso de un niño de 6 años que fue asesinado en medio de un asalto.
Muchos otros mueren ahogados en los ríos, por accidentes durante las largas caminatas e incluso, por el ataque de animales que habitan en la espesa selva, como serpientes venenosas, pumas, tigrillos y caimanes. Según el Senafront, al menos 26 migrantes han muerto en el Darién en lo que va del año.
Los defensores del Pueblo de Panamá, Eduardo Leblanc y el de Colombia, Carlos Camargo, dijeron el sábado que el Tapón del Darién “es una trampa mortal” y pidieron a las autoridades mejores condiciones de seguridad a los dos lados de las fronteras.
Según las autoridades de Panamá, más agentes fronterizos custodian la zona para brindar una mejor seguridad y atención humanitaria a los viajeros.
A la espera de ayuda humanitaria
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que tiene como prioridad en materia migratoria frenar la llegada de migrantes provenientes de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
De igual manera aseguró que “no es racional” deportarlos a sus países, por no considerarlos democracias, por lo que informó que adelantan trabajos con otros Gobiernos para diseñar planes que permitan detener el flujo de llegadas a la frontera de Estados Unidos.
Por esa razón, el Gobierno estadounidense anunció un nuevo paquete de ayuda humanitaria de 200 millones de dólares con el fin de contener la crisis migratoria.